El XIX Congreso del Partido Comunista de China comienza hoy, y todo el mundo está especulando sobre lo que podría suceder.
Algunos esperan que se centre únicamente en la elección de sus líderes, en el el surgimiento del pensamiento de Xi y su inscripción en la doctrina partidista. Otros esperan que, ahora que está resuelto el problema de la sucesión, se den algunas pistas de que las reformas económicas que llevan mucho tiempo estancadas pronto se pondrán en marcha. Pero sobre todo, nadie sabe realmente lo que va a pasar.
El principal acontecimiento de un Congreso de "consolidación" es el nombramiento de un sucesor, quien asumirá el poder en el próximo Congreso después de haber pasado cinco años preparándose para ello. Sin embargo, todo el mundo cree que Xi Jinping permanecerá en el cargo más allá de 2022, y quizás incluso después. En este sentido, la atención de la mayoría de los observadores está dirigido a la Comisión Permanente y la distribución de sus funciones, pero principalmente se trata de un intento para averiguar cuánto poder ha adquirido Xi Jinping.
Liderazgo
Según un interesante artículo de Reuters, el destino de Wang Qishan, considerado el partidario más leal de Xi Jinping, no está nada claro. A sus 69 años de edad debería - si se aplican las reglas normales - retirarse para dar paso a la próxima generación, pero se cree que seguirá adelante. Lo sorprendente del artículo es la variedad de escenarios plausibles. Desde la jubilación hasta la toma de tres o cuatro carteras diferentes.
Los autores incluso especulan si mantener a Wang más allá de la edad de jubilación establecería el mismo precedente para Xi, permitiéndole ejercer un control más total sobre China que cualquier otro líder en las últimas décadas. De cualquier manera, casi todo el mundo está ya bastante seguro de que mantendrá su puesto más allá de 2022, pase lo que pase con Wang Qishan.
La publicación Nikkei Asian Review ha publicado una tabla informativa para los que no conocen demasiado el tema que presenta las supuestas alianzas y lealtades dentro del Comité Permanente y el Politburó en general, donde una vez más Wang Qishan es el único miembro del Comité Permanente que aparece como miembro de la facción de Xi.
Sea como fuere, cabe esperar que la facción de Xi esté mejor representada, lo que nos hace pensar que el sucesor de Jinping no aparecerá al menos hasta el XX Congreso de 2022, como muy pronto.
Reformas económicas
Son muchas las reformas económicas que llevan tiempo anunciándose pero que todavía no se han materializado, por lo que lo más probable es que las cosas sigan igual. Seguramente se presenten unas pocas prioridades reestructuradas que nos darán muy pocas pistas sobre cuáles son los planes de China.
Además, cualquier anuncio sobre la relajación de los controles de capital (defendidos por el presidente saliente Zhou Xiaochuan) o la desaceleración de un proceso de desapalancamiento que hasta ahora no existía, probablemente solo sirva para que los observadores se den cuenta de que ya lo han oído muchas veces antes. La pregunta es lo que verdaderamente harán, no las buenas intenciones en las que quieren que todo el mundo se centre.
David Shambaugh sugiere que Li Keqiang podría ser reemplazado. Esto es algo que se lleva diciendo desde hace ya algún tiempo, principalmente porque el programa de reformas no solo se ha estancado, sino que se ha invertido.
Sin embargo, parece que todo el mundo cree que Li se mantendrá en el cargo, aunque Shambaugh concluye que esto ahora no significaría ningún cambio, sugiriendo que si Wang Qishan tomara el mando como premier, eso podría ser un paso positivo.
Resulta difícil pensar en cualquier otro cambio dentro del partido, lo cual sólo refuerza la idea de que Xi cuenta con un gran poder si tenemos en cuenta que las expectativas de una política efectiva dependen de que uno de los partidarios de Xi supervise el programa.
Relaciones internacionales
La función del 19º Congreso es revisar los últimos cinco años, reorganizar la jerarquía del partido y establecer una hoja de ruta para los próximos cinco años. En ese sentido, las relaciones internacionales no son un tema de mayor relevancia.
Sin embargo, todo lo que hace China hoy en día tiene implicaciones internacionales, y por lo tanto este Congreso será sin duda el más analizado de la historia china. Sobra decir que la "Iniciativa Cinturón y Carretera" se mencionará en reiteradas ocasiones, pero no espere ningún anuncio detallado.
De hecho, la "Iniciativa Cinturón y Carretera" es más importante como un conjunto de principios organizativos que como patrones reales de inversión en comercio e infraestructura. Proporciona un tema para las crecientes ambiciones internacionales de China, permitiendo que la idea de China bajo Xi Jinping se proyecte coherentemente alrededor del mundo. Su éxito, sin embargo, depende completamente del éxito continuo de la economía china.
Y aquí nos encontramos con el problema: el mundo entero hablará de este Congreso en términos de liderazgo, y esperará muy poco en lo que respecta a economía. No obstante, el problema del liderazgo en China está cada vez más ligado a la creciente preocupación por su economía. Si la economía tiene problemas, todo lo demás es secundario. La "Iniciativa Cinturón y Carretera" se disipará, el crecimiento se tambaleará, la deuda seguirá aumentando.
La ironía reside en que las dificultades económicas de China son tan importantes que un liderazgo fuerte es necesario tanto para llevar a cabo las reformas como para protegerse de las consecuencias de su aplazamiento.
Xi indudablemente saldrá fortalecido de este Congreso, pero la verdadera pregunta es lo que hará con esa autoridad. Si tiene la intención de hacer lo mismo que durante los últimos cinco años de reformas estancadas y controles crecientes, entonces no debemos mostrarnos demasiado optimistas. Y si las reformas económicas siguen aplazándose, lo más probable es esperar una mayor represión.