El gobierno de España está de enhorabuena después de que Grecia llegara a un acuerdo con el eurogrupo. Si este acuerdo no se hubiera alcanzado, las cosas se podrían haber puesto más difíciles para las próximas elecciones generales en España.
Después de la humillante rendición de Tsipras ante la Troika el pasado lunes, podemos imaginar que los gobiernos europeos suspiran por fin aliviados, a la vez que sienten cierta alegría por la desgracia ajena (schadenfreude). Aunque se pueda creer que la mayor sensación de alivio se haya experimentado en Berlín, es en Madrid donde el desacreditado gobierno de Rajoy tenía las de perder ante el triunfo de Syriza (o incluso medio triunfo) ante las próximas elecciones generales en España.
Tal y como admitió el anterior ministro de finanzas griego Yanis Varoufakis en el New Statesman, tanto él como Tspiras subestimaron constantemente el poder de la oposición en relación a un nuevo acuerdo sobre la deuda griega entre los gobiernos de los países periféricos (Portugal, España, Italia e Irlanda).
«La peor pesadilla» de los que tienen una gran deuda (los gobiernos de países como Portugal, España, Italia e Irlanda) constituyó «nuestro éxito». «Si consiguiéramos negociar mejores condiciones para un acuerdo, esto supondría su fin en política, ya que tendrían que dar una respuesta a su propio pueblo sobre por qué no negociaron como lo hicimos nosotros».
Al contrario que Syriza, el gobierno de España se ha dejado guiar por la batuta de la Troika. El resultado de esto, según el presidente Mariano Rajoy, ha sido un cambio económico sin precedentes que, según las palabras del ministro de Hacienda y Administraciones públicas Cristóbal Montoro, debería servir de ejemplo al resto del mundo.
Sobre el papel Rajoy y Montoro pueden llevar razón, ya que la economía española parece estar recuperándose. En los resultados del último trimestre, el BBVA revisó al alza la previsión de crecimiento del PIB en España pasando de un 2,7% a un 3% en 2015. Esto es sin duda un gran logro para una economía que hace solo tres años estaba sumida en una profunda recesión.
Un cuento de hadas económico
Existe un único problema en esta historia y es que el crecimiento del PIB en España, como en todos los sitios, solo cuenta una parte de la historia, aunque esta sea importante. Casi todo el mundo (economistas, periodistas, eurócratas, partidarios de la troika e incluso muchos ciudadanos españoles) se aferran de forma desesperada al sueño de que lo peor ya ha pasado. No obstante, estos han decidido ignorar la cruda realidad, es decir, que la versión de los hechos del gobierno está llena de agujeros.
«Las Grecias de España». Desde que Rajoy ganara las elecciones en noviembre de 2011, la deuda pública de España ha crecido a un ritmo mucho mayor de lo que se había visto desde que acabara la dictadura de Franco. La asombrosa cantidad de 590.000 millones de euros (equivalente a 30 puntos porcentuales) se ha añadido a la deuda total del país durante los tres últimos años y medio de «austeridad» impuestos por el gobierno.
Mariano Rajoy en un Congreso del Partido Popular Europeo
El gasto gubernamental de las autonomías sigue creciendo de forma descontrolada. Solo en el último año los gobiernos autonómicos recibieron 27.000 millones de dólares prestados, por lo que a finales de 2014 tenían una deuda combinada de 236.000 millones de euros (22,4% del PIB). Tal y como indica El Economista, España está formada por muchas Grecias. A esto se añade que las autonomías más endeudadas son también las que registran los mayores casos de corrupción. Entre estas se incluye la Comunidad Valenciana, que tiene el gobierno autonómico más corrupto de España y ha sido la primera autonomía en ser multada por Bruselas por «falseamiento de cuentas».
El déficit sigue aumentando
Ante la inminente llegada de las próximas elecciones generales, Rajoy tiene una misión: ganarse el mayor número de votos posible. La austeridad se ha dejado en suspenso y se ha aumentado el gasto tanto a nivel local como nacional, mientras que la bajada de impuestos prevista para principios del próximo año se ha adelantado. La desesperación política ha llevado al gobierno a establecer de nuevo parte de la paga extra de la que los funcionarios disfrutaban durante la época de bonanza antes de la crisis.
Paro crónico
«¿Cómo pueden calificar esta situación de recuperación si una de cada cinco personas sigue en el paro?», me preguntó hace poco el director financiero de una gran empresa. Como si quisiera responderse a sí mismo, añadió: «Es una falsa, un insulto a la inteligencia más baja». Como hace poco indiqué en un informe , la España de la recuperación y no la Grecia de la recesión está actualmente entre los tres países de Europa con la tasa de desempleo más alta. También es el miembro de la OCDE con la tasa de desempleo más alta entre menores de 25 años y mayores de 55, lo que de nuevo sitúa al país por encima de Grecia. Esto quiere decir que la llamada recuperación de España es el equivalente económico de la célebre frase de Tácito: «Crearon un desierto y le llamaron paz».
Nuevo rescate bancario
A pesar de haber superado varios tests de estrés del BCE, los principales bancos de España, tal y como le ocurre a la mayoría de los grandes bancos europeos, siguen afrontando serias limitaciones de capital y grandes problemas de deuda. Según las últimas previsiones, el porcentaje de préstamos no cobrados en España ha aumentado de un 9% a un 10% del total del crédito bancario, lo que equivale, según análisis de The Wall Street Journal, a 120.000 millones de euros aproximadamente. Como indiqué en el informe titulado «It’s Getting Ugly in Spain» (Las cosas se ponen feas en España), aunque el FMI parezca estar contento con los intentos de Rajoy & Co por captar los votos de ciudadanos inconscientes adoptando para ello medidas generalizadas de bajadas de impuestos, lo que está realmente preparando la institución es un nuevo rescate bancario, y no solo en España, sino también en Italia.
Contagio de Sudamérica
España es sin duda la economía más expuesta del mundo a la situación de Sudamérica, cuyo crecimiento ha disminuido. Esta zona es la principal (o incluso la única) fuente de beneficios de muchas de las grandes empresas españolas. Mientras que HSBC, el banco local del mundo, se está retirando de la zona tan rápido como puede, los dos principales bancos españoles, Santander y BBVA, duplican sus esfuerzos. En septiembre, si la Reserva Federal hace lo impensable, es decir, una subida de los tipos de interés, se podría desencadenar una salida de capitales de toda Latinoamérica. Si esto ocurre, las empresas españolas se verán gravemente perjudicadas y algunas incluso necesitarán ayuda del gobierno.
España no es Grecia
Desde que se convirtiera en presidente del gobierno, Rajoy ha repetido en numerosas ocasiones que España no es Grecia. Tampoco es Uganda, tal y como señaló una vez con ese nivel de tacto y diplomacia al que nos tiene acostumbrados. Rajoy tiene razón en muchas cosas: aunque los niveles de corrupción sean similares a los de Grecia, la economía española es mucho más grande y avanzada, ya que los niveles de productividad son más elevados, la infraestructura es mejor y el mercado exterior mucho mayor. Por lo tanto, comparar los dos países no tendría sentido.
No obstante, esto no quiere decir que España no sufra en gran medida debido a sus grandes problemas políticos y económicos, que han sido encubiertos por intereses políticos. España es España y esto ya de por sí es suficiente razón para preocuparse.