Dejando de lado una agresiva presión por parte de Alemania, Francia y el Reino Unido, los líderes de la Unión Europea rechazaron una propuesta para poner en peligro deliberadamente nuevas sanciones contra Rusia y otros defensores del gobierno sirio, a pesar de la indignación generalizada por los devastadores ataques aéreos y las víctimas civiles en Alepo.
El intento fallido de la amenaza de nuevas sanciones puso de manifiesto profundas fisuras en el bloque, que siguen complicando los esfuerzos por ofrecer una respuesta coherente a un Kremlin cada vez más agresivo. Las tres mayores potencias de la Unión Europea estaban dispuestas a transmitir un mensaje de advertencia al presidente ruso, Vladimir Putin, en relación con lo que han llamado "atrocidades" y "crímenes de guerra" en Siria. Sin embargo, otros países – sobre todo Italia– argumentaron que incluso una insinuación de medidas punitivas contra Rusia era posiblemente contraproducente.
El debate sobre la amenaza de nuevas sanciones tuvo lugar durante la cena de la cumbre de otoño de la Unión Europea, un día después de que el presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunieran en Berlín con Putin y el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, con el fin de presionar para la implementación del acuerdo de paz Minsk II.
Después de las conversaciones sobre Ucrania, Merkel y Hollande se reunieron por separado con Putin para hablar sobre Siria. Ambos líderes afirmaron que hablaron en términos muy claros acerca de la necesidad de que Rusia detuviese sus bombardeos. Rusia declaró unilateralmente un alto al fuego a principios de esta semana y anunció que ayudaría a abrir las rutas de tránsito para ayuda humanitaria, lo que demuestra una vez más que Rusia tenía tanto el control de los acontecimientos sobre el terreno en Siria como la total intención de actuar en sus propios términos.
Se suponía que la conversación de la cena iba a ser sobre la política a largo plazo y que había sido solicitada por el primer ministro italiano Matteo Renzi, que durante mucho tiempo ha tenido dudas sobre las sanciones existentes contra Rusia en relación con Ucrania. Sin embargo, muchos líderes de la Unión Europea se enfurecieron por el sufrimiento de las víctimas civiles en Alepo y por el hecho de que el tema se convierta en un obstáculo importante a la hora de alcanzar un acuerdo sobre las conclusiones finales de la cumbre.
La primera ministra británica, Theresa May, que estaba asistiendo a su primera cumbre de la Unión Europea, presentó argumentos sólidos a favor de una postura más firme contra Rusia, instando a sus compañeros líderes a impulsar la respuesta de la UE a lo que ella llama las "atrocidades repugnantes" de Moscú en Siria.
La líder del Reino Unido pidió que las nuevas sanciones sobre el régimen de Putin se pusiesen sobre la mesa.
Sin embargo, rechazaron un borrador que hacía referencia específicamente a una amenaza de "medidas más restrictivas". En su lugar, los líderes acordaron en términos más vagos:
"La Unión Europea está considerando todas las opciones disponibles si las atrocidades actuales continúan".
Los desacuerdos en relación con Rusia fueron solo uno de los problemas que los líderes de la Unión Europea debatieron en la cumbre. Aunque más embarazosa fue la incapacidad de concluir el jueves un acuerdo comercial con Canadá, a pesar de algunas concesiones de última hora a los legisladores regionales en Bélgica que han bloqueado el acuerdo. Se esperaba que los líderes retomaran las conversaciones sobre el comercio el viernes.
Resumiendo la conversación de los líderes sobre Siria, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo:
"Condenaron firmemente los ataques por parte del régimen sirio y sus aliados, sobre todo de Rusia, contra la población civil en Alepo. La Unión Europea está haciendo un llamamiento para el fin de las atrocidades y el cese inmediato de las hostilidades. Considera todas las opciones disponibles si estas atrocidades continúan".
Aunque Renzi – respaldado por la jefa de asuntos exteriores de la Unión Europea Federica Mogherini – logró enturbiar la formulación de las sanciones, sin lugar a dudas la negociación que inició en Rusia se centró mucho menos en los importantes lazos en materia económica y de energía que había esperado destacar. En cambio, se convirtió en una amplia sesión de quejas sobre el incremento de la beligerancia y el apetito por la agresión militar, la intromisión política y los ataques propagandísticos por parte del Kremlin. Tusk explicó:
"Los líderes hicieron hincapié en todas las actividades rusas, desde las violaciones del espacio aéreo, las campañas de desinformación, los ataques cibernéticos, la interferencia en los procesos políticos de la Unión Europea y más allá, los instrumentos híbridos en los Balcanes, hasta los avances en la investigación del MH17. Teniendo en cuenta estos ejemplos, está claro que la estrategia de Rusia es debilitar a la Unión Europea. Tenemos una evaluación seria de la realidad y no ilusiones".
Y, sin embargo, los líderes de la Unión Europea no presentaron ninguna respuesta nueva.
En la cumbre de Bruselas, varios líderes volvieron a expresar su consternación por la situación en Siria.
El primer ministro de Estonia, Taavi Roivas, afirmó que la Unión Europea necesitaba "enviar un mensaje muy claro, tanto al régimen sirio como a sus aliados, principalmente a Rusia, sobre el hecho de que la ambición de convertir Alepo en una nueva Grozni, es absolutamente inaceptable". Grozni, la capital de Chechenia, se redujo a escombros durante dos guerras brutales en las que Rusia consiguió reprimir a los separatistas islámicos.
El miércoles, los líderes de las tres fuerzas políticas en el Parlamento Europeo enviaron una carta a Tusk, exigiendo la adopción de medidas en Siria. Y, el jueves, en un discurso ante los líderes de la Unión Europea, Martin Schulz, el presidente del Parlamento Europeo, reiteró el llamamiento, diciendo:
"Vengo con un mensaje claro para vosotros del Parlamento Europeo: Actuar para detener el derramamiento de sangre en Siria debería ser la prioridad número uno en vuestra lista".
Varios líderes, incluyendo a Merkel, expresaron su deseo de mantener buenas relaciones con Rusia, pese a que pidieron el cese de las hostilidades en Siria. Sin embargo, los líderes también dijeron que el Kremlin estaba haciendo que esas buenas relaciones resulten imposibles. Tusk afirmó:
"El aumento de las tensiones con Rusia no es nuestro objetivo. Simplemente estamos reaccionando a las medidas adoptadas por Rusia. Por supuesto, la Unión Europea está siempre dispuesta a dialogar, pero nunca comprometerá nuestros valores o principios".