Proyecto especial conjunto con el prime bróker EXANTE
¿Cómo diversificar los activos y no perder rentabilidad? En el marco del proyecto especial conjunto con el prime bróker EXANTE compartimos la opinión del analista de la agencia calificadora RusRating y columnista de Insider.pro Evgeniy Slavnov.
Se llama diversificación al método de reducción de riesgos gracias al trabajo simultáneo en diferentes sectores de la economía. En particular, al comprar valores la diversificación se alcanza adquiriendo una cartera con una gran cantidad de activos diferentes (preferiblemente que sean de diferentes sectores de la economía). En caso de la caída brusca de la cotización de valores independientes o de todo un sector, los demás componentes de la cartera se mantendrán a flote y le ayudarán a minimizar las pérdidas. Por supuesto, incluso la diversificación mejor pensada no da una garantía del 100%. Por ejemplo, puede haber una crisis mundial, y caen los precios de casi todos los activos. Pero en la mayoría de los casos la diversificación eleva considerablemente las posibilidades de conservar el capital.
¿Para qué diversificar los activos?
Imagine que todo lo que posee son acciones de varias de las mayores compañías aéreas. Son muchas compañías, y la quiebra de una de ellas no lo arruinará. Pero la historia tiene no pocos ejemplos de crisis que afectaron a todo el sector aeronáutico – como es el caso del 11 de septiembre o durante los periodos de incremento del precio del combustible. Sin embargo, si en su cartera hay acciones no solo de este sector de transporte aéreo, sino también de compañías de transporte terrestre, entonces usted estará mucho mejor protegido. Si los pasajeros temen volar en avión o no quieren pagar de más por los billetes, buscarán otros medios para viajar y a menudo lo hacen por vía terrestre. A fin de cuentas, usted siempre tiene las de ganar.
Por otro lado, esta lógica no siempre funciona. En ocasiones, gracias a los problemas en el sector de transporte aéreo, las compañías de transporte terrestre aumentan sus beneficios. Pero también hay casos en los que cae la rentabilidad de todo el sector del transporte. Por ejemplo, en países con estaciones del año marcadas, este baja en invierno y sube en verano (cuando la mayoría de la gente se va de vacaciones). También en periodos de crisis económicas mundiales el sector del transporte es de los primeros en sentirlas: la gente economiza dinero y se priva de lujosas formas de entretenimiento, como el turismo.
Por esas razones los economistas recomiendan armar una cartera de acciones con compañías de los más diferentes sectores económicos, cuyo éxito esté en lo menor posible basado en la competencia mutua.
¿Cómo diversificar los activos sin perder rentabilidad?
El objetivo del inversor es obtener la mayor rentabilidad con el menor riesgo. La diversificación ayuda a reducir significativamente los riesgos, pero reduce la rentabilidad de su inversión. Mientras más acciones de compañías diferentes compre, mayor será la «divergencia» de mercado, e incluso el éxito de compañías independientes se extinguirá bajo el fondo general. Por eso los expertos no recomiendan hacer una cartera muy grande. Es suficiente con comprar acciones de 15 – 20 buenas compañías de diferentes sectores. No hay que olvidarse de los demás activos – como por ejemplo, los bonos.
Antes de todo hay que diversificar la cartera según el grado de riesgo. Diferenciemos cinco clases de valores con diferentes relaciones rentabilidad/riesgo.
- Bonos estatales de países con economía desarrollada. Estos poseen la menor rentabilidad, pero aquí los riesgos no son grandes (especialmente populares son los bonos del tesoro de los EE. UU., sin embargo su seguridad a veces se pone en duda).
- Bonos corporativos. Estos son los que entrañan un mayor riesgo, pero su rentabilidad es mayor.
- Acciones de grandes compañías, llamadas fichas azules, con capitalización mayor a 10 mil millones de dólares. Estas suponen más riesgos que la mayoría de bonos, pero más rentables. Como ejemplo de tales compañías están Boeing (NYSE: BA), IBM (NYSE: IBM), Coca-Cola (NYSE: KO).
- Acciones de compañías medianas (Mid-cap stocks) con capitalización desde 2 hasta 10 mil millones de dólares. Estas suponen más riesgos que las fichas azules, pero tienen mayor rentabilidad. Ejemplo de famosas son: Deutsche Lufthansa (ETR: LHA), Logitech International (SWX: LOGN), Hugo Boss (ETR: BOSS).
- Acciones de pequeñas compañías (Small-cap stocks) con capitalización de hasta 2 mil millones de dólares. Estos son los valores con más riesgos de la lista, pero son justo ellos los que a menudo realizan cambios momentáneos que hacen ricos a sus titulares. Muchas compañías del Internet – del tipo Facebook (NASDAQ: FB), Netflix (NASDAQ: NFLX) – algunos años atrás comenzaron como pequeñas, y luego subieron rápidamente a la «cima». Ya es tarde para invertir en ellas y esperar un crecimiento como en el pasado, pero vale la pena estar atento a las que podrían surgir. Por ejemplo, a las pequeñas compañías del área de la biomedicina.
En una buena cartera hay que incluir activos de cada una de estas cinco clases. Cada uno de ellos tiene sus particularidades de mercado. Se pueden comportar de manera completamente diferente. Una parte de la cartera debe ser de alto riesgo – esto es una oportunidad de obtener un alto ingreso. Otra parte debe garantizar la estabilidad. Pero hasta los activos estables deben proveer ingresos superiores al nivel de inflación – de otro modo no tiene sentido comprarlos y es más fácil meter el dinero en el banco.
Aparte de la diversificación por grado de riesgo, los valores deben ser diversificados por países. Una buena cartera debe incluir los dos siguientes tipos de activos:
- Acciones de varios países de economía desarrollada (acciones francesas, alemanas, japonesas – cada una tiene su particularidad).
- Acciones de países de economía en desarrollo (en comparación con las economías desarrolladas aquí hay mayores riesgos, pero también mayor rentabilidad).
Los expertos recomiendan incluir en la cartera una mayor cantidad de activos de riesgo si usted invierte a largo plazo. Los precios de muchos activos de riesgo sufren grandes saltos, pero tienen una tendencia positiva a largo plazo. Quien no teme a las bruscas caídas de las cotizaciones y espera pacientemente su recuperación, tarde o temprano obtendrá los beneficios. Pero para las inversiones a corto plazo, ese enfoque no sirve. La caída temporal de las acciones de algunas compañías puede arruinarlo, incluso si las mismas compañías no quiebran y continúan funcionando con éxito. Para las inversiones a corto plazo se debe tener una mayor «capa protectora» de activos fiables.
Cinco tipos de carteras
Del mismo modo que diferenciamos cinco tipos de clases de activos por grado de riesgo, se pueden diferenciar cinco tipos de carteras. Cada una de las cuales incluye activos de todas las clases, pero en diferente proporción.
Estrategia 1: Cartera altamente conservadora. Es ideal para los que ante todo quieren conservar sus fondos. La mayor parte – 70-75% - debe ser ocupada por los bonos, el otro 15-20% - acciones, lo poco restante – fondos en diferentes divisas. El principal problema de esta cartera es que su rentabilidad puede resultar comparable con el ritmo de inflación y todo se gastará en cubrirlo.
Estrategia 2: Cartera moderadamente conservadora: Es buena para los que quieren conservar sus fondos, pero superar la inflación. Con ella los bonos deberán componer el 55-60%, las acciones – 35-40%, y el resto – activos financieros.
Estrategia 3: Cartera moderadamente agresiva: Para los inversores que quieren no solo superar la inflación, sino garantizarse un ingreso significativo, es suficiente con aumentar las acciones hasta un 50-55% de la cartera, añadiendo a este un 35-40% de bonos, y mantener el resto en activos financieros. Y no es necesario involucrarse en las acciones más volátiles de las pequeñas y medianas empresas.
Estrategia 4: Cartera moderadamente agresiva. Si el objetivo del inversor es tratar de enriquecerse realmente con los valores, entonces su cartera debe contener un 65-70% de acciones. Incluyendo las de mayor riesgo y más volátiles. También un 20-25% de la cartera debe ser apartado para los bonos, y el excedente – en activos financieros.
Estrategia 5: Cartera altamente agresiva. Las acciones deben ocupar un 80-100%, y el resto distribuirse entre bonos y activos financieros. El valor de dicha cartera, con el tiempo, experimentará oscilaciones significativas. Esta opción no es para personas que sufran de nervios, pero brinda la oportunidad de obtener la mayor rentabilidad.
No hay que tomar todos los consejos como fórmulas para el éxito. Cada persona tiene sus conocimientos y experiencias específicos. A fin de cuentas, vale la pena aprender a armar una cartera por sus propias fuerzas. En este caso ayudarán las experiencias profesionales en el trabajo que se tenga. Por ejemplo, los empleados de banco saben qué banco se encuentra en buen estado y cuál no mucho; los del área petrolera saben muchas cosas interesantes sobre sus compañías, etc.
Pero se necesita la diversificación en diferentes sectores, y los principiantes pueden armarse con nuestras opciones. También es muy importante trabajar con el bróker que ofrezca una amplia selección de mercados y activos (por ejemplo, los patrocinadores de este artículo -Exante). Es mucho más fácil diversificar activos a través de un bróker fuerte que a través de varios para cada mercado/clase de activos (en ese caso es necesario transferir fondos entre las cuentas de manera regular).