El FMI advierte de las subidas de tipos de las principales economías.
El FMI instó a los principales bancos centrales del mundo este jueves a abstenerse de subir los tipos de interés en un intento por impulsar el gasto en la economía mundial cuando los riesgos de crecimiento estaban aumentando.
El mensaje del fondo a los directivos de los bancos centrales y ministros de finanzas más poderosos que viajaban a Ankara para una reunión del G-20 durante el fin de semana es que la actuación de la mayoría de las economías está de nuevo quedándose por debajo de las expectativas a principios de año.
El FMI está haciendo un llamamiento para prevenir que las tasas de crecimiento decaigan y para aumentar la actuación a medio plazo de las mayores economías mundiales del nivel «moderado» actual.
La Reserva Federal, que también está considerando la idea de subir los tipos de interés de EE. UU. este mes, no estaba sola en la línea de fuego del FMI. En un comunicado del programa para los ministros de finanzas del G-20 y los gobernadores de los bancos centrales, el FMI dijo que el impulso esperado de los bajos precios del petróleo no se había producido y que con baja inflación en todas las economías avanzadas, «la política monetaria ha de permanecer flexible para prevenir que los tipos de interés reales aumenten prematuramente».
Antes de las cifras oficiales del viernes sobre el empleo estadounidense, el fondo hizo un llamamiento a la Fed para «seguir siendo dependiente de los datos» y no tomar acciones apresuradas «con pocas pruebas de presiones significativas de los salarios y precios hasta ahora». Christine Lagarde dijo en junio que la Fed no debería subir los tipos de interés hasta el año que viene.
Sugirió que el BCE también debería expandir su programa de expansión cuantitativa en el que crea euros para inyectarlos en la economía a través de la adquisición de bonos del estado. El informe dijo, en un mensaje claro antes de la reunión sobre política monetaria del BCE el jueves:
«El programa debería ampliarse si no existe una mejora suficiente en la inflación coherente con el cumplimiento de los objetivos de estabilidad de precios a medio plazo».
Y el FMI hizo un llamamiento al Banco de Japón para estar listo para un alivio mayor.
Las advertencias del fondo van a crear un contexto complicado para la reunión de los ministros de finanzas del G-20 este fin de semana, que tenía que haber sido un asunto discreto, pero que ha adquirido mayor importancia en medio de la volatilidad del mercado financiero y los miedos a que una China desacelerada haga descarrilar la economía mundial.
El FMI dejó claro que sus previsiones existentes que esperaban un mejor rendimiento en la segunda mitad de 2015 se han quedado obsoletas para la mayoría de las mayores economías del mundo. El crecimiento ya había sido algo inferior a sus predicciones en EE. UU., la eurozona, Japón y la mayoría de las economías pobres.
Un mensaje positivo fue que aunque todas las miradas estén puestas ahora en China, el FMI cree que el crecimiento en la primera mitad de 2015 concuerdan «en general con las previsiones anteriores», y aunque la inversión se ha ralentizado, «el consumo ha permanecido estable».
Más importante aún que su actualización sobre las tendencias hasta ahora este año, el FMI advirtió de que los riesgos para la salud de la economía mundial habían crecido y «una materialización de algunos de estos riesgos implicarían una perspectiva mucho más débil».
Los riesgos eran mayores para los países más pobres, especialmente para aquellos más expuestos a la debilidad de los precios de los productos básicos, para aquellos con una deuda sustancial denominada en dólares y para los más dependientes de la demanda china para sus exportaciones.
Para impulsar la resistencia de las economías a los riesgos elevados, el FMI instó a los gobiernos a que lleven adelante las reformas que impulsarían el rendimiento económico a medio plazo. El informe dice:
«Tras seis años de debilidad de la demanda, la probabilidad de daño al resultado potencial es cada vez más una preocupación».
Este énfasis en las reformas como por ejemplo los esfuerzos para impulsar la participación en el mercado laboral, que aumenta tanto la demanda como el crecimiento a medio plazo.
Uno de los problemas para los ministros de finanzas del G-20 es que su historial cumpliendo los compromisos adquiridos en reuniones como la de Ankara es desigual en el mejor de los casos. El centro de información del G-20, en la Universidad de Toronto, estimó que los países habían cumplido con solo el 63 por ciento de los compromisos que sus líderes hicieron en la Cumbre de Brisbane del pasado noviembre.