Los precios del litio alcanzan niveles estratosféricos, las empresas mineras se apresuran para reivindicar sus derechos sobre el futuro suministro y las páginas web de inversión están al rojo vivo con la especulación en torno a las perspectivas del metal.
El fondo Global X lithium (NYSEArca: LIT), uno de los pocos para invertir en este sector, ha aumentado un 25% en los últimos tres meses con activos bajo gestión que han pasado de 41 a 68 millones de dólares desde el comienzo del año.
La situación ha cambiado mucho desde la década de 1990, cuando el Departamento de Energía de los EE. UU. vendió los excedentes y las minas cerraron mientras la carrera de armas nucleares llegaba a su fin, disminuyendo así la demanda de uno de los materiales utilizados en la fabricación de las bombas de hidrógeno.
Pero en 1991, el destino del material más versátil cambió cuando Sony (TYO: 6758) comercializó la batería de iones de litio, que ahora es una parte integral de casi todos los dispositivos electrónicos.
Sin embargo, ahora parece que va a obtener aún mayor éxito cuando los fabricantes de automóviles, encabezados por Tesla (NASDAQ: TSLA), intensifiquen sus esfuerzos para fabricar en masa vehículos eléctricos que utilizan una versión mejorada de la misma tecnología.
El litio podría convertirse en el material clave en la próxima revolución verde de la energía almacenable.
Sin embargo, cuando se trata de su mecanismo de fijación de precios, el metal más ligero de la tabla periódica está rodeado de misterio.
Si el litio va a convertirse en una parte integral de la cadena de suministro de energía mundial, la opacidad de su mercado es un gran problema.
¿Cuál es el precio?
Comience con la pregunta más básica: ¿Cuál es el precio de litio?
De acuerdo con el departamento de investigación del CRU Group, hay más de 20.000 $ por tonelada en el mercado al contado chino de material para la producción de baterías.
Según analistas del Macquarie Bank, se trata de 7.000 $ de las importaciones chinas de carbonato - la forma más comercializada del metal - pero solo 5.000 $ de las importaciones de Estados Unidos.
Cualquiera que sea la medida que se utilice, los precios están en alza. El CRU estima que el precio al contado de China casi se ha triplicado desde 7.000 $ a mediados del año pasado. Macquarie, por su parte, señala que los precios de importación del carbonato chino y los precios de exportación del hidróxido han alcanzado máximos históricos.
Es un poco confuso, ¿verdad?
Hay dos problemas aquí. El primero es el número asombroso de productos que se pueden fabricar a partir del litio, que van desde el estearato de litio (grasa industrial) hasta el fluoruro de litio (fundición de aluminio) o el butilitio (compuestos orgánicos).
Para la fijación de precios todos se convierten normalmente en carbonato de litio, que se utiliza principalmente para la fabricación de baterías.
Pero incluso entonces, el panorama es complejo.
Existen diferentes tipos de carbonato, con material de menor calidad para las industrias de la cerámica y del vidrio, por ejemplo, mientras que el material de mayor calidad se utiliza en las baterías. Tampoco son las baterías de iones de litio homogéneas. Hay cinco tipos principales, cada uno usa un compuesto de litio diferente.
La situación se vuelve aún menos clara porque el segundo problema con la fijación de precios del litio es que la mayor parte del comercio se realiza entre un pequeño número de productores y sus clientes.
No hay comercio de divisas ni mercado de almacenamiento; solo existe un mercado al contado muy limitado.
Esto significa que las evaluaciones de precios como las del CRU y Macquarie se basan ante todo en los volúmenes de los intercambios comerciales y en los valores comerciales publicados, un ejercicio estadístico que la complejidad de la cadena de producción del litio hace más difícil.
La (muy variable) conclusión es que la fijación de precios del litio es muy poco transparente.
Oligopolio
Esa opacidad es un resultado directo de la forma en la que se estructura el mercado del litio. Solo cuatro productores controlan aproximadamente el 85% del suministro, afirman los analistas de Macquarie .
La empresa chilena SQM (NYSE: SQM) y las compañías estadounidenses FMC Corp (NYSE: FMC) y Albemarle Corp. (NYSE: ALB) dominan la producción del litio, extrayéndolo de las salinas de Chile y Argentina. Albemarle también está desarollando una mina en Nevada.
El cuarto productor es la empresa australiana Talison (TSE: TLH), que produce litio en la mina Greenbushes en Australia Occidental. Pero no es una compañía independiente, ya que el 49% pertenece a Albemarle y el 51% al distribuidor chino Tianqi Lithium (SHE: 002466), que lleva casi toda la producción de la mina para su procesamiento en China.
Este oligopolio plantea un verdadero desafío para Tesla, que necesitará alrededor de 27.000 toneladas de carbonato de litio al año para alcanzar su objetivo de ventas de 500.000 vehículos al año a finales de 2018. Según estimaciones de Macquarie, eso equivale al 16% del consumo mundial del año pasado.
Tesla parece estar confiando en una nueva generación de productores, al firmar futuros acuerdos de compra con Bacanora Minerals (CVE: BCN), propietaria del proyecto de Sonora en México, y con Pure Energy Minerals (CVE: PE), que está trabajando en el proyecto de Clayton Valley en Nevada.
Curiosamente, en el anuncio de estos acuerdos, ambas mineras dijeron que el material se suministraría a un nivel predeterminado por debajo de los precios actuales del mercado en consonancia con el objetivo de Tesla para reducir el costo de sus baterías.
Futuro incierto
No son pocas las empresas que reivindican sus derechos para beneficiarse del esperado auge del litio.
Pero, ¿el mundo realmente necesita más de litio?