Por qué algunos «países en desarrollo» están en desarrollo, mientras que otros realmente no lo están.
Ha pasado 34 años desde que un empleado del Banco Mundial acuñara por primera vez la frase «mercado emergente». Desde entonces, el mundo ha tenido que convivir con dicho término. Su mérito es que resulta inspirador: «emergente» implica «que mejora». A fin de cuentas, sin mejoría, ya sea la del gobierno o la de la riqueza per cápita, no se podrá emerger; solo habrá economías «más desarrolladas» o «menos desarrolladas».
El problema con este término, no obstante, es que pone el límite bastante alto. Implica «convergencia» con las economías desarrolladas, lo cual requiere un rendimiento relativamente mejor y sostenido a lo largo del tiempo.
Basándonos en esta métrica, ¿cómo le ha ido a América Latina? La respuesta, tristemente, es que no muy bien. Esto es sobre todo importante hoy en día, pues el fin del boom de los productos básicos prueba qué países siguen emergiendo o cuáles se han hundido.
Los gráficos muestran el PIB per cápita de América Latina, basándose en su poder adquisitivo, como porcentaje del PIB per cápita de EE. UU. Estos gráficos muestran tres grupos de países:
- los que se han hundido;
- los que no van a ninguna parte;
- y los que emergen.
También muestran tres periodos claros: la «década perdida» de los 80, cuando el impago de la deuda y la alta inflación devastaron la región; las dolorosas reformas del mercado, o «consenso de Washington» de los años 90; y el boom de los productos básicos de la década del 2000, también llamada «la década de América Latina».
También se incluyen las previsiones hasta el año 2020 según datos del FMI. Aunque todas las previsiones deben tomarse con la debida cautela, son señales que alertan de posibles escenarios futuros.
Los que se hunden
El que más cae es Venezuela, a pesar de la bendición o maldición de su inmensa riqueza petrolífera («el excremento del diablo—como un diplomático venezolano lo llamó—que nos llevará a la ruina»). Le sigue Argentina, de la que algunos podrían decir que es el equivalente agrícola a un pozo de petróleo. Ambos países se hundieron en las décadas de los 80 y 90, pero emergieron rápidamente durante el boom de los productos básicos de la década del 2000.
Pero unas políticas derrochadoras han provocado que ambos países sean vulnerables a nuevas caídas. Hay consenso en predecir que la economía de Venezuela disminuirá un 6 por ciento este año y otro 2,5 por ciento en 2016.
Los que flotan
Los países que flotan son aquellas economías en las que la riqueza relativa de su población ha variado poco. También son los dos países más grandes del continente: México y Brasil.
México esencialmente ha sido un mercado estacionario en los últimos 30 años. ¿Por qué? Es uno de los misterios de la economía de los países en desarrollo. La respuesta rápida a este acertijo es que el énfasis que México ha puesto en la estabilidad macroeconómica no se ha traducido en una mayor productividad. Y ello es debido a muchas razones, desde la ausencia del estado de derecho a industrias nacionales «cartelizadas».
Entre tanto, Brasil, contrariamente a lo que se piensa, no lo ha hecho mejor. Como todos los productores de bienes básicos, experimentó un boom en la década del año 2000.
Pero, como demuestra el escándalo de corrupción de la empresa Petrobras, dicho boom estuvo mal gestionado. El país experimenta ahora una traumática recesión, pero no necesariamente una crisis económica (si bien podría ocurrir una crisis política que diera como resultado una crisis económica).
Los que emergen
Los países que emergen son Colombia y Perú. Ambos lo han hecho de forma lenta pero segura en los últimos 30 años, y también Uruguay, que supo manejar bien el boom de los productos básicos sin despilfarrar el dinero caído del cielo. Chile, por lo demás, sigue siendo por mucho quien mejor rendimiento ofrece.
Junto con Uruguay, es el único país latinoamericano que disfruta de forma inequívoca de un PIB per cápita proporcionalmente mayor al que tenía hace 30 años.
¿A qué se debe la divergencia entre los tres grupos?
En cuanto los mercados emergentes superen a los desarrollados en algunas áreas, el libre comercio estudiará si es hora de acuñar un nuevo término para las potencias en desarrollo. La respuesta obvia es un mejor diseño de políticas. Eso, aparte de centrarse más en el largo plazo en lugar de realizar ajustes populistas a corto plazo. Pero existe otro factor que podría resultar más determinante. Es notorio que todos los países cuyas economías exhiben un mejor rendimiento son pequeños. Esto sugiere algo acerca de la economía política asociada al gobierno de un país. Los países pequeños pueden ser más sencillos de gobernar que los grandes, en parte por el tamaño geográfico, pero también porque sus partes integrantes, ya sea la mano de obra o el capital, resultan menos difusas. Los países más pequeños, debido a sus mercados internos limitados, también están necesariamente más abiertos a importar buenas prácticas del extranjero.
Ese mejor gobierno es probable que sea especialmente importante a la hora de determinar qué países siguen emergiendo durante los difíciles años que con toda probabilidad están por venir.