China se ha subestimado a sí misma
Loic Hofstedt/Reuters
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China ha revisado a la baja su estimación de crecimiento económico de 2014 hasta el 7,3% en comparación con el 7,4%, como medida destinada a reavivar las preocupaciones en torno a la salud de la economía del país.

En un comunicado publicado en su página web, la Oficina Nacional de Estadística indica que el PIB de China del año pasado equivaldría a 63,6 billones de yuanes (10 billones de dólares), es decir, unos 32.000 millones de yuanes menos que en su estimación inicial de enero.

La oficina atribuye esta revisión a una estimación a la baja del sector servicios del país, mientras que los resultados de la industria y la agricultura han tenido ambos una revisión al alza.

El anuncio parece no haber perturbado a los inversores en la apertura de los mercados de valores chinos, cerrados tras un fin de semana festivo largo, con el índice Shanghai Composite terminando la sesión de la mañana del lunes con una subida del 0,88%.

La cifra original del 7,4% era ya la más baja en casi 25 años, en unos momentos en los que China se ajusta a lo que el gobierno llama una «nueva situación de normalidad» de menor crecimiento. El país registró una tasa de crecimiento del PIB del 7% tanto en el primer como en el segundo trimestre de este año, coincidiendo exactamente con el objetivo para el año de «en torno al 7%». No obstante, las autoridades han admitido que China podría tener problemas para lograr su objetivo para el año natural.

Esta bajada implica que el país no consiguió alcanzar su objetivo de crecimiento anual de «en torno al 7,5%» el año pasado, por un margen más amplio que lo que se pensaba inicialmente. La Oficina Nacional de Estadística comentó que la cifra podría verse sujeta a una nueva revisión, señalando que todas sus estimaciones iniciales están sujetas a una comprobación preliminar y final.

Wang Jun, economista en el Centro Chino para los Intercambios Económicos Internacionales, dice:

«En años anteriores, la cifra del PIB se revisaba al alza. Esta medida de ahora es extraña, pero creo que se trata de un ajuste normal y que no habría que sacarlo de contexto».

En diciembre, la oficina dijo que la cifra del PIB de China para 2013 era un 3,4% mayor de lo que se pensó en un principio. El cambio del lunes fue mucho menor en comparación, equivaliendo a un ajuste de tan solo el 0,05%. «Una cifra más baja para el año pasado no debería cambiar el panorama general», dijo Huang Weiping, profesor de economía en la Universidad de Renmin en Pekín.

Sin embargo, la modesta revisión pone de manifiesto las trayectorias divergentes de las dos economías más grandes del mundo. El mes pasado, el Departamento de Comercio de Estados Unidos revisó su estimación de crecimiento del PIB para el segundo trimestre al alza, nada más y nada menos que en el 3,7% frente al 2,3% anterior. La Reserva Federal decidirá la próxima semana sobre la posible subida de los tipos de interés, lo que podría impulsar aún más a la baja al yuan y agravar la fuga de capitales de China.

El sector servicios de China representa en torno al 48% del resultado económico total, en comparación con el 43% de la producción y la construcción y el 9% procedente de la agricultura.

El gobierno chino cuenta con los servicios, en especial con los nuevos negocios por internet, para ayudar a suavizar la transición de su economía desde su dependencia tradicional en la propiedad alimentada por la deuda y la inversión en infraestructuras.

La rebaja en la estimación del PIB de 2014 de China se produjo después de que los ministros de economía del G20 trataran de disipar los temores sobre los posibles efectos secundarios a nivel mundial de la desaceleración en China.

Wolfgang Schäuble, ministro de Economía de Alemania, comentó que el G20 ha acordado que no hay ninguna razón para preocuparse por la desaceleración del crecimiento en China, mientras que Pierre Moscovici, comisario europeo de asuntos económicos, elogió la «determinación total de las autoridades (chinas) para sostener su crecimiento».

En la reunión de ministros del G20 en Ankara, Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Popular de China, dijo también que el mercado de valores chino casi ha completado su «corrección».

El banco central de China sorprendió a los mercados de todo el mundo el mes pasado al devaluar el yuan un 1,9%, asustando a los inversores que pensaron que la medida iba destinada a impulsar las exportaciones en declive y el crecimiento económico.

Temores en China

China ha estado agitando a los mercados globales durante todo el verano, mientras sus líderes trataban de evitar que estallara una inmensa burbuja bursátil y que su ralentizada economía se estancara.

Como consecuencia, las autoridades chinas anunciaron que la devaluación iba destinada, efectivamente, a hacer que el yuan estuviera más orientado al mercado, requisito clave para que el Fondo Monetario Internacional pueda considerarlo moneda de reserva, y que este no iba a ser el primer cañonazo en una «guerra de divisas» regional destinada a apoyar a los exportadores con problemas.

El Banco Popular de China, por su parte, dijo que establecería el «tipo de referencia» del yuan en función del dólar, en torno al cual se le permite subir o bajar no más de un 2% al día, más cerca de su anterior cierre. El banco central había mostrado más discreción anteriormente al fijar el tipo de referencia diario.

Tras la primera caída del yuan de 6,2 en relación al dólar hasta 6,41, la moneda se ha estabilizado desde entonces en torno a 6,35, gracias en parte a la intervención del banco central para frenar la caída inicial.

Esto representa una bajada de tan solo el 2,5%, insuficiente para impulsar las fortunas de los exportadores chinos que esperan una depreciación sostenida del 10% o superior.

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