Trading hormonal
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Los traders jóvenes desestabilizan los mercados - y la culpa la tiene la biología.

Si lo que desea es calmar los mercados financieros, añada más mujeres (quienes por cierto invierten mejor que los hombres) y personas mayores a los varones jóvenes del mostrador de operaciones.

Esta es una de las recomendaciones hechas por el estudio sobre el papel que desempeñan las hormonas en cuanto a provocar un comportamiento arriesgado en las decisiones financieras. El cortisol y la testosterona, hormonas más presentes en varones jóvenes, llevan a los operadores a correr riesgos y seguir corriéndolos una vez que han tenido éxito causando buenas rachas y caídas, según afirma Ed Roberts, investigador del Imperial College de Londres.

Roberts y sus compañeros suministraron las hormonas o el placebo a los sujetos del estudio y les simularon un escenario de toma de decisiones de inversión. Aquellos que recibieron las hormonas realizaron apuestas más arriesgadas, según un artículo publicado en el diario Scientific Reports.

El comercio con operaciones «se encuentra muy dominado por varones jóvenes caracterizados por ser un subconjunto particular de personas», afirmó Roberts en una entrevista. «Se trata de un grupo con niveles más altos de testosterona y muy competitivo. ¿Se comportan con la misma racionalidad que lo harían si estuviesen en un grupo mixto? El entorno social ejerce una gran influencia en el comportamiento humano».

Según Roberts, otra forma de reducir las apuestas arriesgadas sería limitar los incentivos personales de los operadores y asegurarse de que los datos financieros se publiquen con más frecuencia para reducir esa incertidumbre que estimula la hormona del estrés, el cortisol.

Roberts, que estudia el funcionamiento cerebral y el sistema endocrino (la red de glándulas y hormonas que influyen en la toma de decisiones), dijo que al administrarle a los participantes cortisol y testosterona, los investigadores habían determinado una conexión directa con arriesgarse en las finanzas.

«Una influencia desestabilizadora»

Los investigadores escribieron que «los efectos observados son compatibles con las observaciones de campo en operadores profesionales y sugieren que estas hormonas sí que pueden ejercer una influencia desestabilizadora en los mercados financieros».

Las conclusiones extraídas de análisis anteriores determinaron que hay más posibilidades de que los hombres y no las mujeres sean los que se arriesgan. Un estudio previo indicó que los operadores conseguían ganancias más altas en las mañanas en las que los niveles de testosterona eran más altos con respecto a su media diaria y que existía una correlación entre la incertidumbre financiera y los elevados niveles de cortisol.

El nuevo estudio consta de dos partes. En la primera, 142 hombres y mujeres jugaron a un juego de operaciones a gran velocidad sin administrárseles hormonas adicionales y se analizó su saliva tres veces en dos horas. Los altos niveles de cortisol en los varones tenían una conexión con la frecuencia de negociación, la mala tarificación así como la inestabilidad general de precios. Las mujeres, que cuentan con la presencia de otras hormonas como los estrógenos, que son las reguladoras del efecto del cortisol y la testosterona, no presentaron los mismos efectos.

En la segunda parte, se administraron las hormonas a los hombres y se les pidió que participasen en sesiones de negociación simulada. Al compararlos con aquellos varones que recibieron el placebo, se observó que los primeros apoyaban acciones más arriesgadas. El experimento se hizo con 75 personas.

El estudio también examinó las distintas funciones del cortisol y la testosterona:El cortisol y la testosterona «se apoyan entre sí» y «ambos le alejan de la toma de riesgos óptima», afirmó. Si se reducen los efectos de las hormonas en las transacciones con operaciones, «debería obtener mejor rendimiento y mayores periodos de estabilidad en los que las personas ganan dinero, y eso beneficia a todo el mundo», afirmó Roberts.

El estudio se realizó con el apoyo de Carlos Cueva como coautor, un profesor de economía de la Universidad de Alicante, España. Otros que también colaboraron en el estudio procedían de la Universidad de Cambridge, el Colegio Real de Psiquiatras del Reino Unido, la Universidad de Zúrich y la Universidad de Minnesota.

  • El cortisol se produce en momentos de incertidumbre y estrés, provocando una respuesta de «lucha o huye» que puede fomentar un comportamiento agresivo o arriesgado. Los efectos desaparecen rápido frecuentemente.
  • La testosterona, en cambio, se relaciona con el optimismo y la seguridad en sí mismo y puede producirse durante días. Obtener ganancias con las operaciones puede generar la hormona, traduciéndose en una seguridad personal que puede generar más éxito y testosterona, dijo Roberts. También afirmó que el efecto crea rachas de victoria y puede llevar a sentir una «exuberancia irracional» que acabe en crisis.

El cortisol y la testosterona «se apoyan entre sí» y «ambos le alejan de la toma de riesgos óptima», afirmó.

Si se reducen los efectos de las hormonas en las transacciones con operaciones, «debería obtener mejor rendimiento y mayores periodos de estabilidad en los que las personas ganan dinero, y eso beneficia a todo el mundo», afirmó Roberts.

El estudio se realizó con el apoyo de Carlos Cueva como coautor, un profesor de economía de la Universidad de Alicante, España. Otros que también colaboraron en el estudio procedían de la Universidad de Cambridge, el Colegio Real de Psiquiatras del Reino Unido, la Universidad de Zúrich y la Universidad de Minnesota.

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