Los riesgos políticos ponen a Europa a prueba de nuevo
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El drama de Portugal y el enfrentamiento de España con Cataluña no se solucionarán tan rápidamente como le gustaría a los mercados.

Los riesgos políticos están sacudiendo los mercados europeos de nuevo. Pero por una vez Grecia no es la fuente principal de estas turbulencias, incluso a pesar de las discusiones sobre el lanzamiento de 2.000 millones de euros en préstamos que están abarrotando los titulares esta semana.

El drama del gobierno de Portugal y el renovado enfrentamiento en España entre el gobierno central y Cataluña son las mayores preocupaciones que han acabado afectando a los mercados financieros. Tampoco parece que estos problemas vayan a resolverse pronto.

El gobierno se hunde en Portugal

En Portugal, el gobierno de minoría liderado por Pedro Passos Coelho se derrumbó el martes. Esto puede abrir la puerta a un gobierno liderado por el partido socialista, apoyado por tres partidos más pequeños y radicales de izquierda, incluyendo a opositores al euro.

Eso proporcionaría a los mercados cierta incertidumbre tanto sobre la trayectoria política, con la posibilidad de que los socialistas acaben con algunas de las medidas de austeridad que la administración anterior llevó a cabo y sobre la capacidad del nuevo gobierno de mantenerse unido. Los mercados reaccionaron seriamente ante esta situación el lunes, elevando los rendimientos del bono portugués a 10 años en alrededor de 0,2 puntos porcentuales hasta el 2,83%. Ese movimiento continuó el martes.

Desafío independentista en España

En España, los rendimientos de los bonos también aumentaron el lunes después de que los legisladores regionales de Cataluña aprobaran una resolución para avanzar hacia la independencia. Mariano Rajoy se ha comprometido a hacer frente a la situación, pero se enfrenta a las elecciones nacionales en diciembre, algo que añade más riesgo político al que están haciendo frente los inversores.

La saga catalana es de larga duración y combustión lenta, y se trata de una amenaza menos inmediata que el estancamiento político portugués.

En general, los importantes cambios en los bonos de esta semana demuestran de nuevo que es muy difícil tener en cuenta el riesgo político hasta que este es imposible de ignorar. Y llegado el momento, los inversores probablemente quieren que este riesgo se aborde rápidamente. Sin embargo, los horarios políticos rara vez se mueven a la velocidad que los mercados desearían: un problema común en las profundidades de la crisis de la eurozona.

Como resultado, es probable que los bonos españoles y portugueses sigan bajo presión. Es poco probable que la fuerza compensatoria de las compras del BCE consiga sofocar esta sensibilidad aumentada hacia los acontecimientos políticos.

Mientras tanto, existen riesgos políticos en otras partes que no están teniéndose en cuenta porque no se cree que vayan a estallar todavía. La respuesta de Europa a la crisis de los inmigrantes, que puede poner a prueba en última instancia la cohesión del continente, y el referéndum pendiente del Reino Unido sobre su pertenencia a la Unión Europea, se encuentran entre los mayores riesgos; el potencial de consecuencias financieras es grande. Pero hasta ahora ha habido pocos signos visibles de estos riesgos en los mercados.

La realidad es que el riesgo político siempre está presente, pero a menudo latente. En España y Portugal, los inversores no tienen más remedio que enfrentarse a él ahora.

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