La inversión explicada de formas que tienen sentido
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Invertir puede ser intimidante. Es la confluencia de grandes números, emociones, vendedores y el futuro. Pero esto no tiene que ser. No es un asunto complicado. De hecho, las personas entienden mejor la inversión cuando se compara con otras cosas con las que están familiarizadas.

A continuación recogemos algunas de ellas:

La planificación financiera es como diseñar un puente. No calcula exactamente cuánto peso será capaz de soportar el puente; lo construye con tanto margen de error que no existe casi ninguna posibilidad de que alguna vez este sobrecargado.

La gestión de activos es como la política. El esfuerzo está más centrado en la recaudación de fondos que en el trabajo para los clientes/electores.

El interés compuesto es como plantar robles. El progreso de un día no muestra nada, algunos años de progreso muestran un poco, diez años muestran algo grande y 50 años crean algo absolutamente magnífico.

La inversión es como las matemáticas. Las personas tratan de atraerla con complejidad, pero lo simple y elegante es lo realmente poderoso.

Aprender a invertir es como emborracharse. La confianza aumenta más rápido que la capacidad hasta que se da por vencido y comienza de nuevo, comprometiéndose a aprender de sus errores.

Los mercados son como la biología. Las cosas siempre están cambiando, pero el cambio se produce lo suficientemente lento como para convencer a las personas de que las cosas siempre han sido así.

Los derivados son como los bolsos de Gucci. Tienen un propósito práctico pero, sobre todo, son un intento de impresionar a otras personas en beneficio de los vendedores e intermediarios.

Las acciones del day trading son como fumar. Es sorprendente que dejemos a las personas hacerlo por su cuenta, pero exigimos a los manicuristas que obtengan una licencia.

Invertir en fondos de cobertura es como abrir un restaurante. La inmensa mayoría fracasará, pero algunos tendrán el éxito suficiente para alentar a multitud de personas a probar suerte.

Invertir es como ser un piloto. Como un piloto dijo una vez, su trabajo son "horas y horas de aburrimiento interrumpidos por breves momentos de terror".

La inversión es como el deporte. La gente argumenta en relación de mi equipo contra el suyo, pero en realidad todos estamos a merced del azar.

La inversión es como la historia. Han sucedido tantas cosas que siempre puede encontrar una historia para apoyar cualquier idea loca que pueda imaginar y lo que es correcto puede ser muy diferente de lo que sea tanto correcto como esté contextualizado.

Las finanzas personales son como los tratamientos médicos. No hay una respuesta "correcta". Algunas personas renuncian de forma sensata a tratamientos/inversiones en los que otros pacientes insisten, porque los objetivos, las prioridades y la tolerancia del riesgo de cada uno son diferentes.

La inversión es como un lavadero de coches. Es probable que pueda hacerlo por sí solo muy bien, pero pagándole a alguien se sentirá mejor y, sobre todo, garantiza que el chasis estará limpio, que es la parte más propensa a la oxidación.

La economía es como el clima. Podemos medir las cosas muy bien y tener una buena idea de dónde van las cosas la mayor parte del tiempo, pero a veces las cosas se mueven de forma que rompen los modelos de previsión y todos los precedentes.

Invertir es como jugar al póker. Requiere mucha habilidad, pero las personas todavía subestiman el poder de la suerte.

La inversión es como la vacuna contra la gripe. Sabemos cómo resolver el problema, pero dado que el virus está siempre evolucionando y mutando, tenemos que ajustar nuestro pensamiento para adaptarnos al mundo de hoy.

Los mercados con tendencia bajista y las depresiones económicas son como las guerras mundiales. Ocurren con tan poca frecuencia que no los podemos estudiar de una manera que nos indique qué esperar en el futuro. El tamaño de la muestra es demasiado pequeño.

La creación de riqueza es como un campo de golf donde por cada 100 yardas que una bola se sale fuera, el agujero se mueve 101 yardas más lejos.

El análisis financiero es como la evaluación del vino. Hay algunas clasificaciones buenas, pero en general, muchas personas confían en tonterías tan subjetivas que es difícil de comprender.

Las recompras de acciones son como los puntos de vuelo. Pueden ser muy valiosos si se utilizan de forma adecuada, pero en muchos casos son solo un gran número emocionante cuyo valor nunca se canjea o alcanza.

Elegir acciones es como jugar al béisbol. No todas las personas consiguen hacer un buen lanzamiento – pero puede llegar a ser el mejor de todos los tiempos golpeando una fracción de bolas y acumulando tres strikes a menudo.

Invertir es como correr un maratón. Como dice el dicho, "es un maratón, no un sprint". Sin embargo, la mayoría de las personas no tiene la resistencia para correr un maratón porque intentar hacer un sprint.

Wall Street es como Las Vegas. Pero con corbatas Hermes y sin bebidas gratis.

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