Tras años de sanciones, el país está impulsando la producción y pretende captar clientes de Arabia Saudí y Rusia.
El destino del Mercado del petróleo en 2016 depende en gran parte de una serie de yacimientos petrolíferos con nombres como Ahwaz, Gachsaran, Bibi Hakimeh y Darkhovin. Todos ellos están bombeando crudo enterrado a miles de metros bajo las colinas de la cordillera montañosa Zagros al oeste de Irán. Desde mediados de 2012 los yacimientos han estado produciendo muy por debajo de su capacidad debido a las sanciones estadounidenses y europeas, que limitaban las exportaciones de petróleo iraní. Ahora que Teherán ha alcanzado un acuerdo con las potencias occidentales para resolver la disputa sobre el programa nuclear del país, los ingenieros iraníes están trabajando para que los yacimientos vuelvan a producir al máximo.
«Inmediatamente después de que se levanten las sanciones, estamos en nuestro derecho de volver al nivel de producción que históricamente hemos tenido», dijo el Ministro de Petróleo iraní Biyán Namdar Zangané en septiembre, semanas antes de la primera conferencia internacional sobre petróleo celebrada en Teherán.
La vuelta del país al mercado del petróleo llega cuando el mundo está produciendo mucho más petróleo del que necesita. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la producción mundial de petróleo en la primera mitad del 2015 fue de 95,7 millones de barriles al día de media, mientras que el consumo medio diario alcanzó solo 93,8 millones de barriles. La diferencia de casi 2 millones de barriles al día – equivalente al consumo diario en Francia – ha forzado a los comerciantes a convertir los superdepósitos en instalaciones de almacenamiento flotante. Los iraníes tuvieron que hacer algo similar cuando se impusieron las sanciones en 2012 y convirtieron su flota extensiva de crudo en cubos gigantes de almacenamiento que han estado anclados gran parte de los últimos tres años en el Golfo Pérsico.
El que haya más petróleo iraní en el mercado en 2016 prolongará el exceso de oferta. El impacto llegará a todo el mundo, afectando a países productores de petróleo como Rusia, Arabia Saudí y Venezuela, así como a empresas de esquisto en Dakota del Norte y Texas y a las principales empresas de petróleo, entre las que se incluyen ExxonMobil y Royal Dutch Shell. Puesto que los comerciantes anticipan el retorno del petróleo iraní, el mercado de futuros ya está rebajando sus expectativas de precios del año que viene, con contratos para diciembre que se negocian a menos de 60 dólares por barril.
Zangané ha dicho en repetidas ocasiones que Teherán aumentaría su producción en un millón de barriles al día en semanas tras el fin de las sanciones, que se espera que se levanten en algún momento de la primera mitad de 2016. La AIE calcula que con las sanciones levantadas en seis meses, Teherán podría llegar a una producción de 3,6 millones de barriles al día (o unos 800.000 barriles más al día en comparación con la producción actual). Eso supondría el registro récord de producción de petróleo de Irán desde 2011.
Los comerciantes de petróleo y los analistas son mucho más conservadores sobre la capacidad del país de incrementar rápidamente la producción. Ildar Davletshin, analista en Renaissance Capital en Londres, dice:
«Creemos que la eliminación potencial de las sanciones a Irán podría proporcionar unas fuertes condiciones para una recuperación en la producción de petróleo, pero no compartimos el optimismo expresado por algunos de los comentaristas de mercado sobre la velocidad del tiempo de producción».
Irán podría sorprender a los pesimistas. Los países dependientes del petróleo tienen una larga historia de recuperación más rápida de la producción de lo anticipado tras las interrupciones. En 2003, Petróleos de Venezuela, empresa estatal de Venezuela, fue capaz de aumentar la producción en 2 millones de barriles al día en solo cuatro meses a pesar del daño extendido al equipo por un intento de golpe contra el presidente Hugo Chávez. En 2011, después de que estallase la guerra civil en Libia y que la producción de petróleo del país cayese a cero, el mercado esperaba que tardaría 18 meses en aumentar la producción a un millón de barriles al día. La producción superó ese nivel en menos de seis meses.
Sea lo que sea que produce Irán el próximo año, mucho de su crudo podría acabar en el sur de Europa, ya que Irán quiere recuperar clientes que perdió en Francia, Italia y Grecia. Después de que las sanciones obligaran a países europeos a dejar de comprar petróleo a Irán, el sur de Europa convirtió a Arabia Saudí, Rusia e Irak en sus principales proveedores. Los analistas dicen que para recuperar la cuota de mercado, Irán tendrá que ofrecer a los clientes petróleo más barato que los saudíes o los rusos.
Otra cosa que también se desconoce es la cantidad de petróleo que Irán tiene almacenado, tanto en el interior y en superdepósitos en el Golfo Pérsico. Las estimaciones oscilan entre 12 y 60 millones de barriles. La composición exacta de lo que está almacenado también se desconoce: petróleo crudo, fuelóleo y el llamado condensado (una forma de crudo de alta calidad) son las posibilidades que hay.
Independientemente del aumento final, Zangané, el ministro de petróleo, manda un mensaje al resto del mundo de la energía: «Nuestra única responsabilidad aquí es alcanzar nuestra cuota de mercado perdida, no proteger los precios».