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El crecimiento del yen japonés, el franco suizo y el dólar estadounidense ha dado a traste con los planes de los reguladores monetarios.

La votación de Gran Bretaña a favor de abandonar la Unión Europea ha provocado una nueva ronda de presiones monetarias en las economías más grandes del mundo, lo que está complicando aún más los esfuerzos de los bancos centrales para estimular el crecimiento.

La libra (FX:GBP/USD) alcanzó un mínimo de tres décadas el lunes, y tanto Standard & Poor’s como Fitch Ratings redujeron su calificación crediticia del Reino Unido, argumentando que la votación de la semana pasada plantea serios riesgos para la economía del país.

Mientras tanto, el yen japonés, el franco suizo (FX:CHF/USD) y el dólar estadounidense (FX:USD/EUR) registraron ganancias adicionales ya que la agitación del mercado prosiguió tras el fin de semana y provocó que los inversores buscaran refugios. Los bonos del gobierno también se beneficiaron de la aversión al riesgo, con el rendimiento del bono británico a 10 años cayendo por debajo del 1%, por primera vez en la historia mientras que las acciones europeas y estadounidenses siguen cayendo.

Los movimientos de las monedas, en particular, plantean riesgos tanto para las empresas como para las economías más débiles.

El resurgimiento del yen (FX:JPY/USD) y el franco está ejerciendo una presión renovada sobre las empresas de Japón y Suiza. Mientras tanto, las empresas estadounidenses que se habían beneficiado de la debilidad del dólar de este año se enfrentan a un periodo difícil ahora que se avecina la temporada de resultados del segundo trimestre.

Las monedas más fuertes tienden a hacer que los exportadores de un país sean menos competitivos debido a un aumento del precio efectivo de sus bienes. También reducen la inflación con la caída de los precios de importación, frustrando los esfuerzos de los bancos centrales de Japón, Europa y EE. UU. que están intentando ajustar sus políticas para impulsar el crecimiento y la inflación. Las medidas podrían tentar a los bancos centrales a intervenir o modificar las políticas para limitar la presión al alza.

Omer Esiner, jefe de análisis de mercado de la firma de pagos internacionales Commonwealth Foreign Exchange, dijo:

"Es poco probable que los responsables políticos se queden de brazos cruzados mientras que el fortalecimiento de la moneda acaba con cualquier progreso económico que hayan conseguido. Los bancos centrales estarían legitimados para intervenir".

El problema es que las monedas no pueden debilitarse todas a la vez. Los suizos han intentado depreciar el franco frente al euro. El Banco Central Europeo ha reconocido los beneficios de una moneda más débil, ya que reduce los tipos de interés en terreno negativo y amplía sus programas de compra de bonos. Japón ha intentado debilitar el yen frente al dólar. Y los funcionarios de la Reserva Federal han citado la fortaleza del dólar como un impedimento para el crecimiento.

Sin embargo, el progreso es mínimo, y los inversores han expresado su preocupación de que las herramientas del banco central para influir en los valores de las monedas están perdiendo eficacia.

Esta situación es más evidente en Japón, donde el yen se ha apreciado considerablemente este año a pesar de los tipos de interés negativos. El yen ya se había fortalecido en más de un 10% frente al dólar estadounidense este año antes de que el Reino Unido votara el jueves a favor del Brexit. Desde la noche del jueves, el dólar se debilitó por debajo de los 100 yenes por la primera vez desde finales de 2013. El yen ha subido un 18% en lo que va de año.

Daragh Maher, jefe de estrategia de divisas de EE. UU. en HSBC Holdings PLC, dijo:

"El Banco de Japón debe decidir si es necesaria una intervención en el mercado de divisas. Quieren estar razonablemente seguros de que la intervención será beneficiosa".

El crecimiento del yen está ejerciendo presión sobre el mercado de valores del país, ya que los inversores temen que las empresas dependientes de las exportaciones del país perderán competitividad. El índice Nikkei (INDEX:J225) cayó un 7,9% tras el anuncio del resultado de la votación del Brexit y subió un 2,4% el lunes. El índice ya ha perdido un 20% en lo que va de año.

Los exportadores de tecnología como Canon (NYSE: CAJ) ya han advertido de que el fortalecimiento del yen podría afectar a sus ganancias. Canon, el fabricante de cámaras digitales e impresoras de oficina, cree que el fortalecimiento del yen en un punto en relación con el dólar estadounidense produciría una caída de alrededor de 38 millones de dólares en ganancias.

Esta amenaza potencial para las ya débiles exportaciones japonesas suma presión adicional para que el Banco de Japón intervenga para controlar la subida del yen. Athanasios Vamvakidis, jefe de estrategia de divisas del G-10 del Bank of America Merrill Lynch, espera que el banco central introduzca una nueva relajación de política monetaria en su próxima reunión prevista para finales de julio. Este ha dicho:

"El Banco de Japón desea una moneda infravalorada ya que considera que es probable que no sea capaz de cumplir su objetivo de inflación. Una una subida del yen sería un gran problema".

El Banco Nacional de Suiza está teniendo problemas similares para controlar la apreciación del franco. En la primera reacción de las autoridades monetarias ante el voto del Brexit, el banco anunció el viernes que había intervenido en los mercados de divisas. El franco se debilitó frente al euro y el dólar durante las últimas dos sesiones, pero se mantiene en terreno positivo desde principios de año.

"En cuanto a la reorientación del mercado hacia el franco suizo, creo que los efectos serán limitados, dijo Peter Rosenstreich, estratega jefe de mercado de Swissquote Bank.

Mientras tanto, la fortaleza del dólar está planteando una renovada amenaza para la rentabilidad de las empresas estadounidenses ahora que el segundo trimestre llega a su fin. El índice del dólar WSJ, que mide la moneda estadounidense frente a otras 16 monedas, había caído un 5,6% este año antes de la decisión del Reino Unido de abandonar la UE. Durante los últimos dos días, el índice del dólar ha repuntado un 2,7%.

Los analistas esperaban que las empresas estadounidenses del S&P 500 publicaran un ligero crecimiento de las ganancias en 2016 después de una contracción del 6,6% en el primer trimestre y una disminución prevista en el segundo trimestre, que termina esta semana, según FactSet. Pero el fortalecimiento del dólar a raíz de la consulta está provocando que los inversores se replanteen esos supuestos.

Nathan Thooft, jefe de asignación de activos en John Hancock Asset Management, dijo:

"Antes esperábamos un ligero aumento de los ingresos este año. Pero con la votación del Brexit, lo más posible es que suceda todo lo contrario".

Como era de esperar, las turbulencias del mercado y la fortaleza del dólar hará que la Reserva Federal se abstenga de subir los tipos de interés. La Fed no establece los tipos de cambio de las divisas, pero los reguladores han señalado en repetidas ocasiones el fortalecimiento del dólar como un obstáculo en el camino hacia el crecimiento económico sostenible. Los mercados creen que existen pocas posibilidades de que se produzca una subida este año, de hecho, creen que es posible que hasta haya un recorte. Unos tipos más altos harían que el dólar resultara más atractivo para los inversores.

Los exportadores británicos podrían beneficiarse de las fluctuaciones actuales del mercado. La caída de la libra esterlina ha hecho que los productos británicos sean más baratos para los consumidores extranjeros. Esto ha ayudado a las acciones de las grandes empresas del Reino Unido a pesar de las turbulencias del mercado. El índice FTSE 100 (INDEX:UK100) del Reino Unido, que incluye muchos exportadores británicos, ha caído un 5,6% durante las últimas dos sesiones en comparación con el 11% del índice Stoxx Europe 600.

Sin embargo, las acciones de las empresas inmobiliarias británicas, los bancos y las compañías aéreas se han visto afectadas, ya que los inversores temen que un Brexit afectaría seriamente a la inversión y el gasto en el Reino Unido.

Esiner de Commonwealth Foreign Exchange, dijo:

"En general, una moneda más débil beneficiará a los exportadores británicos. Asimismo, contribuirá a elevar la inflación, que se ha quedado muy por detrás del objetivo del Banco de Inglaterra. Pero al mismo tiempo da lugar a que los inversores se lo piensen dos veces antes de invertir en el Reino Unido".

Muchos analistas dijeron que la posible desaceleración de la economía del Reino Unido podría hacer que el Banco de Inglaterra tenga que aumentar sus medidas de estímulo durante los meses venideros.

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