El columnista de Forbes Saeed Elnaj comparte su opinión sobre por qué es tan importante entender la diferencia entre el bitcoin y el blockchain.
El escritor Henry Miller dijo en una ocasión:
"Confusión es una palabra que hemos inventado para un orden que no se entiende".
Y la confusión parece correr desenfrenada en muchos artículos críticos sobre el blockchain, mientras que el verdadero problema está en el bitcoin y las criptomonedas.
Existen unas diferencias importantes entres el bitcoin y el blockchain. El blockchain es un libro mayor digitalizado, distribuido y seguro que garantiza transacciones inmutables y resuelve el problema de confianza cuando dos partes intercambian valor. Las criptomonedas como el bitcoin dependen del blockchain para realizar transacciones. Sin embargo, el blockchain va más allá de las criptomonedas y ofrece muchas soluciones que probablemente revolucionarán numerosas industrias.
En una simple comparación metafórica, el blockchain es como un motor que puede ser utilizado en aviones, vehículos, ascensores, escaleras mecánicas, lavadoras y secadoras. El bitcoin, por su parte, es como el primer Ford Model T fabricado en 1908. Esta diferencia fundamental ayuda a entender el valor polimórfico del blockchain y los problemas con el bitcoin y la mayoría de las criptomonedas.
Un área de confusión sobre el blockchain es el impacto ambiental negativo percibido, pero este es un problema específico del bitcoin y de algunas otras criptomonedas. Esto se debe a las limitaciones del diseño del bitcoin de hace una década y a su proceso de explotación minera, que requiere un "proof-of-work" para validar las transacciones.
El proof-of-work es un algoritmo matemático utilizado para validar las transacciones en el blockchain del bitcoin y consume una enorme potencia y energía computacional equivalente a la que se consume en Dinamarca en todo un año. Otras criptomonedas funcionan de manera diferente. El ethereum, por ejemplo, utiliza el concepto de proof-of-stake, que consume mucha menos energía, mientras que otras criptomonedas como Ripple no requieren minería.
Otro problema malinterpretado es el lento rendimiento del blockchain, que es, de nuevo, un problema del bitcoin. La red bitcoin requiere una media de 10 minutos para crear un bloque, y se estima que solo puede gestionar siete transacciones por segundo (TPS). El ethereum lo hace mejor (20 TPS), y el blockchain de IBM (1.000 TPS) y Ripple (1.500 TPS) son aún más impresionantes.
También se ha hablado sobre la incapacidad de las instituciones financieras de adoptar la tecnología blockchain, pero esto es un problema de las instituciones financieras, no de la tecnología.
Sin embargo, el bitcoin tiene unos problemas todavía más graves.
En primer lugar, el bitcoin tiene un número limitado de "monedas" - 21 millones de BTC - que se espera que estén extraídas por completo para 2140. Es probable que antes de eso, la minería de bitcoin no sea rentable debido al alto coste de la energía y al costoso hardware necesario para llevar a cabo esta actividad. Las comisiones por transacción del bitcoin tampoco serán suficientes para mantener la red en funcionamiento. Hay muchas teorías sobre lo que podría suceder cuando la minería desaparezca, pero el escenario más probable podría ser que el bitcoin no tenga la potencia de computación necesaria para asegurar las transacciones, paralizando así la red. La pregunta es, entonces, ¿qué pasará con el valor del bitcoin?
En segundo lugar, el bitcoin prometió en un principio eludir el sistema económico centralizado y permitir el intercambio de valor entre iguales utilizando la moneda digital. Sin embargo, la volatilidad del precio de la criptomoneda hace que resulte muy difícil comprar una taza de café o un álbum con ella. También es poco práctico dado el retraso que se requiere para completar las transacciones urgentes. De hecho, desde el aumento astronómico del precio del bitcoin en diciembre de 2017, el número de transacciones de bitcoin se ha reducido drásticamente.
Como parece, el bitcoin podría no ser útil como moneda para cambiar valor, ¿entonces para qué sirve?
Parece que el bitcoin probablemente dejará de tener un valor significativo, acabando con la filosofía de Satoshi Nakamoto, el supuesto inventor del bitcoin. Su valor actual parece ser puramente psicológico, y el bombo parece estar impulsado por la exuberancia irracional, la codicia y la especulación.
La historia moderna de la humanidad ha visto muchas burbujas, incluyendo la burbuja de las puntocom, la burbuja inmobiliaria e incluso la burbuja del tulipán. Sin embargo, cuando estas burbujas explotaron, muchas grandes compañías puntocom sobrevivieron, la mayoría de las casas recuperaron su valor y los tulipanes todavía tienen significado y tienen valor en nuestras vidas hoy en día. Pero, ¿qué pasará cuando estalle la burbuja del bitcoin? ¿Qué utilidad o valor residual tendrá el bitcoin para los consumidores y las empresas? Lo más probable es que ninguna. Y este es el verdadero problema del bitcoin y las criptomonedas.
Es probable que el bitcoin pase a la historia como un gran invento tecnológico que popularizó el blockchain pero que fracasó debido a sus limitaciones de diseño. Al igual que la revolución industrial fue impulsada por el motor de combustión, la contribución más valiosa de Nakamoto es el motor polimórfico del blockchain que acelerará aún más la innovación en la era posterior a la de la información y afectará enormemente nuestras vidas.
Si el blockchain es realmente como el Ford Model T, que usaba un motor de 20 caballos de potencia, ¿entonces es posible que esta tecnología pueda acabar evolucionando hacia el tipo de motor usado en un Koenigsegg (1.341 caballos de potencia)? Si es así, las posibilidades del blockchain parecen infinitas.
Tal y como insinuó Henry Miller, la comprensión elimina la confusión, y la comprensión de la diferencia entre el bitcoin (el coche) y el blockchain (el motor) arrojará algo de luz sobre los problemas reales y el futuro probable del bitcoin, las criptomonedas y el blockchain.
La opinión del autor puede no coincidir con la posición editorial
Preparado por José Rodríguez