Si suma el dinero que los gobiernos de todos los países han tomado prestado, obtendrá una cantidad muy alta: 63 billones de dólares (Estados Unidos representa casi un tercio de esta cifra).
En una situación ideal, los gobiernos piden prestado dinero únicamente para cubrir temporalmente los déficits presupuestarios a corto plazo o para financiar proyectos de vital importancia. Sin embargo, actualmente la mayoría de los países están acostumbrados a la idea de que los déficits permanentes son una situación normal. Mientras tanto, la acumulación de deuda no es un buen augurio para los países o para toda la economía global.
Por lo general, son dos los indicadores que se tienen en cuenta: el porcentaje de la deuda del país con respecto a la deuda mundial y la relación deuda-PIB.
En la primera categoría los cinco "líderes" son: Estados Unidos (31,8% de la deuda global), Japón (18,8%), China (7,9%), Italia (3,9%) y Francia (3,8%). Juntos, estos cinco países son responsables del 66% de la deuda pública mundial en términos nominales, o de 41,6 billones de dólares.
Sin embargo, los cinco "líderes" de la relación entre la deuda y el PIB son Japón (239,3%), Grecia (181,6%), Líbano (148,7%), Italia (132,6%) y Portugal (130,3%).