Hasta 2025 el gigante alemán pretende ocupar una cuarta parte del mercado de vehículos eléctricos.
El plan de Volkswagen (XETRA: VOW3) es audaz y encomiable al mismo tiempo. En un intento por dejar atrás el escándalo de las emisiones, la empresa tiene previsto vender cerca de 3 millones de coches eléctricos hasta el año 2025, aproximadamente una cuarta parte del total. Sin embargo, ese objetivo también corre el riesgo de perjudicar los beneficios del fabricante de automóviles alemán – a menos que consiga encontrar formas de ahorrar, lo que parece complicado.
Está en juego el futuro de la rentabilidad de la producción de automóviles de Volkswagen. Antes del escándalo de las emisiones, la producción generó 11 mil millones de euros en beneficios operativos al año, casi todas las ganancias de la empresa.
Volkswagen espera que su estrategia vuelva a elevar el rendimiento operacional sobre las ventas hasta un tercio durante los próximos ocho años. ¿Pero lo hará? Harald Hendrikse, analista de Morgan Stanley, teme que la venta de muchos vehículos eléctricos en su lugar pueda causar que una unidad de fabricación de automóviles de Volkswagen llegue a ser deficitaria hasta 2025.
Las predicciones de beneficios a largo plazo siempre son imprecisas, como reconoce Hendrikse. Son particularmente difíciles en el caso de los vehículos eléctricos debido a la incertidumbre en torno a los costos de tecnología, la regulación, la competencia y la demanda. Tesla (NASDAQ: TSLA), por ejemplo, todavía está perdiendo dinero. El director ejecutivo de Fiat Chrysler, Sergio Marchionne, pidió a los clientes que no compraran el Fiat 500e eléctrico porque no era nada rentable. Aunque la mayoría de los fabricantes de automóviles no dan a conocer datos financieros de sus programas de coches eléctricos, sin embargo, es razonable asumir que ya ninguno gana dinero con los mismos.
Los inversores están nerviosos por la transición a corto plazo a los vehículos eléctricos, de ahí que los fabricantes de automóviles negocian a múltiplos bajos de cara a los beneficios futuros. Tienen derecho a estar especialmente nerviosos por Volkswagen puesto que sus planes son ambiciosos – la mayoría de los rivales no ha fijado objetivos de ventas a largo plazo para los vehículos de batería. El cambio a lo eléctrico implicará grandes gastos. Las fábricas y la mano de obra de Volkswagen aún se centran casi exclusivamente en la producción de motores de combustión. La empresa necesitará reestructurarse, aumentar el gasto en I&D, así como invertir en la formación de sus empleados y en el reequipamiento de las fábricas para alcanzar su objetivo en cuanto a la producción de vehículos eléctricos.
De forma preocupante, Volkswagen planea utilizar una nueva arquitectura de vehículo específicamente para los coches eléctricos. Esto sugiere que la gran cantidad de fondos que invirtió en una plataforma de intercambio de piezas, tanto para los motores de gasolina como eléctricos, no fue del todo bien gastada.
Volkswagen tiene cierto margen de maniobra. Gasta más en I&D que cualquier otra empresa en el mundo. Debería ser posible redirigir más para el desarrollo de vehículos eléctricos sin comprometer su objetivo de gastar menos de un 6% de las ventas en I&D, en comparación con más del 7% el año pasado.
Hacer frente a los costes de mano de obra parece más difícil. Volkswagen tiene demasiados trabajadores en relación con el número de coches que vende. Eso podría empeorar: los motores eléctricos tienen un menor número de piezas y, por lo tanto, es probable que requieran de menos mano de obra que los motores de gasolina. Se habla de la desaparición de alrededor de 2.000 puestos de trabajo cada año ya que los baby boomers se están jubilando. Los despidos forzosos son menos posibles en Volkswagen gracias a los sindicatos por lo que no se espera que la plantilla se reduzca de repente.
Sin embargo, los costos son solo una parte de la ecuación. La fijación de precios también será importante.
Existe un riesgo de que Wolkswagen disminuya sus ganancias a medida que los clientes pasen de un coche de gasolina de alto margen a uno eléctrico de margen inferior. Del mismo modo, el precio de los vehículos de gasolina y diesel podría caer si los clientes perciben el futuro de lo eléctrico y la preocupación por el valor de reventa de sus coches empeorará.
Volkswagen no será capaz de alcanzar su objetivo sin un gran aumento de las ventas en China, que representa más de un tercio de sus ventas de vehículos. Sin embargo, los competidores locales como BYD (SHE: 002594) tienen grandes planes para sus propios modelos eléctricos económicos.
No obstante, no todo son malas noticias. Al acelerar el salto a los vehículos totalmente eléctricos, Volkswagen no tendrá que invertir tanto en tecnología híbrida cara o en la fabricación de motores de combustión más eficientes para cumplir con las normas de emisiones. Así que es posible que los coches de gasolina y diesel generen más dinero en efectivo a corto plazo. Y, con el tiempo, los márgenes brutos de los vehículos eléctricos deberían mejorar a medida que los costos de las baterías disminuyen y las economías de escala aumentan.
Volkswagen promete que su coche eléctrico ID no costará más que un Golf diesel normal cuando salga a la venta en 2020. Es probable que se trate de un recorrido más inestable para los inversores que para los conductores.