Si la moneda única sigue subiendo, se intensificará la presión sobre el BCE.
Si buscamos, podemos ver algunos activos que han subido de valor este año, como por ejemplo 15 valores del Stoxx Europe 600 o cuatro acciones del S&P 500, que han subido más de un 5%. Por desgracia para el Banco Central Europeo, el euro también está en la lista de cosas que han subido de valor este último año.
Es cierto que el movimiento no es muy amplio. Con respecto al dólar, el euro ha subido un 0,5% y, estando a 1,09 dólares, todavía está muy por debajo de su nivel de partida de 2015 y por debajo del rango de entre 1,10 y 1,15 dólares en el que se situó durante gran parte del año pasado. Pero frente a una canasta de las monedas de 19 socios comerciales, el euro se ha revalorizado un 1,4% este año según los datos del BCE y, en comparación con los mínimos de noviembre, ha aumentado un 4,1%, sobre esta base.
El presidente del BCE, Mario Draghi, no quiere ver que el euro se fortalece, ya que supondría otro factor en contra del objetivo de inflación de la zona euro de «por debajo, pero cerca» del 2%. Ahora la esperanza de que los efectos de que los precios del petróleo harían que la inflación fuese más alta en el año 2016 se ha visto mermada por la nueva caída de los mercados de materias primas. A pesar de que el banco central no tiene un objetivo sobre la divisa, un euro más débil es una forma de apoyar la recuperación de la zona euro y de subir la inflación.
Por supuesto, el BCE es solo uno de los factores de la ecuación. Las políticas monetarias cambiaron en diciembre, cuando la Reserva Federal de EE. UU. elevó los tipos de interés por primera vez desde la crisis financiera global. Para los inversores que apuestan por un euro más débil, la Fed sigue siendo un factor clave. Si aumenta los tipos a un mayor nivel del apostado en los mercados, esto podría provocar una subida del dólar y una bajada del euro. No obstante, la agitación de los mercados está poniendo a prueba esta teoría. La brecha entre la rentabilidad de los bonos estadounidenses y alemanes a dos años se ha reducido en 0,2 puntos porcentuales desde su máximo de diciembre.
El BCE revolvió los mercados en diciembre cuando relajó su política, pero no pudo igualar las expectativas alcistas. Algunos economistas esperan ya nuevas medidas por parte del BCE, aunque a finales de año. Pero el informe de la reunión de diciembre del BCE, publicado la semana pasada, sugiere barreras a la flexibilización. Existe claramente un grupo de responsables políticos que piensan que la flexibilización cuantitativa en la zona euro es problemática.
La reunión del BCE de esta semana no mejorará la situación. Pero si el euro sigue subiendo en función de la actividad comercial, la presión sobre el BCE seguirá aumentando.