Hasta ahora, ningún presidente de Estados Unidos ha sido destituido de su cargo por juicio político. Sin embargo, cada vez más personas creen que esto podría ocurrir durante el primer mandato de Donald Trump. Según las encuestas más recientes, aproximadamente el 43% de los estadounidenses está a favor de su destitución.
Tal y como muestra el gráfico, la destitución es un procedimiento muy complicado. Su iniciación no significa necesariamente que el presidente acabe abandonando el cargo. En toda la historia de EE. UU., tan solo ha habido dos casos en los que la cuestión del juicio político ha llegado al Senado - en 1868, cuando Andrew Johnson fue acusado de destituir de forma ilegal al ministro de la Guerra, y en 1998-1999, cuando Bill Clinton fue acusado de perjurio y obstrucción a la justicia en relación con la historia de Monica Lewinsky. En ambos casos, la acusación no obtuvo la mayoría necesaria de dos tercios.