La locomotora de la eurozona se enfrenta a problemas en el comercio.
La recuperación económica de las economías avanzadas de mercado y un fuerte gasto del consumidor parecen situar a la economía alemana en proceso de crecimiento este año, a pesar de la crisis de los mercados emergentes y los escándalos empresariales en el país.
La mayor economía de la zona euro, que a menudo aguanta los chaparrones en su centro neurálgico, ha sido el bastión de fuerza en los últimos años pero se enfrenta a grandes riesgos. Los signos de crisis en China y las calamidades de la economía rusa han dejado a sus exportadores expuestos en un momento en el que el escándalo de las emisiones de Volkswagen ha desatado preguntas acerca de la solidez de la marca Made in Germany.
Un indicador del sentimiento económico muy seguido de cerca, recogido por el comité de expertos del ZEW alemán, cayó en octubre. La encuesta del ZEW publicada el martes, mostró que el 56% de los analistas preveían en el sondeo que las condiciones de los fabricantes de automóviles alemanes iban a empeorar. Los fabricantes de coches representan un 18% de todas las exportaciones. Clemens Fuest, presidente del ZEW, afirmó:
«El escándalo de las emisiones de Volkswagen y el débil crecimiento de los mercados emergentes ha hecho disminuir las previsiones económicas para Alemania».
La posibilidad de que estas amenazas afecten al crecimiento está apoyada por los sólidos datos de la semana pasada que revelaron el declive en las exportaciones de agosto. Los datos de exportación resultaron peores que las cifras previstas en los niveles de industria.
Las bajadas se explican en parte por las idiosincrasias de las vacaciones escolares en Alemania, que han significado que los trabajadores se ausentaron más en agosto este año. Dejando ya de lado los cambios en las jornadas laborales, las cifras de exportación preliminares revelaron una abrupta caída en el comercio fuera de la zona euro que destapó el impacto provocado por la debilidad de las economías china y rusa.
El crecimiento del PIB alemán entre el primer y segundo trimestre fue poco satisfactorio. Las mismas cifras para Francia, su mayor socio comercial, arruinaron también las expectativas.
El comercio es vital para Alemania. Pocos países se vieron tan fuertemente afectados por el colapso de las exportaciones mundiales que sucedió a la quiebra del banco de inversiones estadounidense Lehman Brothers en otoño de 2008. En 2014 su balance de comercio - exportaciones menos importaciones - fue del 7,5% del PIB, uno de los más altos del mundo.
Pero mientras los trenes que viajan de Alemania a China cargados de piezas y maquinaria de automoción comienzan a aligerar y el euro no se ha debilitado tanto como hubieran deseado aquí los exportadores, las empresas que miran a occidente tienen más éxito.
Algunos economistas creen que la fuerza de las economías como la estadounidense o la británica, dos de sus tres más grandes socios, unida a una más tímida recuperación en la zona euro, se mostrará como suficiente para mantener el proceso del crecimiento del comercio.
Stefan Schneider, economista jefe alemán de Deutsche Bank, afirmó:
«Hay más nubes en el horizonte pero no es cierto que estemos en la misma situación ahora que en 2008 y 2009, cuando se produjo un absoluto colapso del comercio mundial. Las exportaciones al mayor mercado fuera de Europa, EE. UU. , han sido excelentes en los últimos meses».
El comercio con Reino Unido, un mayor importador de productos alemanes que china, también resultó bueno.
Deutsche Bank espera un crecimiento del 1,7% en Alemania este año. Ha mejorado últimamente su proyección para el año próximo al 1,9% debido a un aumento previsto de la demanda nacional por la llegada estimada de más de 1 millón de inmigrantes durante 2015.
Aunque el escándalo de las emisiones es un desastre para una de las más grandes compañías alemanas, la reputación de país no radica solo en eso.
«Volkswagen es una de las marcas alemanas más conocidas, pero la etiqueta Made in Germany es más que Volkswagen», declaró Schneider. «Su éxito no es solo el resultado de unas grandes compañías, está profundamente anclado en numerosas y diversas empresas ‘Mittelstand’».
En Alemania, la combinación de los bajos precios del petróleo, un fuerte mercado laboral y un crédito barato han aumentado el gasto del consumidor.
Fuest afirmó:
«El comportamiento de la economía nacional es todavía bueno y la economía en la zona euro continúa recuperándose. Eso hace improbable que la economía alemana se encamine hacia la recesión».
Aunque se prevé que la economía crezca a un ritmo respetable este año, una excesiva confianza en el comercio y en el gasto nacional deja a Alemania expuesta a problemas a largo plazo.
Jörg Krämer, economista jefe de Commerzbank, que pronostica una expansión del 1,5 este año, ha advertido del riesgo de que las autoridades alemanas se lleguen a sentir satisfechas. Cree que una débil inversión en infraestructuras, unos costes laborales más altos, la vuelta de las antiguas reformas del mercado laboral y una población envejecida están erosionando la competitividad.
«La percepción de Alemania como el centro neurálgico económico de la zona euro es exagerado, como también lo era la etiqueta de «el enfermo de Europa» (sick man of Europe), hace 10 años», declaró Krämer. «Pero hay una actitud peligrosa entre los políticos en torno a que la economía alemana permanecerá sólida. La visión de que, si el presupuesto está equilibrado Berlín no necesita actuar, es insostenible - las reformas estructurales son una necesidad urgente».
¿Por qué es importante?
- La economía alemana es la más fuerte de la eurozona, su problemas repercuten en todos los otros países de la región y en el tipo de cambio del euro en sí.
- El escándalo de VW ocasionó algunas pérdidas drásticas para la economía local.
- Sin embargo, muchos expertos solo predicen para finales de año una desaceleración de la economía alemana, pero no una recesión.