2015: un año terrible para los inversores
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Para los inversores de todo el mundo, 2015 se está convirtiendo en un año para olvidar. Las acciones, las materias primas y los fondos en moneda están en números rojos e, incluso, las ínfimas ganancias de los bonos están empezando a ser barridas por la escasa inflación que hay en la economía mundial.

Para completar el descenso trimestral más pronunciado en cuatro años, el índice MSCI All Country World de acciones se ha reducido un 6,6% en 2015, incluyendo dividendos. El Bloomberg Commodity Index se ha desplomado un 16%, mientras que un índice de fondos en moneda de Parker Global Strategies LLC ha caído un 1,8%.

Por su parte, la renta fija no ha logrado aportar gran estabilidad: el índice de deuda global de Bank of America Corp. ganó tan solo un 1%, menos del 2,5% de aumento de los precios para los consumidores en todo el mundo reflejados en un índice del Fondo Monetario Internacional.

Tras tres años en un círculo vicioso de aumento del precio de las acciones y de una flexibilización monetaria sin precedentes, los mercados están ahora hundiéndose a medida que las economías emergentes, desde China hasta Brasil, se debilitan y los beneficios empresariales se desploman. Los analistas recortaron sus estimaciones de crecimiento mundial para 2015 de un 3,5% al 3% a principios de año y toda la agitación ha sumado más presión a los bancos centrales para que prolonguen sus programas de estímulo, con los operadores retrasando sus previsiones de una subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal hasta finales de año. Tobias Levkovich, jefe de estrategia de capital de EE. UU. en Citigroup Inc. en Nueva York. comenta:

«Había cierto componente de creencia de la gente de que habían encontrado una especie de santo grial de las inversiones; pero luego se produce este desplome, cuya caída es bastante significativa. Lo que parece haber disparado toda esta situación es China, que nos ha sumergido a todos en una vorágine de miedos».

Un informe del jueves pasado mostraba la estabilización del medidor oficial de la actividad de las fábricas de China, lo que sumado a las medidas especulativas de estímulo del gobierno está conduciendo a una caída de la actividad manufacturera.

Los inversores sufrieron la peor parte de las pérdidas de este año en el tercer trimestre. El índice de mercados emergentes MSCI se ha contraído en torno a un 10% en este período, mientras que el Bloomberg Commodity Index ha perdido un 14%en su mayor caída desde la crisis financiera mundial hace siete años. El nivel medio del Market Risk Index de Bank of America, una medición de las fluctuaciones en los precios de las acciones, tipos de interés, divisas y materias primas, ha sido el más ajustado este último trimestre desde finales de 2011. Por su parte, el Chicago Board Options Exchange Volatility Index (índice de volatilidad del mercado de opciones de Chicago), un medidor de turbulencias conocido como VIX, alcanzó niveles en agosto que no se habían visto desde 2011.

China ha sido la principal fuente de inquietud para los inversores, después de que la convulsión en los mercados financieros de la nación alimentara la preocupación por la intensificación de la peor desaceleración económica del país desde 1990. El índice Shanghai Composite cayó un 29% en el tercer trimestre, la mayor caída en todo el mundo, y el yuan se debilitó un 2,4% después de que las autoridades del país devaluaran la moneda en agosto. Todo esto hizo que el mundo entero se estremeciera.

La revolución de los mercados

Ha sido el peor trimestre en siete años para el índice Bloomberg JP Morgan Asia Dollar, que realiza un seguimiento de las 10 monedas más activas de la región excluyendo a Japón, y que ha caído un 5,1% este año hasta alcanzar sus niveles más bajos desde 2009. Una medición similar se ha producido para las monedas latinoamericanas, que han caído hasta cifras récord.

Incluso los inversores que especulan con la fuerza del dólar han visto cómo se revertían algunas operaciones por el repunte del 2,2% del yen en el tercer trimestre y de un euro revitalizado.

«Este va a ser recordado como uno de los peores trimestres durante un tiempo», comenta Michael Antonelli, comerciante de ventas de capital institucional en Robert W. Baird & Co. en Milwaukee. «Todo ha venido motivado por la preocupación de la desaceleración en China y lo ha ido revolviendo todo poco a poco».

En EE. UU, el índice Standard & Poor’s 500 ha caído en torno a un 7% desde finales de junio, a medida que las empresas informaban de una caída del 1,7% en las ganancias del segundo trimestre y de que los recortes de las estimaciones de beneficios de los analistas crecieran durante 17 semanas consecutivas.

Los productores de materias primas son culpables de gran parte de estos recortes, después de que el crudo Brent cayera por debajo de los 50 dólares el barril, tras el mayor índice de producción de la OPEP en siete años. El cobre alcanzó un mínimo histórico en seis años, mientras que el platino cayó un 15% durante el trimestre. El metal precioso, que se utiliza en dispositivos que limitan las emisiones nocivas de los vehículos, se ha llevado la peor parte de los intentos de Volkswagen de amañar las pruebas de contaminación de los motores diésel de Estados Unidos. Glencore Plc (LSE: Glencore [GLEN]), el grupo de materias primas que se ha convertido en representante de las tribulaciones de la industria, se ha desplomado un 69% en lo que va de año en la Bolsa de Londres.

El dilema de la Fed

A pesar de toda la convulsión, la economía de EE. UU. sigue siendo «bastante sólida» y la Reserva Federal debería elevar sus tipos de interés, según dijo Howard Marks, copresidente de Oaktree Capital Group LLC, en una conferencia en Toronto el martes. Una subida de los tipos de interés de 25 puntos básicos, o un cuarto de punto porcentual, no sería «tan terrible» después de que la Reserva Federal mantuviera los costes de endeudamiento cerca de cero el 17 de septiembre, comentó Marks, cuya empresa es la principal gestora de deuda distressed del mundo.

El «fantasma de la subida de los tipos de interés» del mes pasado no ha hecho más que añadir volatilidad al mercado, según Tony Crescenzi de Pacific Investment Management Co.

Los operadores del mercado de futuros han estado recalculando sus previsiones para la subida de la Fed. Están situando en un 41% la probabilidad de que la Reserva Federal aumente su tipo de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual para la reunión del 15-16 de diciembre, un 60% más bajo de lo que se calculaba a finales de agosto. El Banco Central Europeo y el Banco de Japón no han descartado la ampliación de sus programas de estímulo, mientras que analistas como HSBC Holdings Plc predicen que China recortará los coeficientes de reservas de los bancos para impulsar el crecimiento económico.

«Cada vez más personas van a esperar que la Reserva Federal retrase su ajuste este año si continúan dándose estas condiciones desfavorables», comentó Kei Katayama, administrador de finanzas en Tokio para Daiwa SB Investments, que supervisa 48.500 millones de dólares.

Para Cristian Maggio, jefe de investigación de mercados emergentes en Londres del Toronto Dominion Bank, todavía estaría por llegar otro descenso en los activos de las naciones en desarrollo.

Las acciones de los mercados emergentes cayeron durante el tercer trimestre alcanzando un máximo en 4 años, mientras que los bonos soberanos en moneda local se contrajeron en torno a un 3%. El real de Brasil cayó hasta un mínimo récord en septiembre debido a la rebaja de la calificación crediticia de la nación hasta el nivel de «inversiones de riesgo o especulativas» por parte de Standard & Poor’s.

«A largo plazo, seguimos viendo razones fundamentales de debilidad», dijo Maggio. «La venta masiva parece ya demasiado trillada y espero que este pesimismo extremo se corrija de alguna manera a corto plazo. Pero los mercados tienen que creer que la venta masiva de monedas de los mercados emergentes ha ido demasiado lejos. La falta de entusiasmo y las ventas motivadas por el pánico puede convertirse en un círculo vicioso».

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