Todo lo que hay que saber acerca de los bonos. Parte 1
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En el marco del proyecto especial conjunto con el Prime Bróker EXANTE, Evgeniy Slavnov nos habla sobre qué son los bonos y para qué se necesitan.

Las inversiones en bonos por alguna razón no son tan comunes entre los inversores privados como, por ejemplo, la acciones, lo que es extraño, dado que el volumen del mercado global de bonos es aproximadamente el doble del mercado de acciones. Quizás la explicación radica en el hecho de que las acciones parecen ser herramientas más simple e intuitivas, sin embargo, créanme, no hay nada difícil en los bonos.

Qué son los bonos

Para empezar, vamos a definir los términos: bono (del inglés bond) es un activo financiero con un ingreso fijo, que de hecho es la deuda de una empresa o estado. Los bonos, al igual que las acciones, se negocian en la bolsa de valores, por lo que para comprarlos necesitará un bróker que le de acceso al mercado – por ejemplo, EXANTE. Con la compra de acciones, usted se convierte en el propietario de una parte de la empresa, y al comprar bonos - compra su deuda o, en términos simples, le presta dinero a una determinada tasa de interés.

Ahí está la diferencia clave entre los bonos y las acciones: ellos no le dan la propiedad de la empresa, lo que es compensado por el flujo de efectivo garantizado que esta le pagará, por supuesto, si no se va a la quiebra.

Es importante recordar que todos los bonos son diferentes. No solo se diferencian según el emisor, sino también por los plazos de amortización, orden de pago de los intereses, divisa, rendimiento y así sucesivamente. A pesar de que estas sutilezas pueden asustar a los inversores novatos, realmente, comprender los principales tipos de bonos es muy simple.

Bonos corporativos y gubernamentales

En primer lugar, los bonos están divididos según el tipo de emisor en corporativos y gubernamentales (municipales). Los bonos corporativos son emitidos por una compañía para financiar sus actividades. Los bonos gubernamentales y municipales, a su vez, son emitidos por gobiernos de diferentes países, ciudades o regiones.

En principio, los bonos corporativos se consideran más de riesgo que los gubernamentales, ya que, en general, como es lógico (debido a que las posibilidades de que una empresa en particular se arruine es más alta que la probabilidad de incumplimiento de todo un estado) - y, por lo tanto, como regla general, el rendimiento de los bonos de las empresas es más alto que el rendimiento de los bonos gubernamentales.

Bonos cupón cero y bonos de deuda perpetua

Los bonos también se dividen en bonos cupón cero y bonos de deuda perpetua, de hecho, la gran mayoría de los bonos en el mercado son de deuda perpetua. La diferencia está en la forma en que los inversores reciben los ingresos: en el caso de los bonos cupón cero, los activos financieros son colocados con un descuento al valor nominal y el inversor recibe sus ingresos cuando se amortizan.

Por ejemplo, una empresa emite bonos con un valor nominal de 10 dólares a un precio de 9 dólares y un plazo de amortización de un año. En este caso, el inversor puede hoy comprar el bono por 9 dólares, y en un año recibir de la compañía 10 dólares.

Los bonos de deuda perpetua funcionan por un principio un poco diferente: la empresa, a intervalos regulares (por ejemplo, una vez al año) paga a los tenedores de los bonos lo que llaman un "cupón".

Por ejemplo, la empresa emite bonos con un valor nominal de 10 dólares con una tasa de interés del 5% y pago anual - en este caso, el inversor recibirá anualmente 0,5 dólares (5% del nominal de los bonos), y al vencimiento de los bonos recibirá su valor nominal.

La tasa de estos cupones puede variar (por ejemplo, en el primer año la empresa paga el 10%, y en el segundo - solo el 5%), puede ser flotante (por ejemplo, una tasa ligada al nivel de una tasa clave o a la inflación), y en algunos casos se conoce de antemano (por ejemplo, hay una situación en la que la compañía establece por adelantado una tasa fija para varios pagos, y todos los cupones subsiguientes serán determinados después). Sin embargo, en la mayoría de los casos, estas tasas se establecen durante la emisión de los valores a los inversores y se conocen de antemano, permitiendo que cada uno elija un bono particular que se adapte a sus necesidades.

El tercer parámetro importante, que es necesario tener en cuenta a la hora de seleccionar los bonos, es su divisa. Los bonos emitidos en divisa extranjera (no importa cual) son llamados eurobonos (del inglés eurobond). Por lo general, estos bonos son emitidos por emisores de la más alta calidad con la vista en los inversores extranjeros y tienen plazos más largos (de 3 a 30 años).

Para un inversor privado, en una serie de casos, esto significa que puede elegir la divisa: por ejemplo, un inversor que espera el fortalecimiento del euro debe comprar bonos de compañías que estén nominadas en euros, y un inversor europeo que no crea en la divisa nacional debe comprar otro tipo de bonos.

Opciones de compra y venta

Además, se debe recordar que algunos de los bonos tienen opciones incorporadas - vender (put) o comprar (call).

Una opción de venta da al inversor el derecho (pero no la obligación) de solicitar al emisor la amortización anticipada de los valores, lo que puede ser muy útil en caso de cambios repentinos del nivel de precios en el mercado o, por ejemplo, si un inversor necesita dinero en efectivo.

La opción de compra funciona de manera opuesta: permite al emisor amortizar anticipadamente los bonos a sus titulares – lo que es útil para la empresa, ya que le da la oportunidad de sustituir los bonos viejos con nuevos en caso de que el nivel general de las tasas de interés del mercado esté cayendo - o, en otras palabras, si hoy en día la empresa puede emitir nuevas deudas a tasas más bajas.

Por regla general, las fechas de estas opciones son previamente definidas, por ejemplo: "un bono con una fecha de amortización del 20/12/2020 y opción de venta de 20/12/2018" significa que el bono se amortiza en diciembre de 2020, pero sus titulares podrán exigir el reembolso anticipado en diciembre de 2018.

Por lo tanto, antes de comprar los bonos de una empresa, el inversor debe conocer sobre la existencia de cualquier tipo de opción: de lo contrario, el inversor puede estar contando con una fecha de vencimiento y rendimiento, pero en la realidad se encuentra con cifras muy diferentes: por ejemplo, planea mantener un bono hasta su vencimiento (y espera su rentabilidad sobre esta base), pero la empresa en algún momento ejecuta su opción de compra y canjea completamente el bono antes de la fecha de vencimiento.

Es por ello que, por ejemplo, se acostumbra a calcular no solo el rendimiento de los valores hasta su vencimiento (yield to maturity), sino también hasta la fecha de ejecución de la opción (yield to put/yield to call).

Por último, es importante entender que su rentabilidad potencial no solo depende de los parámetros de los valores, sino también de su valor actual. El precio del bono se calcula como la relación entre su valor en el mercado y los intereses al nominal. Si, por ejemplo, el valor nominal del bono es de 20 dólares, y la última transacción se hizo por 18 dólares, el precio de los valores, que usted verá en la terminal, es 9 (18/20 x 100%). Ahora vamos a considerar dos bonos con amortización a un año:

  • Bono con valor nominal de 10 dólares, tasa del cupón del 8% y precio de 9,5.
  • Bono con valor nominal de 10 dólares, tasa del cupón del 7% y precio de 8.

Puede parecer que el primer bono es la opción más atractiva: la tasa del cupón es mayor. Sin embargo, esta lógica no tiene en cuenta el valor actual del bono, que usted tiene que pagar para obtener este mismo cupón.

En el primer caso, usted gasta 9,5 dólares, y con la amortización recibirá 10,8 dólares (10 dólares – el nominal, 0,8 dólares - el cupón por un año). El total de su rentabilidad será de 10,8/9,5 = 13,7%. En el segundo caso, se gastan 8 dólares y obtiene 10,7 dólares (10 dólares – el nominal, 0,7 dólares – el cupón por un año). Luego, su rendimiento será de 10,7/8 = 33,8%. A pesar del hecho de que el cupón del segundo bono es inferior, su rendimiento total es mucho mayor.

Por lo tanto, si lo ponemos todo un poco más fácil, en general, resulta que los bonos ocupan un lugar entre los depósitos bancarios y las acciones. Por un lado, les prometen un ingreso estable y predecible: de hecho, usted solo presta dinero a la empresa en ciertas condiciones, como le presta al banco con la apertura de un depósito.

Por otra parte, a diferencia de un depósito bancario, los bonos se negocian en la bolsa de valores – usted puede en cualquier momento comprarlos o venderlos, sin perder los intereses, como en el caso de la terminación anticipada del depósito: el precio actual del mercado incluirá los intereses devengados.

Es importante recordar que, a diferencia de un depósito, nadie le podrá dar ningún tipo de garantía – y si usted invierte en los bonos de una empresa que se va a la quiebra, perderá su dinero. Sin embargo, si hablamos de grandes emisores, esas historias son excepciones bastante raras y no lo normal.

Los bonos parecen ser un producto bastante complejo y la abundancia de una gran cantidad de términos especializados, por supuesto, no los capacita para su popularización en nuestra sociedad. Sin embargo, no hay nada complicado en ellos – son solo las deudas de un emisor, que se negocian públicamente en la bolsa de valores. Y aunque en los bonos, en la mayoría de los casos, es muy difícil ganar mucho dinero, es una gran manera de ahorrar su dinero y diversificar activos.

Además, a veces en los mercados surgen circunstancias únicas cuando se puede obtener de los bonos una significativa rentabilidad a bastante bajo riesgo – sobre esto, así como sobre otras estrategias específicas para invertir en valores de renta fija, les hablaré en uno de los siguientes artículos.

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