En estos últimos días del año circulan por Internet diversos artículos con previsiones para el próximo año: ¿qué sucederá en 2018? Hemos recurrido a varias fuentes internacionales para recopilar cinco interesantes previsiones para el año que entra.
5 interesantes previsiones para 2018
Avances en el campo de la Inteligencia Artificial
El año que viene será un año de vital importancia para el reconocimiento facial, ya que se ha producido un gran progreso en el campo de la tecnología subyacente - conocida como machine learning. En 2018, los dispositivos capaces de leer nuestros rostros estarán disponibles para todos los usuarios, cambiando la forma en la que vivimos. Nuestras caras se convertirán en contraseñas, por lo que nos permitirán desbloquear nuestros smartphones y cuentas bancarias. Sin embargo, al mismo tiempo, esta tecnología también permitirá hacer un seguimiento de nuestros movimientos - limitando así nuestra libertad de acción.
Registrar, almacenar y analizar imágenes de rostros a gran escala será posible, lo que cambiará profundamente las nociones actuales de privacidad, equidad y confianza.
Las empresas tecnológicas harán que el reconocimiento facial forme parte de nuestro día a día. Sin embargo, en el fondo, la mayoría de las personas podrían no ser conscientes de ello: el reconocimiento se producirá a través de servicios de seguridad públicos o privados o, por ejemplo, a través de establecimientos comerciales - en busca de los perfiles de sus clientes. Esta nueva tecnología surgirá como un nuevo tipo de poder, por lo que el establecimiento de una normativa será necesario.
Más negociaciones sobre el Brexit
Se espera que las complejas negociaciones sobre el Brexit lleguen a su fin en otoño de 2018, y su resultado no solo afectará al futuro del Reino Unido, sino también al del continente europeo en las próximas décadas. Conforme nos aproximemos al plazo final, las negociaciones se volverán más tensas, lo que podría tener un impacto significativo en la imagen del Reino Unido en el resto de Europa y el mundo. Londres, como centro financiero y tecnológico de referencia, podría verse ampliamente amenazado por el proceso de divorcio de la UE.
Los ciudadanos y los inversores están preocupados, lo que podría dar lugar a que se lleven sus fondos a otros países. Hasta ahora, las empresas se han mostrado sorprendentemente tranquilas ante esta incertidumbre. Sin embargo, si la UE y el Reino Unido no alcanzan un acuerdo sobre inversión, la economía podría ralentizarse, el desempleo podrá aumentar y la libra podría caer, entre otras consecuencias no deseadas, como el aumento de la inflación.
Avances en el campo de la tecnología blockchain
Los ambiciosos programadores y emprendedores intentarán que el blockchain cambie todo lo que hacemos, desde cómo rastreamos algo a cómo distribuimos cualquier cosa. 2018 será por lo tanto un importante año para esta tecnología, tanto por la disponibilidad de capital de riesgo como por el deseo de los inversores entusiasmados con el precio del bitcoin (Bitcoin).
Al mismo tiempo, el mercado de las criptomoedas atraerá cada vez más atención. Sin embargo, su progreso dependerá de los avances en torno a una serie de cuestiones pendientes:
- ¿Son las criptomonedas inversiones o herramientas?
- ¿Se convertirán en un nuevo tipo de dinero?
- ¿Serán los programadores capaces de resolver los problemas técnicos?
Perspectivas económicas
Según varias estimaciones, el crecimiento económico de los mercados desarrollados podría ser moderado en 2018, mientras que el fuerte crecimiento de los mercados emergentes podría disminuir ligeramente. Los economistas de Bloomberg prevén que en 2018 Estados Unidos crecerá un 2,5%, China un 6,4%, Japón un 0,9% y Alemania un 1,6%. Sin embargo, sus pronósticos no son tan buenos para muchos países del África subsahariana, Oriente Medio y América Latina.
Las mejoras generalizadas en Estados Unidos y Europa podrían compensar la posible debilidad en el Reino Unido y Japón.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha avanzado en su último World Economic Outlook, publicado este otoño, que ahora será un buen momento para hacer frente a cuestiones no respondidas durante la convalecencia de la crisis financiera de 2007-2009, incluyendo medidas poco populares. "El crecimiento global de la actividad económica se está fortaleciendo".
¿Y qué pasa con España?
El crecimiento económico ha sido fuerte y equilibrado durante 2017, y se espera una ligera desaceleración, aunque seguirá siendo sólido durante 2018 y 2019. La demanda interna disminuirá, ya que el apoyo proporcionado por los bajos precios del petróleo y los impuestos se disiparán. Por otra parte, las tensiones políticas en Cataluña han aumentado la incertidumbre reinante en el país. El aumento de la competitividad seguirá impulsado por las exportaciones, incluso a pesar de que el crecimiento de la demanda exterior registre una leve disminución. Se espera que la inflación disminuya al 1,3% en 2018, antes de repuntar ligeramente en 2019.
La política monetaria acomodaticia de la eurozona seguirá respaldando el crecimiento, pero la política fiscal será globalmente neutra, lo que permitirá una ligera disminución de la deuda pública. Con el fin de aumentar el crecimiento de la productividad en España, sería necesario dar prioridad a una serie de reformas estructurales adicionales para así fomentar la inversión en innovación y aumentar la cualificación de la mano de obra.
Las empresas y los hogares han reducido su deuda conjunta en casi un 55% del PIB desde mediados de 2010. Sin embargo, el desapalancamiento todavía no está completo, especialmente en lo que respecta a las empresas del sector de la construcción y los hogares de bajos ingresos. El sistema bancario es más fuerte, pero se enfrenta a algunos retos a medio plazo debido a la baja demanda de crédito y a la baja rentabilidad. Los préstamos impagados han registrado una notable disminución, pero siguen siendo relativamente altos en algunas instituciones financieras. Para reducir los riesgos de las restricciones a la oferta crediticia a medio plazo, es necesario continuar con el fortalecimiento de los balances bancarios.