Oro: pros y contras
Donat Sorokin/TASS
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¿Por qué no es el oro una inversión tan segura como se suele pensar?

Los debates sobre el oro normalmente sacan el lado más sensible de los inversores. Para algunos el oro es una reserva de valor que resiste al paso del tiempo, y es verdad que es el único lugar en el que el dinero está a salvo del gobierno, de los zombies o de los gobiernos de zombies.

Para otros el oro es un juguete tonto y consideran a los que invierten en oro como locos e ignorantes, o ambos.

Es mejor mantener una posición agnóstica en relación al oro. Considero que este metal precioso es algo que se compra y vende en función de las fuerzas del mercado actuales. Los compradores y vendedores del mercado nunca actúan de forma completamente racional cuando operan con cualquier tipo de activo, ya sea oro o acciones de gran rentabilidad de grandes empresas tecnológicas.

Después de todo se puede decir que el oro es una «buena» inversión si se consigue dinero operando con el mismo y si se compara con otra alternativa.

Por lo tanto, teniendo en cuenta la volatilidad actual del mercado y el revuelo reciente que ha generado este metal precioso, es normal preguntarse si el oro merece nuestra atención.

El hecho es que las fuerzas de mercado están aún en contra del oro, por lo que este «refugio seguro» de inversión podría ser bastante más arriesgado actualmente que tener acciones.

Las fuerzas que impulsan la demanda del oro

Podemos admitir que el oro ha sido recientemente una buena inversión a corto plazo. Tras rozar una cotización mínima en julio de alrededor de 1.074 dólares la onza, el precio del oro subió a unos 1.100 dólares, lo que suponía un aumento de alrededor del 6%. Durante este mismo periodo, la bolsa bajó alrededor de un 8%, lo que supuso el peor mes de agosto para el Dow Jones en 17 años.

Por lo tanto, en comparación con la bolsa, los beneficios del oro son deslumbrantes. Si se observan los recientes movimientos favorables de los que se ha beneficiado el oro, se puede entender por qué ha subido el precio del mismo. De forma resumida se puede decir que se debe a tres factores:

1. Como alternativa

Como activo para compensar el riesgo, es fácil comprender el atractivo actual del que se beneficia el oro ante la agitada situación de los mercados norteamericanos y la incluso peor situación económica de China. El Shanghai Composite Index ha registrado en agosto su tercer mes consecutivo de caídas, con un descenso del 12,5%.

2. La incertidumbre de la Fed

La debilidad de la economía china también ha puesto en entredicho la capacidad de la Reserva Federal de subir los tipos de interés este mes. Si el tan esperado informe sobre la situación del empleo no impresiona a los políticos, la Fed podría tenerlo difícil a la hora de justificar unos tipos de interés más altos. Además, en un entorno de volatilidad en el precio de las acciones y en el que los activos que generan intereses como los bonos de alta calificación continúan ofreciendo rendimientos tan bajos, el oro sigue siendo una buena alternativa.

3. Esperanzas de rozar mínimos

Además de tratarse de un refugio seguro, los últimos informes sobre India predicen un aumento de hasta un 70% en artículos de joyería durante la época de vacaciones del país. Como ocurre con todos los bienes, cuando cae el precio del oro se produce un aumento de la demanda, ya que la gente lo considera un chollo.

Por lo tanto, si tenemos en cuenta los problemas que hay y las alentadoras predicciones sobre el oro, se comprende que la gente quiera comprar ahora.

Por qué esta situación no durará mucho tiempo

Todo eso hace pensar que el oro se beneficia actualmente de una situación alcista. No obstante, cuando se observa con detalle, estas «buenas noticias» no son lo que parece.

La situación de China, por ejemplo, no beneficia al oro, ya que la volatilidad de los mercados del país muestra que hay otros asuntos en juego. Un ejemplo de ello es este titular del New York Times: «Los grandes inversores chinos se retiran ante el estremecimiento del mercado». La baja demanda de joyas de oro y de la inversión general en China contrarresta cualquier posible ganancia que se pueda obtener de este precioso metal como alternativa en las carteras de valores occidentales.

Además, es imposible considerar cualquier crisis en China como algo positivo.

La continua devaluación del yuan chino ha acrecentado la preocupación de los inversores occidentales ante los riesgos de deflación mundial, y un economista de Société Générale alertó recientemente que se podía producir una «oleada» de deflación si China y las economías relacionadas de Asia continúan sufriendo.

Una tasa de inflación unida a un dólar estadounidense fuerte es lo que ha hecho que el oro baje un 40% en relación a los máximos de 2011, por lo que no tiene sentido pensar que la continuidad de estos factores sea algo positivo para el oro.

Antes de que se ilusione con el aumento de la demanda en India o en otros países, tenga en cuenta que en el segundo trimestre, la demanda del oro cayó un 12% en todo el mundo, e incluso alcanzó el 25% en India. Además, según un informe publicado en julio por GFMS, la demanda del oro se encuentra en su nivel más bajo desde 2009.

Cualquier subida del precio del oro debe tenerse en cuenta en un contexto de ralentización económica general.

La guinda del pastel la tienen los gráficos que muestran un soporte del oro en un rango situado entre los 950-1.000 dólares. El metal precioso está muy por debajo de su media móvil de 200 días, y un 11% por debajo desde su máximo de enero. Aunque las últimas semanas han sido bastante positivas para el metal, es importante señalar que el oro coqueteó con los 1.300 dólares la onza en enero y que aún continúa registrando una tendencia a la baja.

Se sabe lo que pasará próximamente en el mercado bursátil y cabe esperar que se produzcan mayores caídas en los principales índices de todo el mundo. No obstante, debido a las grandes fuerzas que actúan en contra del oro, no se cree que este metal tenga mucho que ofrecer a los inversores.

Si quiere riesgo, siga comprando acciones, sobre todo las que tienen poca exposición a Asia y las que siguen una línea constante de crecimiento. Si no quiere riesgo, compre bonos a corto plazo o acciones.

¿Pero el oro? Parece que no merece pena correr el riesgo debido a la tendencia bajista que está registrando en la actualidad.

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