La UE no estuvo a la altura para hacer frente a la crisis
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Según el Tribunal de Cuentas de la UE, la Comisión Europea ha gestionado mal los rescates de gobiernos a raíz de la crisis financiera, imponiendo condiciones más severas a los Estados miembros a medida que el contagio se extendía por todo el continente.

En la primera evaluación importante del papel de la Comisión en la «troika» de acreedores internacionales, el TCE ha dicho que Bruselas no estaba preparada para la espiral de crisis de deuda en Europa, ya que no pudo detectar los peligrosos niveles de déficit en los Estados miembros.

El organismo de control de gasto ha examinado cinco rescates desde 2009 hasta 2011. Los auditores han constatado que la Comisión intensificó sus exigencias de austeridad cuando la crisis financiera se extendió a la periferia de la moneda única.

Portugal estaba obligada a cumplir con casi 400 condiciones como parte de su programa de rescate de 78 mil millones de euros en 2011, mientras que a Hungría - que fue rescatada en 2008 - solo se le impusieron 60 requisitos.

Los auditores dijeron:

«Los objetivos de déficit de algunos países se relajaron más de lo que la situación económica parecía justificar. A los países que necesitaban más reformas en un campo determinado se les pidió que cumplieran con un menor número de condiciones que a los países con un mejor rendimiento».

Grecia – el mayor receptor de dinero en efectivo de rescate de la zona euro - no ha sido parte de la auditoría y estará sujeta a su propia revisión del rescate.

Los resultados parecen reivindicar los temores iniciales de que la UE carecía de la experiencia necesaria para gestionar una crisis que afectó a Europa desde 2009.

La canciller alemana, Angela Merkel, presionó para que el Fondo Monetario Internacional participara en los rescates financieros de Irlanda, Portugal y Grecia, en un intento por mejorar la credibilidad de los programas de rescate.

Los auditores dijeron que la Comisión no detectó los peligrosos niveles de déficit que se estaban acumulando en los Estados miembros antes de la crisis, lo que significaba que «no estaba preparada para las primeras solicitudes de asistencia financiera», cuando los signos de estrés financiero aparecieron.

El informe de los auditores

Otras deficiencias incluyen el uso de hojas de cálculo básicas y «torpes» para pronosticar el rendimiento económico así como la falta de documentación, que todavía debe ser encontrada por las autoridades. Baudilio Tomé Muguruza del Tribunal de Cuentas Europeo, dijo:

«Debemos aprender de los errores que se cometieron».

Las críticas a la Comisión llegan después de que el expresidente del Banco Central Europeo fuera llevado ante el parlamento de Irlanda para explicar las acciones de su institución durante el rescate del país que tuvo lugar en 2010. El BCE, que formó parte de la Troika, junto con la Comisión y el FMI, ha sido acusado de obligar a Dublín a asumir los enormes pasivos de los bancos en quiebra de Irlanda - protegiendo de las pérdidas a los poseedores de bonos.

El informe del Tribunal de Cuentas descubrió que el banco central no consiguió discutir con la Comisión sus «debates internos» sobre el sistema bancario irlandés. El trabajo posterior del FMI descubrió que una mayor distribución del riesgo entre los acreedores podría haber aliviado la presión sobre el contribuyente irlandés y la economía, «pero esto no se hizo».

La Comisión ha dicho que está de acuerdo con algunas de las conclusiones, pero que sus decisiones no tuvieron lugar «en el vacío, sino en el marco de unas instituciones complejas». Dijo que la imposición de condiciones de rescate estandarizadas en todos los países deudores era inútil.

«La flexibilidad es deseable dada la diversidad de las condiciones político-económicas y administrativas de los diferentes países», dijo la portavoz Annika Breidthardt.

Fuente: The Telegraph

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