Las consecuencias de la reclamación de la Comisión Europea a Apple y las implicaciones más amplias de su resolución.
La Comisión Europea le ha ordenado hoy a Apple (NASDAQ: Apple [AAPL]) que pague 13 mil millones de euros a Irlanda, lo que ha provocado una de las mayores controversias fiscales del mundo y un enfrentamiento político entre Europa y EE. UU.
Basándose en una resolución fiscal de 1991 que se dictó para Apple, la decisión en materia de competencia de Bruselas tiene la capacidad de cambiar la forma de controlar la evasión de impuestos en Europa.
Se espera que la orden para que Apple pague los impuestos atrasados sea lo suficientemente importante como para repercutir en la campaña electoral en Estados Unidos, hacer sombra al último lanzamiento de Apple previsto para la próxima semana y poner en marcha una disputa legal histórica.
Irlanda y Apple niegan rotundamente las acusaciones y ven la decisión como un atroz ejemplo del poder ejecutivo de la Unión Europea.
¿Cuál es la disputa?
En el centro de la cuestión están las disposiciones fiscales que ayudaron a Apple a pagar un tipo impositivo muy bajo, de solo un 4% para los casi 200 mil millones de dólares de las ganancias que la empresa obtuvo en el extranjero durante los últimos 10 años.
Las reservas financieras de Apple, a las que se les aplican los impuestos mínimos, son las más grandes de todas las multinacionales estadounidenses.
En 2015 las cuentas de Apple en el extranjero alcanzaron los 187 mil millones de dólares. Se trata de una proporción significativa de los 1,2 mil millones de dólares que las multinacionales estadounidenses han depositado en el extranjero, con la esperanza de que la reforma tributaria de Estados Unidos con el tiempo reducirá el costo de la repatriación de las ganancias.
Hasta el momento, las ganancias extranjeras de Apple están sujetas a los impuestos mínimos.
¿Qué reclama la comisión? ¿Por qué es tan importante la división irlandesa de Apple?
Alrededor del 90% de las ganancias de Apple obtenidas en el extranjero proceden de las filiales irlandesas, que son muy rentables porque cuentan con los derechos de la propiedad intelectual de Apple.
Sin embargo, estas entidades irlandesas pagan pocos impuestos porque no tenían residencia fiscal en ningún sitio – una estructura habitual que explota las diferencias entre las definiciones de residencia de EE.UU. e Irlanda.
La decisión de la Comisión Europea se debe a que, según ella, Irlanda le ofreció a Apple una ventaja fiscal indebida que distorsionó la competencia. Alega que esto equivale a una ayuda estatal ilegal, la cual supone una violación de las restricciones únicas de la Unión Europea sobre el apoyo del Estado a las empresas.
Aunque la comisión ha adoptado recientemente decisiones fiscales similares en relación con los negocios de Starbucks (NASDAQ: Starbucks Corporation [SBUX]) en los Países Bajos y de Fiat (NYSE: Fiat Chrysler Automobiles [FCAU]) en Luxemburgo, el caso de Apple es mucho más significativo.
¿Cuál es la posición de Apple en la investigación?
La Unión Europea ha investigado cómo Apple pagó un tipo impositivo de menos del 1% en las ventas europeas de algunos años. Sin embargo, la empresa insiste en que paga cada céntimo los impuestos que debe pagar en cada jurisdicción.
El mes pasado, Tim Cook, el director ejecutivo de Apple, declaró en el periódico The Washington Post que el régimen fiscal de Irlanda se aplicó a todas las empresas y que no fue exclusivo de Apple. En otras palabras, Apple no recibió ningún tratamiento especial en Irlanda y, por lo tanto, no gozó de ninguna ayuda estatal selectiva.
En enero, Cook defendió apasionadamente la posición de la empresa frente a Margrethe Vestager, la comisaria de Competencia de la Unión Europea, en enero. También afirmó que la compañía es el mayor contribuyente de impuestos de Estados Unidos.
¿Cómo reaccionará Irlanda?
La opinión de Irlanda es que cualquier disposición que diese ventajas fiscales a Apple que no estuviese disponibles para otras empresas habría sido ilegal de acuerdo con la legislación vigente en el país. El régimen del impuesto de sociedades del país ha sido objeto de controversia con Francia y Alemania.
Aun así, las autoridades de Dublín han tomado una serie de medidas en los últimos años para eliminar los aspectos más polémicos del régimen, entre las que se incluyen la eliminación del régimen fiscal de los "no residentes" implementado por Apple para minimizar sus tasas de impuestos en Irlanda. Al igual que Apple, Irlanda tiene la intención de apelar el fallo ante los tribunales europeos.
¿Por qué EE. UU. está tan molesto por el caso?
Esto es más que una lucha entre Bruselas, Apple e Irlanda.
En el origen de la preocupación política en Washington está la inquietud por el hecho de que las empresas estadounidenses depositen sus ganancias en el extranjero. Al menos en teoría, obligar a Apple a pagar tipos impositivos en Irlanda reduciría los fondos que podrían estar sujetos a impuestos en EE. UU.
La semana pasada, el Tesoro de Estados Unidos acusó a la comisión de comportarse como una "autoridad fiscal supranacional" que amenazaba con acuerdos internacionales de reforma fiscal a través de investigaciones. Además, Jack Lew, secretario del Tesoro, pidió de forma directa a Jean - Claude Juncker, presidente de la comisión, que reconsidera la investigación. A principios de este año, el comité de finanzas del Senado instó a Lew a considerar una duplicación de los tipos impositivos para las empresas europeas si a Apple se le ordenaba pagar impuestos atrasados en Dublín.
¿Cuáles son las implicaciones más amplias?
Las apelaciones contra la resolución tardarán años en resolverse. Sin embargo, si finalmente la comisión se impone en el tribunal, la resolución restablecerá el equilibrio de poder en la política fiscal europea.
Aunque los gobiernos seguirán siendo capaces de fijar sus propias tasas de impuestos, la Comisión se habrá establecido como un árbitro que vigila cómo se implementan las normas nacionales.
Y el ejemplo de Apple – y su factura de miles de millones de euros de impuestos atrasados – será una advertencia para que las compañías a nivel mundial pongan sus asuntos en orden, al menos en Europa
El éxito de la apelación de Apple e Irlanda podría reducir parte de esa presión y daría a los gobiernos nacionales una mayor libertad de acción.
Sin embargo, hasta entonces este asunto amenaza con perjudicar las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea, lo que podría dificultar aún más las negociaciones sobre un acuerdo comercial. Y por el momento, la resolución de la Comisión se mantendrá como un duro golpe para las estrategias exóticas de evasión fiscal.