El mercado de valores de EE. UU. ha alcanzado nuevos máximos este verano debido a unas razones un tanto inquietantes.
Después de que la votación del Brexit provocara el hundimiento del mercado a finales de junio, las acciones se han recuperado con elegancia, volviendo a una tendencia al alza que ha prevalecido desde el año 2009. No es algo que haya pillado a los inversores por sorpresa: no es la primera vez que se producen “subidas de alivio” en el mercado después de un hundimiento.
Sin embargo, esta vez muchos de los factores que suelen provocar el rally del mercado están ausentes: las ganancias corporativas no son fuertes, la economía no está en auge, y los precios de las acciones no son bajos.
Ninguno de esos indicadores fundamentales se encontraba en su mejor momento, pero parece no haber importado ya que el combustible que está disparando el mercado de valores parece venir de fuera.
De hecho, parece que son los mercados de bonos y divisas los que han provocado el rally del mercado de valores.
Los bonos han aumentado considerablemente su valor, y sus rendimientos, que se mueven en la dirección opuesta, han caído en picado. Eso ha provocado que los precios de las acciones parezcan bajos y los dividendos altos. El dividendo medio del S&P 500 (INDEX: US500) es de aproximadamente el 2,1% - mucho más alto que el rendimiento de un bono del Tesoro a 10 años. Muchos inversores han cambiado los mercados de divisas y bonos por el de valores en busca de mayores beneficios.
Eso ha ayudado al rally de las acciones, incluso a pesar de que la valoración de las acciones no sea particularmente atractiva después de siete años de aumento de los precios. David A. Rosenberg, economista jefe y estratega de Gluskin-Sheffield en Toronto, dijo:
"Sobre una base histórica, el mercado de valores en general se ha vuelto caro, pero no si lo comparamos con los bonos. La gente ha empezado a invertir en el mercado de valores en busca de rendimiento, en forma de dividendos, debido a que el mercado de bonos se ha vuelto demasiado caro y los rendimientos de los bonos se ha desplomado".
Esto solo es una parte de la historia. Pero hay más. No todo el mercado de valores se está viendo afectado de la misma forma. La fortaleza del dólar ha vuelto especialmente atractivos a los sectores sensibles al tipo de cambio. Cuando las monedas extranjeras, por ejemplo, el euro o la libra, equivalen a un menor número de dólares, las empresas estadounidenses cuyos ingresos se generan principalmente dentro del país suelen beneficiarse.
Por esa razón, las acciones de muchas empresas americanas de servicios y telefonía - ambas pagan altos dividendos - se han disparado.
"Estas acciones se encuentran en un muy buen momento", dijo Craig Moffett, analista de MoffettNathanson, experto en empresas de telecomunicaciones, incluyendo Verizon (NYSE: VZ ), AT&T (ICE Europe: Futures On WTI Crude Oil Mar 2017 [T]), T-Mobile (NASDAQ: TMUS) y Sprint (NYSE: S). Como grupo, las empresas de telecomunicaciones han superado con creces al mercado en su conjunto, a pesar de que Moffett se muestra escéptico sobre las perspectivas de las acciones del sector. Muchas de ellas están sobrevalorados, dice. A esto añade:
"Como analista, es frustrante. Los problemas de estas empresas como negocios no parecen importar. En estos momentos el precio de sus acciones depende de otros factores: los tipos de interés y el dólar".
Moffett ha descubierto una fuerte correlación entre estos factores y las acciones de telecomunicaciones. "En este momento," dijo, "los tipos de interés y los tipos de cambio están ejerciendo una importante influencia en el precio de las acciones".
Por lo tanto, los inversores del mercado de valores deberían estudiar estos mercados, especialmente el mercado de bonos, que se está comportando como nunca lo ha hecho antes.
Por ejemplo, el bono del Tesoro a 10 años ha disfrutado de un rendimiento medio de más del 6% desde 1965, pero se ha reducido a menos del 1,5% a día de hoy, y eso representa un rendimiento sólido en el mercado global actual. Más de 13 billones de dólares en bonos gubernamentales de todo el mundo están ofreciendo unos rendimientos negativos, un concepto difícil de entender. Si compras un bono perderás dinero - a menos que los rendimientos caigan aún más, aumentando los precios de los bonos.
Los rendimientos negativos dan fe de la tremenda debilidad de la economía mundial. Los bancos centrales han mantenido los tipos de interés bajos con el fin de estimular la economía, y con la inflación en niveles muy bajos, los inversores de bonos han aceptado rendimientos irrisorios o incluso negativos. Aún así, Estados Unidos es tal vez la economía más fuerte del mundo ahora, y la Reserva Federal señaló el miércoles pasado que no descarta una subida de los tipos de interés este año.
Los precios de mercado sugieren que no habrá un aumento de los tipos antes de diciembre, sobre todo si tenemos en cuenta las elecciones presidenciales de noviembre en EE. UU. Sin embargo, otros bancos centrales han optado por una política monetaria aún más expansiva, lo que ha conducido a un mayor fortalecimiento del dólar y a la reducción de los ingresos de las empresas estadounidenses que dependen de las ventas en el extranjero.
Teniendo en cuenta todo esto, los inversores deseosos de unos mejores rendimientos han acudido en masa al mercado de valores estadounidense, invirtiendo especialmente en empresas de servicios públicos y de telecomunicaciones que pagan un alto rendimiento y con poca exposición al extranjero. Ambos sectores han crecido más de un 20% este año.
La alineación actual de los tipos de interés y el tipo de cambio podría durar bastante tiempo, pero no está garantizado. Una recesión, un aumento de la inflación, una subida inesperada de los tipos de interés o un escándalo político o un desastre natural podrían tener unas consecuencias negativas inmediatas. Y los tipos de interés y la inflación rara vez se mantienen en niveles bajos durante mucho tiempo.
Por lo tanto, Rosenberg sugiere que los inversores empiecen a cubrirse las espaldas frente a estos riesgos diversificando sus carteras con bonos indexados a la inflación, oro y algunas acciones a precios razonables en sectores como los ferrocarriles, los automóviles, la banca y la construcción.
Moffett está seguro de que en algún momento su análisis detallado de las acciones volverá a ser útil. Este dijo:
"Muchas de las valoraciones del mercado no tienen sentido en este momento de manera aislada. El riesgo para los inversores es que si los tipos de interés empiezan a subir, los precios de las acciones podrían comenzar a cambiar de la noche a la mañana. Puede que esto no vaya a suceder pronto, pero acabará pasando. Y la verdad es que no va a ser un momento muy agradable para mucha gente".