China invierte con fuerza en América del Sur
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El primer ministro de China está de visita en América del Sur, lo que refuerza la intención de llevar a cabo grandes proyectos de inversión en la región. ¿Tendrán estos proyectos de inversión un impacto significativo en el desarrollo de la región?

El Primer Ministro chino Li Keqiang está preparado para llevar una mayor ayuda económica a Sudamérica esta semana, como parte de un mayor esfuerzo de Beijing para tranquilizar a los países en vías de desarrollo que se han visto afectados por la caída de la demanda de materia prima de China.

Hoy se espera que el Sr. Li hable con la presidenta brasileña Dilma Rousseff de los planes para construir una vía férrea gigante, operaciones de adquisición de empresas y el desembolso de miles de millones de dólares para reparar la envejecida infraestructura de Brasil, mientras que la mayor economía de Sudamérica se prepara para los Juegos Olímpicos del año que viene.

Más avanzada la semana, el Sr. Li visitará Colombia, Perú y Chile para tratar de convencer a los socios comerciales de que la ralentización de China no afectará al compromiso de Beijing en la región. Beijing está proponiendo negocios en los que China comprará productos acabados en lugar de únicamente materias primas. Los prestamistas chinos ya se han convertido en unos de los inversores más importantes de Latinoamérica.

«China está invirtiendo dinero en empresas y activos que están devaluados», ha dicho Sergio Amaral, un diplomático brasileño y exministro de Economía. «No se trata solo de una oportunidad política, sino de una oportunidad para hacer buenos negocios».

El enfriamiento de la economía china, un motor esencial del crecimiento global, ha provocado un exceso de materias primas que ha dejado colgados a los exportadores de soja, crudo, mineral de hierro y cobre. La economía china creció un 7% en el primer trimestre con respecto al año anterior, su tasa más baja de expansión desde el 2009.

Mientras los países latinoamericanos luchan por recuperar el crecimiento, China ha emergido como fuente principal de un capital muy necesitado. Préstamos chinos a países de Latinoamérica y el Caribe:

El Sr. Li ha tratado de crear una demanda global para los constructores de trenes de China y está creando oportunidades en el extranjero para los increíblemente ricos fabricantes chinos.

«Hay mucho más por venir» en préstamos e inversiones para la región, ha dicho Margaret Myers, experta en China y Latinoamérica en el comité de expertos del Inter-American Dialogue en Washington. «Estamos viendo números más elevados. Hay más compromiso de todo tipo».

En Brasil, donde China ha reemplazado a Estados Unidos como principal socio comercial, se espera que el Sr. Li firme acuerdos para investigaciones en común sobre la viabilidad de construir una conexión ferroviaria a través de la franja agrícola de Brasil hasta la costa pacífica de Perú. El proyecto, que ha estado atrapado en trámites burocráticos durante años, pretende reducir los costes de transporte de las exportaciones brasileñas a China. En Nicaragua, una empresa china quiere construir un canal oceánico de 172 millas que podría dar paso a grandes navíos, justo cuando Panamá amplíe su canal.

También se espera que la delegación con el Sr. Li a la cabeza revele planes para invertir 53 mil millones de dólares para proyectos de infraestructura en Brasil, una inyección muy necesaria para un gobierno que afronta déficits de presupuesto. El gobierno, después de emplear las ganancias inesperadas de las exportaciones de materias primas para sacar a millones de personas de la pobreza y apoyar el consumo doméstico en los últimos años, está dándoles la vuelta a las políticas de estímulo para equilibrar sus cuentas.

Con un contrato económico de alrededor del 1% este año, el gobierno de Brasil está cortando la financiación del BNDES, banco de desarrollo nacional, una fuente tradicional de financiación barata para proyectos de infraestructura.

«Nuestros brazos están totalmente abiertos a la inversión china», ha dicho Roberto Dumas, un experto en economía china de la Universidad de Insper de São Paulo.

La Sra. Rousseff ha dicho que pronto anunciará un paquete de proyectos de infraestructura que su gobierno va a poner a la venta.

«Justo ahora, Brasil puede usar todo el conocimiento y experiencia de China en infraestructura, incluidos carreteras, trenes, puertos y aeropuertos», ha dicho en una reciente entrevista con un medio de comunicación chino.

El año pasado, los préstamos chinos a Latinoamérica llegaron a los 22 mil millones de dólares, superando los préstamos conjuntos de instituciones de larga tradición como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, según estimaciones del Inter-American Dialogue, un comité de expertos.

Muchos de estos préstamos, que no llevan las condiciones de disciplina fiscal que a menudo añaden los prestamistas occidentales, se anunciaron durante el viaje del presidente Xi Jinping a Brasil y a otros países latinoamericanos en julio del año pasado.

El mes pasado, el Banco de Desarrollo de China abrió una línea de crédito de 3,5 mil millones de dólares para Petróleo Brasileiro SA, mientras la conflictiva empresa de crudo estatal se debate con una investigación sobre la corrupción masiva que está perjudicando a los proveedores y a grandes proporciones de la economía brasileña.

Los principales receptores también incluyen a países con altos niveles de riesgo percibido. Venezuela, rica en crudo, ha recibido 56,3 mil millones de dólares desde el 2007, o alrededor del 47% de las finanzas totales de China en la región, según el Inter-American Dialogue. El gobierno de Argentina, que afronta una severa escasez de dólares y una disputa legal prolongada con acreedores de Estados Unidos, acaba de recurrir al crédito chino para reforzar las mermadas reservas de moneda extranjera.

Después de una incursión inicial en la obtención de industrias, algunas empresas chinas controladas por el Estado también han invertido en proyectos de banca, fabricación y agricultura en toda la región. Pero varios negocios anunciados nunca han llegado a despegar y, a veces, los préstamos acaban alimentando la corrupción. Un proyecto de 7,5 mil millones de dólares en Venezuela con China Railway Group se muestra incompleto y, sobre todo, improductivo. Algunas inversiones chinas en Venezuela se han perdido en escándalos de corrupción entre alegaciones de la mala gestión del gobierno. Las empresas chinas también se han tropezado con trámites burocráticos y disturbios laborales. Una explotación minera en Perú, comprada por Shougang Hierro Peru SA se ha visto perturbada con huelgas casi todos los años. En Brasil, donde los coches chinos son cada vez más populares, el fabricante de coches Chery ha tenido problemas con los sindicatos en su planta del estado de São Paulo justo después de iniciar la producción en febrero.

Los oficiales chinos de alto rango dicen que China quiere diversificar el comercio con Sudamérica importando más productos con valor añadido de los sectores de la fabricación y la aviación.

En Colombia, el Sr. Li pretende reforzar el desarrollo de la infraestructura y la cooperación industrial. También firmará acuerdos de intercambio de moneda en Chile, país rico en minerales, y buscará maneras de estrechar los negocios de libre comercio que China posee tanto en Chile como en Perú.

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