La economía sin dinero en efectivo está creciendo rápidamente: el año pasado el volumen de pagos móviles en China superó los 5,5 billones de dólares, más de la mitad del PIB del país.
En uno de los días de mayo más calurosos que se recuerdan, Wang Jiarui salía de clase para verse con su abuelo, que iba a recogerlo con su camisa empapada en sudor.
Este estudiante de primaria de Pekín de siete años señalaba oportunamente a una tienda cercana, proponiendo a su abuelo refrescarse con un helado de Coca-Cola. Pero el anciano había olvidado su cartera.
No importa. Jiarui cogió el smartphone de su abuelo y habló a la pantalla pidiendo una app de pagos que emplea un código QR.
Wang Meng, recordó después el abuelo de Jarui, tras ese revelador día en pleno calor:
“Me dijo que todos esos puntos negros y blancos eran dinero. Así que la probé yo solo y compré un paquete de cigarrillos”.
Con el permiso de su madre, Jiarui ayudó a sus abuelos a instalar una cuenta en Internet que les permitiera comprar artículos con su móvil mediante el escaneo de un código QR. Entonces les mostró que la tecnología también podía funcionar en el mostrador de una tienda solo presentando en la caja un código QR que aparecía en el móvil, que les permitiera escanearlo para efectuar el pago.
Un código QR es un código de barras bidimensional con un esquema aleatorio de cuadrados negros con fondo blanco, con capacidad para albergar 300 veces más datos que un código tradicional unidimensional. Según la firma consultora de Internet iResearch, los pagos que los consumidores chinos realizan mediante dispositivos móviles alcanzaron el año pasado 38 trillones de yuanes (5,5 billones de dólares estadounidenses, 43 billones de dólares de Hong Kong), más de la mitad del PIB del país.
Gracias al acelerado aumento del uso del código QR en las tiendas de la calle, el número de pagos con móvil en China continental es actualmente 50 veces mayor que en EE. UU. Los pagos con móvil en EE. UU. ascendieron a 112.000 millones de dólares estadounidenses, según Forrester Research.
Según el investigador sobre conductas de consumo, Chen Yiwen, estamos presenciando el nacimiento de la “código economía”.
Chen, un profesor e investigador en colaboración con el Institute of Psychology, Chinese Academy of Sciences de Pekín, comentó:
“China ha iniciado la transición hacia la economía sin dinero a mucha mayor velocidad de lo que nadie habría imaginado, en gran medida debido a la propagación viral de códigos de barras bidimensionales. Esto crea una nueva economía basada en los códigos escaneables”.
Desde las grandes ciudades a los pueblos remotos, la código-economía ya está cambiando el comportamiento social en China, según indica Chen.
Algunos restaurantes ya han colocado a los camareros placas con códigos de barras, e incluso a los chefs. Los clientes pueden escanear el código cuando quieran dejar una propina si están satisfechos con el servicio.
Aunque la medida fue objeto de controversia al principio después de ser introducida el año pasado, dado que mucha gente en China continental tiende a abandonar el hábito de dejar propina, los clientes están observando una mejora significativa en el servicio y algunos camareros están ganando al mes un extra de 3.000 yuanes en propinas gracias al incentivo que aparentemente supone el código QR, según informó el Beijing Morning Post este mes.
El mes pasado, una dama de honor de una boda en Pekín llevaba una placa con código para recopilar el dinero de los regalos de los invitados, provocando una trifulca verbal entre la novia y su futura suegra encolerizada, según publicaron el China Youth Daily y otros medios de prensa chinos.
Un vagabundo de Jinan, provincia de Shandong, llevaba el mes pasado una placa de código QR colgada en el cuello. Tenía una enfermedad mental según los medios de China continental, y su código permitió a los viandantes que pasaban por allí darle dinero mediante un rápido escaneado. Y muchos otros de la calle le imitaron, según se publicó.
El código QR también ha ayudado a expandir el consumo colaborativo emergente. Por ejemplo, para alquilar una bici solo se necesita escanear en el teléfono un código de barras en el artículo y la bicicleta desbloquea el candado automáticamente. Los paraguas y las baterías también se pueden alquilar, entre otros productos.
Pero el código QR avivó la preocupación de los agricultores en los pueblos remotos, ante el anuncio de que los gobiernos de los municipios estaban estudiando un plan para el uso de la tecnología con el fin de estrechar el control y el gobierno. Fijando los códigos QR en las casas de los agricultores, los inspectores de gobierno podían averiguar, a través del escaneo de este código, los nombres de las familias y diversa información, y si el edificio que ocupaban violaba alguna ley.
Chen indicaba que lo que parece hoy una tecnología perturbadora, finalmente se extenderá en la sociedad y se convertirá en un elemento de vida normal el día de mañana. Comentó:
“La generación más joven de China crecerá en un mundo repleto de códigos de barras bidimensionales. Deben desarrollar un nuevo concepto del dinero. Quizás para ellos el dinero supondrá no solo un medio para comprar bienes y servicios, sino también para socializar”.
Los pagos con móvil han empezado a aumentar en China con el incremento del uso por parte de la gente de las plataformas de redes sociales como WeChat, para distribuir los sobres rojos con dinero conocidos como hongbao en mandarín, o lai see en cantonés, entre los amigos y familiares en el tradicional Festival de Primavera. El año pasado, el usuario medio de WeChat enviaba 28 paquetes de hongbao cada mes, según la plataforma. Gran parte del dinero se usaba para elogiar una foto bien hecha o un post bien escrito.
Estos cambios de comportamiento van seguro a afectar profundamente a la economía china, según afirma Chen.
“Cuando apareció la tarjeta de crédito, se observó que los consumidores gastaban más que usando solo el dinero en metálico. El código QR es incluso más práctico que la tarjeta de crédito, de manera que hay buenos motivos para prever que se aumentará el consumo”, afirmó.
El código QR fue inventado en Japón en los años 90 en un principio para el control de los productos relacionados con la industria de la automoción. Ha habido un gran empeño en otros países como Corea del Sur y Japón para su empleo como método de pago entre los consumidores, pero nadie ha reflejado el nivel de éxito que ha tenido en China continental. También en los países de Occidente se prefieren las tarjetas de crédito al pago con móviles, aunque la gente en EE. UU. está usando cada vez más Apple Pay.
Xue Chengqi, un investigador especializado en la interfaz hombre-máquina en la Southeast University de Nanjing, afirmó que el éxito del código QR en China se debe en parte a los esfuerzos de las grandes compañías chinas de Internet como Tencent y Alibaba de proporcionar a los comerciantes capacidad de pago mediante móvil.
Afirma que “empezando por los supermercados y terminando por los vendedores ambulantes, el código QR ha sido aceptado y empleado por todos los comerciantes”. La tecnología es sencilla y fácil de usar. Las transacciones pueden realizarse casi de forma instantánea en cualquier sitio que disponga de cobertura móvil.
Este afirmó:
“Es difícil resistirse, otros países no gozan de un entorno tan amable con el usuario”.
En comparación con otros métodos de pago sin dinero, como es el caso de la tecnología de comunicación de campo cercano empleada por Apple Pay, el código QR no era considerado seguro. Si se escaneaba un código fraudulento, el usuario podía estar sujeto a acciones delictivas. Por ejemplo, el código nos puede llevar a una web de fines fraudulentos como puede ser el robo de cuentas bancarias o de otro tipo de información sensible.
Según una publicación de marzo en el Southern Metropolis Daily, cerca de 90 millones de yuanes han sido robados mediante estafas con códigos QR solo en la provincia de Guangdong. Un sospechoso del caso sustituyó los códigos legítimos de los comerciantes por otros falsos que contenían un virus programado para robar la información personal de los consumidores.
Liu Qingfeng, vicepresidente del proveedor de servicios cloud de reconocimiento de voz iFlytek, indicó en la Asamblea Nacional Popular China celebrada en Pekín a primeros de este año, a los medios de China continental, que más del 23% de los troyanos y virus se transmiten a través de los códigos QR. El umbral de dificultad para emitir códigos QR es tan bajo que los estafadores podrían implantar en ellos troyanos y virus con enorme facilidad”.
Algunos expertos en ciberseguridad han estimado que una cuarta parte del malware que se encuentra en los smartphones se transmite a través de los códigos QR, pero Xue afirmó que China ya no puede retroceder. Este afirmó:
“Los consumidores ya han desarrollado el hábito y pueden utilizar el código QR casi en cualquier sitio. Estos son los principales atractivos. Quizás las cuestiones sobre tecnología propiamente dicha y seguridad sean lo último que a la gente le preocupe”.