Los científicos y los expertos han desarrollado un plan de acción por minuto en caso de amenaza nuclear. Un día podría salvarte la vida.
Las bombas nucleares son últimamente un pensamiento recurrente en la población ante el aumento de las tensiones con Corea del Norte.
Pero para las agencias de gobierno y los gestores de desastres, los bombardeos nucleares son una preocupación constante independientemente de cuáles sean los ciclos de noticias. Pero el escenario típico al que el gobierno dirige sus miradas tiene menos que ver con misiles de largo alcance y la forma de aniquilación total típica de la Guerra Fría, y más con la detonación en tierra causada por una bomba nuclear activada por terroristas - en particular, una bomba nuclear de 10 kilotones (KT). Para que sirva de referencia, una bomba de 10 kilotones es un poco más pequeña en tamaño que la bomba que EE. UU. lanzó sobre Hiroshima, y equivale en intensidad a cerca de 5.000 camiones bomba. (Las bombas nucleares de Corea del Norte se consideran también dentro del mismo rango de tamaño).
De manera que pongámonos en el supuesto de uno de los peores escenarios de esos modelos propuestos por el gobierno, en el que se ha detonado una bomba nuclear de 10 KT sin previo aviso a EE. UU. Aquí explicamos la cronología de cómo transcurriría esa pesadilla en una gran ciudad como Nueva York o Washington DC – y las probabilidades que hay de sobrevivir.
Los primeros 15 segundos
Si consigue sobrevivir probablemente se encuentre por lo menos a un kilómetro y medio del lugar de la explosión de la bomba: un misil nuclear de 10 KT no destruye una ciudad entera, pero causará importantes daños sobre todo cerca del lugar de la explosión, lo que significa que habrá probablemente ya un número de víctimas mortales que rondará entre 75.000 y 100.000 personas - fueron las pobres almas que se encontraban en un radio de entre 800 metros y un kilómetro y medio del lugar de la explosión, afirma Irwin Redlener, director del National Center for Disaster Preparedness (centro nacional destinado a saber responder ante un desastre) de la Universidad de Columbia.
En ese punto también han desaparecido la mayoría de los edificios, afirma Brooke Buddemeier, un físico de protección radiológica certificado, del Lawrence Livermore National Laboratory. Se vislumbran grandes daños incluso a una distancia de un kilómetro y medio. Y entre un kilómetro y medio y casi cinco kilómetros - la denominada zona “de daños leves” - los cristales se rompen con tanta fuerza que producen heridos, afirma Buddemeier; como una bola de fuego caliente como el sol lanzada a ocho kilómetros a la atmósfera y que arroja desechos y basura consigo procedente de los edificios colapsados.
Entre el minuto 1 y 15
Mayday. Tiene entre 10 y 15 minutos para encontrar un refugio. Buddemeier no puede enfatizar esto más: No querrá ir merodeando por ahí con toda la basura y restos despedazados en partículas radiactivas del tamaño de un grano de arena o de sal, que caen en el suelo y causan envenenamiento por radiación a todo aquel que se exponga a ellas.
El envenenamiento por radiación no es broma. Sin ir más lejos, en 1987, en Brasil, dos hombres robaron la fuente de radioterapia de una máquina de teleterapia en un hospital, con la idea de que era chatarra. La llevaron a su casa y la desmontaron exponiéndose a mayor radiación, antes de venderla en una chatarrería que seguidamente la vendió a otra, terminando finalmente en casa del dueño de la chatarrería. El resultado fue cuatro muertes, 249 personas expuestas a una importante radiación y la demolición por parte del gobierno de varias casas por motivos de seguridad. Solo a raíz del interior radiactivo de una máquina de teleterapia. Además de causar la muerte debido a la alta exposición en un periodo breve de tiempo, el envenenamiento por radiación puede producir también ampollas en la piel y daños graves en la médula ósea, en la capa que envuelve a los pulmones y en el tracto intestinal, además de efectos secundarios a largo plazo como la leucemia.
Y después viene el pánico. Usted es uno de los afortunados que estaban tan lejos de la explosión que no sufrió la caída de los restos ni de los desagradables cascos rotos de cristal volando. Olvídese de su Toyota, menciona Buddemeier- los radios gamma traspasarán directamente el cristal del parabrisas o el fino metal de los coches modernos. Cuantas más capas de hormigón o ladrillo pueda haber entre usted y los restos nucleares, mejor. Se acumulará en los tejados, de manera que manténgase alejado de los pisos altos en los edificios. Parece que las propiedades más demandadas de Nueva York son también las que ofrecen mejor protección: Los que mejor funcionan son los edificios de apartamentos con muros gruesos construidos antes de la guerra, o las casas de piedra rojiza. También ofrece una excelente protección el centro de un edificio de oficinas, un parking subterráneo de hormigón o las entrañas del metro en ciudades como Nueva York.
Entre el minuto 15 y 60
Todos se disponen a ir corriendo hacia un edificio de oficinas cercano, pero en el último minuto usted se encuentra con una pareja de niños atemorizados que están perdidos. Maldita radiación, los ayuda. Bien por usted, Luke Cage - ahora esas pequeñas partículas del tamaño de los granos de arena están cayendo en la Tierra, las tiene en el pelo, en el abrigo, en los zapatos, mientras se dirige hacia la casa de piedra rojiza más cercana. Ahora está en riesgo de envenenamiento por radiación. El alcance de los daños dependerá de lo cerca que esté del lugar de la bomba y del tiempo que permanezca expuesto justo después de la explosión. Cuando se trata de radiación, después de un misil nuclear, “lo que nos preocupa son los graves efectos”, según indica Buddemeier, que tienen lugar cuando una persona está expuesta a altas dosis de radiación durante un corto periodo de tiempo, el suficiente para causarle el vómito a alguien. El tracto gastrointestinal es sensible a la radiación de manera que si vomita justo después, eso es síntoma de que ha absorbido una dosis importante (es decir: potencialmente mortal).
Es obvio que necesitará cuidados médicos. Como primera medida de defensa, se puede administrar un medicamento llamado Prussian blue vía oral, que ayuda a que la radiación pase con más rapidez por todo el cuerpo, según indica Redlener, pero ni siquiera se sabe dónde conseguirlo. La mayoría de la gente no lo sabe: El suministro de esa medicación es “tristemente inadecuada” para el escenario producido por la explosión de una bomba, y no existe ningún sistema para su distribución, comenta. Por tanto, el único procedimiento a seguir es encontrar refugio y tratar de minimizar los daños de la lluvia radiactiva sacudiéndose las partículas del cuerpo - eso al menos reduce algo la duración de la exposición. Lo primero de todo: quítese la ropa y cepíllese el pelo para eliminar las partículas. La ducha probablemente estará inutilizada, pero si consigue localizar agua póngase manos a la obra y lávese-– delicadamente. Si se frota con fuerza puede arañarse y hacer que las partículas radiactivas se incrusten en la piel.
Después de la primera hora
Cuando ya está refugiado en su apartamento o búnker improvisado, solo queda esperar. La buena noticia: la radiación procedente de una lluvia por explosión de bomba nuclear disminuye rápido. Durante la primera hora la lluvia pierde la mitad de su energía y en 24 horas el 80 por ciento, según afirma Buddemeier. Sin embargo, la predicción sobre hacia dónde soplará el viento la radiación puede ser engañosa a nivel del suelo, ya que los vientos atmosféricos jugarán un papel importante en el proceso. Si es posible, espere a que la ciudad o la agencia federal envíen una respuesta de emergencia.
Mientras esté protegido en su fuerte de hormigón o ladrillo aguardando ayuda, o al menos a alguien que aclare las cosas, todos sus conocimientos sobre qué hacer ante un desastre pueden ser confusos. Solo hay masas de gente hambrienta y sedienta. No todo el mundo es tan joven ni está en forma o sano como usted. Intente dar confianza a las personas a su alrededor - muchos de ellos pueden haber entrado en pánico si necesitan insulina o prescripciones médicas.
Con suerte, usted no sufrió una exposición tan grande y salió bien parado. Siendo inteligente, debe refugiarse inmediatamente (después de salvar a esos niños, claro) y no quedarse expuesto jamás a la lluvia radiactiva del primer momento. Al final es posible que incluso pueda volver a su apartamento y coger sus cosas si vive lejos del lugar de la explosión, pero no cuente con ello. Los niveles de radiación serán elevados en toda la ciudad durante un tiempo, pero la amenaza de envenenamiento pasará. Como ocurrió en Nagasaki e Hiroshima, la vida en la ciudad finalmente volverá a la normalidad.