El euro ha tendido a crecer durante las recientes perturbaciones registradas en el mercado bursátil, y esto definitivamente no es lo que necesitamos en la zona del euro.
Hace tan solo unas semanas, la crisis de la deuda griega puso en duda el futuro del euro. Ahora se ha convertido para los inversores en una moneda a la que acudir en tiempos de estrés.
El euro repuntaba por encima de 1,17 dólares frente al dólar el pasado lunes, su mayor nivel desde enero, tras el derrumbe de los mercados bursátiles en todo el mundo. «El euro está siendo tratado como un refugio seguro», ha dicho Robin Brooks, un analista de divisas en Goldman Sachs.
La moneda ha escalado más de un 10% frente al dólar desde marzo. En ese momento, el euro cayó a su mínimo en 12 años poco después de que el Banco Central Europeo comenzara a inyectar miles de millones de euros recién acuñados en el sistema financiero de la región bajo su programa de estímulo de compra de bonos.
Un dólar debilitado, a medida que crecen las dudas sobre si la Reserva Federal de EE. UU. va a aumentar los tipos de interés este año, ha dado un impulso al euro.
El aumento también refleja el nuevo papel del euro en el comercio de divisas. El programa de expansión monetaria cuantitativa ha rebajado los costes por intereses en la eurozona. Los analistas e inversores aseguran que esto ha ayudado a convertir al euro en una moneda de financiación en los llamados «carry trades», un papel que también juega el yen japonés. Ahora, cuando los mercados ya están estables, ciertos inversores piden prestados euros para invertir en activos en divisas de mayor rendimiento y a menudo de mayor riesgo.
- Cuando los mercados se encuentran sometidos a estrés, los inversores reembolsan sus préstamos, manteniendo a flote al euro.
- Los inversores de la eurozona que hayan estado buscando mayores rentabilidades en el extranjero también, posiblemente, traerán su efectivo a casa.
«La evolución de estos carry trades junto con el interrogatorio sobre la próxima decisión de política monetaria de la Reserva Federal explica la fortaleza del euro», dijo Didier St. George, director gerente en Carmignac Gestion, que supervisa unos 65.000 millones de dólares en activos.
Estos factores estuvieron presentes el lunes, cuando las preocupaciones sobre el crecimiento chino enfrentó a las divisas de países con mercados emergentes que dependen de la demanda desde la segunda mayor economía del mundo.
Amundi, un gerente de activos francés con cerca de 1 billón de dólares bajo su gestión, compró euros en días pasados a la vez que vendía divisas asiáticas, ha dicho James Kwok, su jefe de gestión de divisas.
En ese sentido, el reciente crecimiento del euro es más una función de las dinámicas del comercio de divisas que una expresión de confianza creciente en la economía de la eurozona. El euro volvió a caer más de un 1,5% el martes cuando las Bolsas se recuperaron. Según dijo Brooks, de Goldman Sachs:
«La reciente acción de precios es precipitada, no existen razones fundamentales para que el euro se fortalezca».
El reciente aumento del euro es un quebradero de cabeza para el BCE, que ha dicho en el pasado que quería una moneda más débil para impulsar una tibia recuperación económica y aumentar la inflación ultra baja.
Una moneda más fuerte daña a los exportadores de la eurozona, muchos de los cuales se han visto muy afectados por una ralentización y la devaluación de la moneda en China, haciendo que sus productos sean menos competitivos en el extranjero. «Lo último que necesita la zona euro en estos momentos es una moneda más fuerte.
La región sigue flirteando con la deflación y las empresas de la zona están mucho más expuestas a una ralentización del crecimiento en Asia que sus homólogos estadounidenses», ha dicho Mark Dowding, gestor de cartera en BlueBay Asset Management, que gestiona 62.000 millones de dólares en activos.
«Básicamente esto llevaría a Mario Draghi [Presidente del BCE] a hacer comentarios suaves» para debilitar a la moneda, añadió.