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El sector eléctrico español goza de una buena salud mantenida en el tiempo.

Las tres grandes compañías con actividad en España —Iberdrola, Gas Natural y Endesa— han mantenido sus beneficios anuales siempre por encima de los 5.000 millones durante la crisis y parece que este año 2015 volverán a cerrarlo con unos beneficios similares y, además, en progresión creciente. Estos resultados demuestran la solidez de nuestro negocio.

Endesa presentó este miércoles sus resultados al cierre del tercer trimestre y declaró un beneficio de 1.206 millones de euros. Comparado con la ganancia del año pasado en el mismo periodo (1.208 millones) parece indicar una estabilización. Pero la normativa contable establece que se comparen términos homogéneos y como Endesa vendió en 2014 su negocio en Latinoamérica (Enersis), solo cabría comparar los beneficios de las divisiones de España y Portugal.

De este modo, el beneficio habría crecido a 743 millones en 2014 por 1.209 millones en 2015. Es decir, un incremento de ganancias del 63%. «Estos resultados demuestran la solidez de nuestro negocio» aseguró José Bogas, consejero delegado de Endesa, tras presentar las cuentas. Pero esta solidez no es exclusiva de Endesa. El resto de las grandes eléctricas también aumentaron beneficios hasta septiembre hasta mostrar una ganancia conjunta de 4.218 millones de euros, un 18,1% más que en el año anterior. Un crecimiento que también se observa en el Ebitda —el beneficio antes de impuestos, depreciaciones y amortizaciones crece un 8,7%, hasta los 12.181 millones— y en la cifra de facturación, que asciende a los 59.141 millones en ingresos.

«Es normal, casa con la situación actual del sector. El precio de la luz está subiendo y se traslada de forma natural a las cuentas de los resultados de las eléctricas», asegura a 20minutos Jorge Morales de Labra, ingeniero experto en energía, que calcula que los precios mayoristas de la electricidad en el mercado han crecido un 20% en el último año. «No hay competencia en el sector, el Gobierno debería intervenir porque las eléctricas están vendiendo la energía al precio que quieren», añade Rubén Sánchez, portavoz de la organización de consumidores Facua. De este modo, los beneficios previstos para 2015 llevan camino de igualar la subida del año pasado, cuando las tres grandes eléctricas elevaron un 20,8% su ganancia conjunta, hasta los 7.125 millones de euros. «A diferencia del resto de sectores empresariales, el beneficio bruto de las eléctricas no ha conocido la crisis. En el peor de los casos se han limitado a mantenerlos», explica Morales de Labra. De hecho, durante los años de la crisis, solo en el año 2013 la ganancia común de las tres grandes eléctricas no superó los 6.000 millones de euros. El beneficio de las eléctricas no ha conocido la crisis

«En la partida eléctrica han perdido dos partes, los consumidores y las energías renovables... y solo han ganado las eléctricas», dice este experto. Este medio pidió este miércoles a la patronal eléctrica Unesa una valoración del estado de salud de las cuentas de sus empresas asociadas, pero han declinado comentarlo.

Los altos beneficios empresariales no suponen un problema en sí mismos, pero muchas organizaciones critican que las 'vacas gordas' en sus balances no sirvan para aliviar la factura de los consumidores. «Resulta difícil de entender para un consumidor contemplar como la luz no ha parado de subir en estos últimos años y a la vez las empresas eléctricas presentan unos beneficios enormes», dice la OCU.

España ocupa el cuarto lugar entre las facturas más caras de Europa. Y según el Informe Robinson publicado en octubre, la electricidad en los hogares españoles se ha encarecido un 52% entre 2008 y 2014, un alza que duplica la media de la Unión Europea. La OCU afirma que «la verdadera causa» de la subida de la luz está en la «existencia de un oligopolio» y la falta de competencia en el mercado. «Eso unido a la pésima regulación ha propiciado que en España al contrario que otros países la luz haya subido más», dice un portavoz de la organización.

Habrá hogares que puedan pagar este aumento del coste. Pero otros muchos, no. El índice Arope cifra en un 11,1% el porcentaje de españoles que no pudieron calentar su casa en 2014 por no ser capaces de afrontar la factura eléctrica. Traducido en personas, son 5,1 millones de españoles los que sufren de pobreza energética, una cifra que ha crecido un 47% en los últimos cinco años.

Según Jorge Morales, una de las medidas que podrían tomarse para reducir la factura eléctrica será la reducción del IVA. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), el 21% que España aplica al consumo de electricidad es tres puntos superior a la media comunitaria. Una bajada hasta el 6% que se aplica en Bélgica supondría que una factura de 100 euros se vería recortada a 87 euros.

Las eléctricas piden «limpiar el recibo»

Las eléctricas, sin embargo, consideran que la culpa del alto precio de la luz no es exclusivo del IVA, sino de todos los costes fijos que el Gobierno introduce en la factura. Eduardo Montes, presidente de la patronal eléctrica Unesa, ha pedido este miércoles al nuevo Gobierno que salga de las urnas que «limpie el recibo de la luz de todo lo que no sea suministro eléctrico». «En esta legislatura se ha duplicado el coste fijo de la factura», añade Morales de Labra.

¿Y cuáles son estos costes no eléctricos? En una factura tipo de 50,95 euros, apenas el 20,6% (10,49 euros) correspondería a la producción de electricidad y al margen de la compañía. El resto son impuestos (10,82 euros) y costes regulados del sistema (28,18 euros), entre ellos 10,06 euros destinados a incentivar las energías renovables. «Las eléctricas llevan mucho tiempo intentando quitar los incentivos a las renovables de la factura, pero traspasar estos costes a los Presupuestos, para que lo paguen todos los españoles, sería falsear el precio de la electricidad en nuestro país», dice Morales.

¿Qué otros costes se incluyen en la factura? Siguiendo el ejemplo de la factura tipo anterior, entre los costes regulados —aparte de los incentivos a las renovables— se incluyen 9,73 euros del coste de transporte de la energía y 8,39 euros bajo el epígrafe «Otros costes regulados». Y es aquí donde entran cargos como la interrumpibilidad del servicio, el peaje de potencias o la insularidad que, según explicó en una entrevista a este medio Fernando Ferrando, de la Fundación Renovables, son costes que no deberían cargarse al cliente.

«La clave está más en la regulación de mercado que en la fiscalidad», aseguran por su parte desde la OCU. «Si se favoreciese la competencia real también se puede disminuir el precio de la electricidad. Es necesario revisar el sistema de fijación del precio de la electricidad que permita los consumidores pagar por la electricidad el precio que realmente cuesta producirla».

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