El FMI advierte de nuevas sacudidas
Jon Nazca/Reuters
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FMI publica las previsiones para la economía mundial dos veces al año. La segunda previsión de este año, publicada el martes, trae peores noticias que la anterior.

Según indicó el miércoles el Fondo Monetario Internacional, el mundo corre el riesgo de sumergirse en una nueva crisis financiera si los gobiernos y los políticos no gestionan debidamente los riesgos de la estabilidad del mercado.

José Viñals, director de estabilidad financiera del fondo, dijo al Financial Times que esta mala situación «no se basa en absoluto en supuestos extremos», si no que las primas de riesgo han subido de nuevo, los impagos corporativos aumentan en las economías emergentes y ha disminuido en todo el mundo la adquisición de activos de riesgo. Los efectos debilitarían en todo el mundo las tasas de crecimiento lo suficiente como para llamarlo recesión global.

En su informe semestral de estabilidad financiera global, el FMI simuló cómo empeorarían los efectos de las debilidades financieras actuales en las economías emergentes debido a otra disminución de la confianza o a un error de política.

Según el informe, «los contratiempos pueden originarse en las economías avanzadas o emergentes y, si se combinan con las vulnerabilidades del sistema que no han sido resueltas, podrían dar lugar a un mal funcionamiento del mercado global de activos y a un repentino agotamiento de la liquidez del mercado en relación a muchas clases de activos».

En estas circunstancias el crecimiento del gasto se desaceleraría fuertemente en las economías emergentes y avanzadas, lo que conllevaría un déficit en la producción del 2,4 por ciento en 2017 en comparación con las previsiones de referencia del FMI.

Estas previsiones ya de por sí débiles implicarían que el crecimiento mundial se enfrentaría a la fuerte posibilidad de caer por debajo del 2 por ciento durante un año, lo que se considera la definición estándar de una recesión mundial, aunque estaría por debajo de la crisis de 2008.

«Nuestra situación central no es de crisis. Esta situación de empeoramiento no es una crisis global, sino una situación en la que tendríamos pérdidas significativas en relación al PIB», informó Viñals.

Los riesgos tienen implicaciones peores que los simulados en las previsiones económicas del fondo y destacan la necesidad, agregó, de que las autoridades hagan frente a la debilidad de la estabilidad financiera mundial.

Estos provienen principalmente de los mercados emergentes. No obstante, aunque las economías avanzadas tengan menos probabilidades de provocar una crisis, no son inmunes a las tensiones de los países más pobres. El fondo advirtió que el exceso de crédito está alcanzando un punto crítico en los mercados emergentes, y añadió que las economías emergentes están «en la última etapa de un ciclo de crédito», con niveles de deuda superiores a los niveles esperados teniendo en cuenta el crecimiento de estas economías.

«En los mercados emergentes estamos en las últimas etapas de un ciclo de crédito… Existe actualmente un sobreendeudamiento de alrededor de 3 billones de dólares o de exceso de crédito concedido», dijo Viñals. En relación con el tamaño de su economía, China es el país más expuesto a un exceso de crédito que equivale a un 25 por ciento de la renta nacional.

«China ha empezado a abordar el problema mediante el aumento de provisiones de los bancos para hacer frente a los préstamos morosos. La pregunta es a qué nivel aumentará la morosidad en el futuro, y es muy importante que las autoridades se mantengan alerta para que los bancos cuenten con las provisiones adecuadas antes de que las cosas se pongan más complicadas», dijo Viñals.

Si una crisis fuerte empezara en China, peor que la simulada por el FMI, Gran Bretaña estaría al borde del contagio debido a que la exposición asiática de bancos británicos como HSBC y Standard Chartered situarían al país en una posición más vulnerable.

En las economías avanzadas, los mayores riesgos provienen de la probable decisión de la Reserva Federal de elevar los tipos de interés, que el fondo instó a hacer de una forma que no asustara a los mercados. A nivel mundial el FMI destacó el riesgo de que los mercados se queden sin liquidez si la confianza de nuevo se viera mermada.

Para evitar la materialización de riesgos de mayor peso, el FMI pidió que se implementaran medidas urgentes para aliviar algunas de las tormentas que amenazan a los mercados financieros e impedir que los riesgos se conviertan en realidad.

Se dijo que la Fed debería comunicar cuidadosamente sus intenciones en relación a los tipos de interés y que la zona euro debería aclarar la situación sobre la morosidad en el sector bancario.

Se instó a China a tener «mucho cuidado» en su transición a un modelo económico menos dependiente de la deuda y la inversión. Aparte de contar con más provisiones contra la morosidad, el fondo también instó a las autoridades a dejar de intervenir en el mercado de valores y avanzar más rápidamente hacia una economía de mercado que se basara «menos en la persuasión moral para guiar las actividades de préstamo de los bancos y permitir que las políticas de préstamo y los tipos de interés se determinen según los intereses comerciales».

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