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11 de Agosto de 2017

Donald Trump ha amenazado con un "fuego y furia jamás vista en el mundo" si Kim Jong-un no detiene su programa nuclear. Corea del Norte ha anunciado que está listo para atacar las bases militares estadounidenses en el Océano Pacífico occidental, e incluso ha dicho cómo planea hacerlo. Averigua lo que podría suceder a continuación.

1. Guerra preventiva

La opción "fuego y furia". En los últimos días, el asesor de seguridad nacional estadounidense, HR McMaster, ha planteado la posibilidad de una "guerra preventiva" como una opción. La idea sería llevar a cabo un ataque rápido contra la infraestructura militar de Corea del Norte con el fin de retrasar sustancialmente su capacidad de atacar a Estados Unidos y que podría desencadenar un golpe o una revuelta.

El problema es que el régimen tiene misiles ocultos por todo el país, así como 8.000 grandes cañones que apuntan a Seúl a lo largo de 40 millas en la zona desmilitarizada. Así que un primer ataque no sería suficiente para desarmar a Kim Jong-un por completo, y sus represalias seguramente darían lugar a un importante número de muertes de civiles.

2. Fuerte contención

Algunos creen que EE. UU. y sus aliados han sido demasiado blandos, dejando impunes las provocaciones militares de Corea del Norte. Una contundente contención implicaría el uso "proporcional" de la fuerza para enviar mensajes punitivos pero menos potentes que los de un ataque preventivo.

Por lo tanto, el próximo misil balístico intercontinental o prueba nuclear provocaría el bombardeo de los sitios de pruebas. El principal problema de este enfoque es que no existe ninguna garantía de que Pyongyang entienda la diferencia entre golpes limitados y una guerra total, por lo que cualquier intervención militar de EE. UU. podría desencadenar una guerra.

3. Decapitación del enemigo

Intentar matar al líder de Corea del Norte es parte del plan conjunto de guerra entre Estados Unidos y Corea del Sur, y de hecho, los surcoreanos cuentan con una brigada especial entrenada para tal fin.

Sin embargo, las posibilidades de que salga mal son muy altas. Kim es uno de los objetivos mejor protegidos de todo el mundo, y tampoco sabemos quién sería su sucesor, que podría ser incluso peor que él. Además, el resultado de un intento de este tipo podría ser una guerra a gran escala.

4. Una mayor presión económica

Corea del Norte ya es el país más aislado económicamente del planeta, especialmente después de las últimas sanciones impuestas por la ONU durante el fin de semana. Con el fin de aislar al país aún más, sería necesaria la intervención de China, pero Pekín teme desencadenar una crisis económica en el país.

Algunos comentaristas estadounidenses han pedido sanciones contra las empresas chinas que no respeten el embargo, pero eso podría dar lugar a tensiones entre EE. UU. y China en un momento crítico.

Además, los efectos de esta presión son impredecibles, dado que estamos hablando de un régimen que promueve la "autosuficiencia" y el contrabando a nivel estatal.

5. Retomar la negociaciones de alto nivel

Corea del Norte no muestra ningún deseo de retomar las conversaciones a seis bandas iniciadas con Obama. EE. UU. dijo que están listos para hablar, pero solo con la condición de que Corea del Norte cese las pruebas con misiles.

Además, Pyongyang debe aceptar que el propósito de las negociaciones es la eliminación definitiva de su programa nuclear, y esto es poco probable que suceda.

Si el país es reconocido formalmente como un estado nuclear, esto pondría en peligro la no-proliferación nuclear internacional y serviría de estímulo para otros países para seguir el ejemplo de Pyongyang.

6. Paralización militar conjunta

China y Rusia respaldaron una propuesta por la cual Pyongyang detendría los misiles y los ensayos nucleares, mientras que Estados Unidos, Corea del Sur y sus aliados paralizarían los ejercicios militares. El problema con este enfoque es que asume la equivalencia de las fuerzas protectoras de Corea del Sur con las ofensivas del programa nuclear de Corea del Norte.

Aún no está claro si el nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in, es más favorable a la propuesta que su predecesor, y no existe ninguna garantía de que Pyongyang la vaya a cumplir.

7. Negociar

Siegfried Hecker, un destacado experto estadounidense en Corea del Norte que ha visitado el país en siete ocasiones así como sus instalaciones nucleares, ha instado a las autoridades estadounidenses y norcoreanas a reunirse de inmediato y sin condiciones para abrir un canal de comunicación para evitar que cualquier incidente se puede ir de las manos.

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