Foro de Davos 2017: 10 cosas a las que prestar atención

El orden del día incluye la visita de Xi, el enigma de la globalización y la convivencia con Trump.

El Foro Económico Mundial que se celebrará esta semana en Davos será muy diferente al de otros años. El martes, los gigantes del mundo de la política, los negocios, la economía, la tecnología y las finanzas volverán a reunirse en un centro turístico en los Alpes suizos, pero en esta ocasión parece que ya no tienen el poder de antaño.

Los acontecimientos de los últimos 10 meses - especialmente el Brexit y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos - han ido en contra de los valores de Davos, por lo que parece que la influencia del evento es cada vez menor.

Sin embargo, Davos todavía presume de reunir a algunos de los personajes de mayor influencia del mundo: por ejemplo este año tendrá lugar la histórica visita del presidente chino Xi Jinping.

Estos son los 10 temas a los que hay que prestar atención.

Trump está eclipsando todos los acontecimientos de la semana. La entrada del nuevo presidente en la Casa Blanca tendrá lugar el viernes, el último día del foro, por lo que serán muy pocos los socios de Trump que asistirán al evento, con la notable excepción de Anthony Scaramucci, quien debatirá el futuro de Estados Unidos el martes. ¿Será capaz de tranquilizar al resto de participantes?

Mientras tanto, los temas preferidos de Davos - la globalización y la armonía internacional – pocas veces han tenido tan poco peso.

Se espera que la presencia de Xi - la primera vez que un presidente chino participa en la reunión de Davos - se convierta en un acontecimiento sin precedentes. Puesto que los representantes de Estados Unidos tendrán los ojos puestos en los eventos que tendrán lugar en Washington, DC, y muchos de los participantes ya han expresado su preocupación por Trump, Pekín podría aprovechar la situación para fortalecer su posición.

Es poco probable que Xi anuncie nuevas políticas significativas. Pero se espera que aproveche su discurso para presentar a China como una potencia global responsable, dispuesta a defender y construir sobre los avances en diversas áreas, desde el cambio climático al libre comercio.

Los mercados financieros han acogido con satisfacción la elección de Trump, pero los economistas que asisten a Davos podrían mostrarse algo más escépticos. La pregunta más importante es si el aumento de la demanda asociada al mayor gasto en infraestructura y a los recortes de impuestos será capaz de compensar el daño económico provocado por la política proteccionista.

La respuesta más probable es que cualquier estímulo durará poco y el populismo no puede servir como plataforma para un desarrollo global sostenible.

Parece que los demócratas están intentando evitar algún acontecimiento que está teniendo lugar en casa. Este año varios integrantes de la izquierda estadounidense estarán presentes en la reunión de Davos, incluyendo al secretario de Estado John Kerry, quien hablará sobre "la diplomacia en tiempos revueltos", el exvicepresidente Al Gore, quien se pronunciará sobre el cambio climático (por supuesto), y el actual vicepresidente Joe Biden, quien dará un “discurso especial". No es fácil averiguar quién estará más triste – si los demócratas que se marchan o los simpatizantes del público. De cualquier manera, lo más seguro es que todos se den unas cuantas palmaditas en la espalda y hablen sobre cómo podrían haber sido las cosas, y lo que nos espera en el futuro.

Theresa May pronunciará el martes en Londres un gran discurso en el que describirá los objetivos del gobierno británico relativos al Brexit. Más tarde viajará a Davos para presentar esas mismas ideas ante un público global el jueves. Es poco probable que May diga algo nuevo, pero la reacción de los asistentes a sus palabras servirá para hacernos una idea de cómo van a desarrollarse las negociaciones sobre el Brexit.

Angela Merkel no asistirá al foro este año, puesto que ha decidido permanecer en Alemania, donde le esperan unas difíciles elecciones. Sin embargo, Mark Rutte, el primer ministro holandés, a quien también le espera una difícil batalla electoral, sí asistirá. ¿Serán él y otros líderes europeos capaces de presentar una visión del futuro del continente y una política común?

A pesar de la riqueza de la que se hace gala durante la reunión, unos de los temas más recurrentes del orden del día son la desigualdad y la ira de los marginados. Puede que los votantes de Ohio no tengan muy claro que los que disfrutan de los placeres de Davos tengan algo que ofrecer, pero este año será uno de los principales temas de discusión.

El año pasado, Davos celebró lo que denominó la "cuarta revolución industrial". Este año, el desarrollo tecnológico será una vez más una de las piedras angulares del debate, pero esta vez se hablará sobre sus amenazas y no sobre sus aspectos positivos.

Uno de los principales temas es la necesidad de una mayor regulación, ya sea para mantener puestos de trabajo y aumentar los ingresos o para frenar el rápido desarrollo y crear un mundo en el que la gente quiera vivir.

Fuera del foro principal, las empresas y los delegados aprovechan Davos para comunicarse y establecer contactos. La presión por un liderazgo responsable se ha dejado sentir en algunas de las fiestas de este año, incluso en la famosa fiesta de Google.

Las muestras de riqueza serán tan mal vistas como en 2009, justo después de la crisis financiera. Sin embargo, el champán y el caviar, por supuesto, no van a desaparecer.