La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revisó de nuevo al alza su proyección de crecimiento para España este año pero recortó en una décima el previsto para 2016, según el informe semestral sobre perspectivas económicas del organismo divulgado el lunes.
La OCDE prevé ahora un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español del 3,2 por ciento en 2015, frente al 2,9 por ciento que esperaba en junio, bajando del 2,8 al 2,7 por ciento la previsión para el año que viene. El organismo ve también una desaceleración del crecimiento en 2017 hasta el 2,5 por ciento.
Las nuevas proyecciones de la OCDE son similares a las últimas de la Comisión Europea --que espera un crecimiento del PIB este año del 3,1 por ciento, del 2,7 por ciento en 2016 y del 2,4 por ciento en 2017-- y contrastan con el mayor optimismo del Gobierno español, que estima crecimientos del 3,3 por ciento, el 3 por ciento y el 2,9 por ciento, respectivamente.
El organismo advirtió el lunes en su informe de la peligrosa caída de los flujos comerciales internacionales y recortó la previsión de crecimiento global en una décima al 3,0 por ciento.
La ralentización de los próximos ejercicios se ve justificada por la disminución del impacto positivo de algunos factores que actualmente están beneficiando a la economía del país, como son la caída de los precios del petróleo y la depreciación del euro frente a otras monedas.
El problema del paro
El gran problema de España es actualmente, y lo seguirá siendo en el futuro, el paro, que se encuentra en el 20,9% en el cuarto trimestre y es casi el doble que en la zona euro (10,6%).
La OCDE ha calculado que el paro en España irá bajando, pero a un ritmo lento y en 2017 todavía se encontrará muy lejos de la tasa de desempleo del resto de la eurozona.
La organización insistió en el hecho de que el desempleo seguirá siendo muy alto si no se llevan a cabo esfuerzos adicionales para que los parados de larga duración se integren en el mercado laboral.
Los autores del estudio también pusieron de manifiesto la necesidad de llevar a cabo reformas estructurales para hacer frente al lento aumento de la productividad. Consideran que es necesaria una mayor competencia en los servicios profesionales y la gestión de mercancías en los puertos entre otros.
Sobre las emisiones de CO2
La organización también indicó que una mejor fijación de los precios de la emisión de dióxido de carbono fomentaría las innovaciones tecnológicas y reduciría las emisiones, que como sabemos provocan el calentamiento del planeta.
Por esa razón, la OCDE apuesta por un aumento de los impuestos sobre el gasóleo, que tiene una fiscalidad menor pese a que su combustión genera por litro más CO2 y más partículas finas.