¿Por qué llorar, inversor?
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Nadie es perfecto - y hasta los jugadores más experimentados en el mercado se han permitido cometer errores. Aprenda de sus errores si todavía está a tiempo.

Los expertos de Motley Fool saben de lo que hablan cuando se trata de ahorros e inversiones, pero muchos de sus conocimientos proceden de hacer cometido errores en el pasado.

Ya se trate de vender acciones demasiado pronto, de no aprovechar una excelente oportunidad de compra o retirar un fondo de pensiones antes de tiempo, lo hemos hecho todo y hemos aprendido unas valiosas lecciones a partir de nuestros errores. Para evitar que usted cometa los mismos errores, he aquí tres Fools (en inglés Fool significa «loco») dispuestos a compartir sus historias.

Matt Frankel: cuando la gente me pregunta de qué me arrepiento más en el terreno de las inversiones, la respuesta es sencilla: compré acciones de Tesla (NASDAQ: TSLA) cuando la acción valía uno 20 dólares y las vendí cuando alcanzaron un máximo de unos 70 dólares, pensando que había hecho una gran jugada. Pero todos sabemos lo que pasó, ya que Tesla está vendiendo sus acciones a 244 dólares mientras escribo esto, tan solo unos años más tarde.

No obstante, aprendí una lección muy valiosa de mi error. Cuando el precio de una acción sube, sin importar cuánto, pregúntese si las razones por las que la compró siguen siendo válidas. En el caso de Tesla, yo seguía creyendo en la visión y el producto de la empresa a largo plazo e, incluso con su precio más elevado, no consideraba que la acción estuviera por encima de su valor.

En resumidas cuentas, compré acciones de Tesla con la intención de que fueran una tenencia a largo plazo en mi cartera, pero dejé que el deseo por obtener una ganancia rápida nublara mi buen juicio. La lección es que las acciones suben y bajan, pero las decisiones sobre la compra y la venta de estas no deberían basarse en el precio de la acción. En su lugar, piense si el precio representa una acción de una buena empresa a un buen precio. Si es así, no deje que un repunte rápido del precio de la acción le convenza de que ha llegado el momento de vender.

Todd Campbell: cuando la recesión golpea y el mercado cae, es extremadamente difícil filtrar el aparentemente interminable ruido de fondo y mantenerse en una disciplina de compra mientras los demás venden.

Durante la crisis económica, las ondas de radio se cargaron de incesantes recordatorios de porqué los inversores debían evitar comprar pero, afortunadamente, una disciplina adquirida de contribuir mensualmente a un fondo de inversión diversificado mediante un programa que promediaba el costo en dólares me permitió ver más allá de ese miedo a corto plazo y seguir comprando cuando los demás vendían.

No obstante, sí lamento algo y es que durante la caída dramática del S&P no aumenté de forma significativa mis contribuciones mensuales. Si lo hubiera hecho, habría obtenido un aumento mucho mayor en el valor de mi cartera cuando el S&P 500 dejó de caer y se duplicó.

La lección que hay que extraer de esta experiencia es que si mantienes una sólida disciplina de inversión, unos pequeños ingresos mensuales extra y un horizonte a largo plazo, entonces pueden amortizarse a largo plazo para ahorrar un poquito cuando los mercados salgan a la venta.

Jason Hall: he cometido dos veces el error que más lamento: haber retirado antes de tiempo mis fondos de pensiones.

En las dos ocasiones fue de los 20 a los 30 años y la suma combinada era «solo» de unos 6.500 dólares, que probablemente era menos que los gastos de un mes cuando los hubiera retirado al cabo de unos 25 años, en función de la inflación.

Pero no son los 6.500 dólares lo que lamento. Es el valor del tiempo y el coste de oportunidad a los que renuncié cuando retiré ese dinero y es algo que ya no puedo deshacer. Voy a explicarlo mejor.

Basándome en cuándo retiré aquellos dos fondos de pensiones y cómo se ha comportado el mercado desde entonces, mi cuenta para la jubilación tendría hoy día un valor de más de 23.000 dólares si hubiera mantenido ese dinero invertido. Pero esto solo es el principio.

Echemos solo un vistazo a cuánto habrían podido crecer esos 23.000 dólares en el futuro si todavía los tuviera invertidos y hubieran generado en torno a un 9% de rendimiento anual compuesto (que es aproximadamente igual a la media histórica del S&P 500).

Reemplazar 6.500 dólares hoy sería fácil. ¿Tener 100.000 dólares más para la jubilación? No tanto. Pero me alegro de haberme dado cuenta de esto antes de quedarme sin tiempo de poder aumentar mis ahorros para la jubilación.

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