Una Unión cada vez más estrecha
Srdjan Zivulovic/Reuters
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Mientras que el Reino Unido se está preparando para un referéndum sobre la Unión Europea, el presidente chino ha traído un acuerdo multimillonario a Londres.

Durante meses David Cameron ha renunciado a exponer exactamente lo que quiere desde su renegociación con la Unión Europea antes del referéndum para su permanencia en la Unión Europea.

El motivo es que independientemente de lo que pida, esto será proclamado instantáneamente como inadecuado por los propios diputados euroescépticos del primer ministro. Incluso ya en la cumbre europea del 15 y 16 de octubre, el resto de líderes irritados le obligaron a prometer que iba a poner por escrito sus demandas a principios del mes próximo. Y según él repitió esta semana bien alto, su lista de deseos es su decisión de eximir a Gran Bretaña del compromiso del tratado de «unión cada vez más estrecha».

Cada vez más estrecha

La formulación completa es «una unión cada vez más estrecha entre los pueblos europeos», un añadido sutil pero importante. Esta frase tiene lugar en el preámbulo del Tratado de Roma de 1957 y en tratados posteriores. Aunque hasta hace poco incluso los euroescépticos no han puesto objeción a lo que es solo una aspiración, otros gobiernos sí han expresado su escepticismo acerca de este fin.

En 2013, el gobierno holandés declaró que «casi ha llegado la hora de “una unión más cercana” en todas las áreas posibles de la política». Y en junio de 2014, el Consejo Europeo declaró formalmente que el concepto abrazaba distintos caminos de integración para diferentes países, «permitiendo a aquellos que quieren profundizar en la integración dar un paso adelante, pero respetando el deseo de aquellos que no quieren avanzar más».

De manera que ¿por qué el Sr. Cameron emplea poco esfuerzo negociador para descartar la adhesión de Gran Bretaña? La respuesta resumida es que necesita un gesto que calme a los euroescépticos, quienes no han tenido una buena semana.

El 20 de octubre la Confederación de la Industria Británica, el principal lobby empresarial, declaró que «la mayoría de las empresas británicas creen que las ventajas de la adhesión a la UE superan a los inconvenientes». Philip Hammond, el secretario de exteriores, también consideró «completamente surrealista» buscar un veto nacional individual.

Un día después, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, apenas declaró que Gran Bretaña había sido un primer beneficiario de las cuatro libertades de movimiento de la UE, mercancías, servicios, capital e individuos.

La unión cada vez más estrecha en la UE tiene claramente una resonancia política, incluso así, Cameron declara que cuando los británicos decidieron en el referéndum de 1975 permanecer en el proyecto europeo, lo veían como un mercado común, no como una unión política. Todavía ese reclamo parece extraño dado el preámbulo. Además, tal y como Alan Johnson, jefe de la campaña europea del partido Laborista, recordó en un discurso del comité de expertos del Chatham House (Instituto Real de Asuntos Internacionales), el 20 de octubre, que «todo el debate en ambos sentidos en 1975 giró en torno a la unión política».

Incluso lo que es más importante, la frase puede tener algo de peso legal. Jean-Claude Piris, anterior asesor legal jefe del consejo de la UE, pone énfasis en su aplicación a los individuos, no a los estados, y afirma que la fórmula es demasiado vaga para tener ninguna fuerza legal. Sin embargo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) la ha citado varias veces. Un reciente estudio de la biblioteca de la Cámara de los Comunes halló referencias a la unión cada vez más estrecha en 53 sentencias del TJUE.

Martin Howe, un abogado británico especializado en derecho de la UE, afirma que el preámbulo «influye intensamente en la interpretación del TJUE de otros artículos del tratado y de los principios generales del derecho de la UE». Un ejemplo fue una resolución del pasado diciembre contra el derecho de la UE a acceder a la Convención Europea de Derechos Humanos, que citaba el objetivo de unión cada vez más estrecha.

El problema que genera esto para el Sr. Cameron surge porque lo máximo que puede esperar de sus socios es un protocolo que recoge las conclusiones del Consejo Europeo de junio de 2014, acerca de los diferentes caminos para los distintos países.

No hay posibilidad de que los restantes 27 países de la UE ratifiquen un cambio del tratado que descarte todo el preámbulo. De manera que el TJUE puede continuar citándolo cada vez que Cameron gane, restando valor a cualquier exención británica.

La ironía de todo esto

La primera es que el preámbulo se mantuvo en el Tratado de Maastricht en 1992, en parte a petición de Gran Bretaña, con el fin de prevenir una referencia alternativa a una unión federal. John Major, entonces primer ministro de los Tories, fue incluso elogiado por añadir una cláusula sobre el hecho de que la toma de decisiones fuera «lo más cercana posible al ciudadano».

Y segundo, una década después, el tratado constitucional de la UE eliminó por completo la frase ofensiva. Todavía los Tories de Cameron estaban entre los críticos más ruidosos de ese tratado y, cuando fue rechazado por los votantes franceses y holandeses, reapareció sigilosamente una unión incluso mayor en el Tratado de Lisboa de 2009.

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