Casi deberíamos sentir pena por los fabricantes de coches europeos. Las ventas en el continente habían empezado a crecer después de un largo período de estancamiento, pero el Brexit ha provocado que vuelvan a pisar el freno.
Las ventas de automóviles en la UE subieron más de un 9% en 2015 y mantuvieron una tendencia similar durante los primeros 5 meses de este año, lo que ayudó a volver a la senda de las ganancias. El fabricante de automóviles francés Peugeot (EPA: UG), para quien Europa representa alrededor del 63% de las ventas de vehículos, logró el año pasado un margen operativo del 5% - un porcentaje que no está nada mal para un fabricante del mercado de masas.
Sin embargo, después de una semana difícil, la mayoría de los inversores no están dispuestos a pagar más de 5,8 veces las ganancias estimadas de las acciones europeas.
En una situación normal, esta tendencia bajista debería dar lugar a una caza de gangas. Pero en este caso, los comprensibles temores sobre el gasto de los consumidores británicos y europeos sugieren que las expectativas de ganancias del fabricante de coches probablemente están todavía infladas.
Thomas Besson, analista de Kepler Cheuvreux, ha recortado sus estimaciones de BPA para 2017 para BMW (XETRA: Bayerische Motoren Werke [BMW]) y Daimler (XETRA: Daimler [DAI]) un 8% y un 9,5%, respectivamente. Lo mismo ha hecho con su pronóstico para Peugeot, dejándolo en un 18,4%. Si los fabricantes de coches se ven obligados a informar de que los beneficios serán inferiores a lo esperado, sus acciones no parecerán tan baratas.
Existen razones para pensar que no les espera un camino de rosas. El Reino Unido es el segundo mayor mercado de coches de Europa donde vender vehículos de motor es un negocio muy rentable. Gracias a la popularidad del leasing, los compradores británicos pueden conducir vehículos que difícilmente podrían pagar de otra forma. Los modelos de gama alta con una gran cantidad de extras gozan de unos márgenes mayores.
Con la incógnita sobre los empleos en el sector financiero de Londres, resulta difícil imaginar que los clientes británicos crean que es el momento adecuado para derrochar dinero en un coche de lujo. Los fabricantes de automóviles que exportan una gran cantidad de vehículos al Reino Unido se, como es el caso de Peugeot, se enfrentan a un doble golpe a los ingresos debido a la devaluación de la libra (GBP/USD). A eso hay que añadir el riesgo de que la decisión del Reino Unido de abandonar la UE socave la confianza en el resto de Europa también. Con los precios ya bajos, los fabricantes de coches europeos no tienen mucho margen para bajarlos con el fin de mejorar las ventas.
En el pasado, los fabricantes de coches podían compensar las bajas ventas de Europa con las ventas en otros lugares, como EE. UU. y China. Pero parece que esto no va a ser suficiente en este momento. Aunque un dólar fuerte es bueno para las empresas con exposición a EE. UU., como es el caso de Daimler y BMW, el mercado de automóviles estadounidenses parece saturado.
Los inversores están preocupados (con razón) de que los bajos tipos de interés han animado a los concesionarios de Estados Unidos a impulsar las ventas. Eso podría afectar a los valores residuales cuando una inundación de coches semi-nuevos golpee el mercado de segunda mano. BMW ya ha tomado medidas para reducir el exceso de inventario en EE. UU. a la espera de unas condiciones más duras.
Y aunque los recortes de impuestos han ayudado a las ventas en China - que aumentaron un 11% interanual en mayo - la competencia es cada vez mayor. Si se retira el estímulo del gobierno y los problemas de deuda del país empeoran, las ventas de automóviles podrían desplomarse.
La verdad es que el escándalo de Volkswagen no ha ayudado para nada, obligando a las empresas a gastar más para cumplir todas las normativas y provocando temores de que el beneficio del sector ha tocado techo. Si bien la situación del sector no es buena en estos momentos, el Brexit podría acabar hundiéndolo en la miseria.