¿Qué podría salir mal durante el mandato de Trump?
Brian Snyder/Reuters
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Los inversores no son los mejores a la hora de predecir el futuro, y deben entender que no es posible saber verdaderamente cómo van a ser las cosas con el nuevo presidente. Le explicamos lo que podría suceder.

Los inversores no pueden saber a ciencia cierta si las acciones van a subir o si los bonos van a caer en función de las expectativas sobre su política. Los inversores han decidido que el presidente electo Donald Trump va a ser bueno para las acciones, pero muy malo para los bonos. Sin embargo, la verdad es que no deberían estar tan seguros de ello.

¿Cómo afectará Donald Trump a sus inversiones?

La realidad es que nadie, excepto tal vez Trump, sabe cuáles van a ser sus políticas. Y ni siquiera Trump sabe cómo estas podrían afectar a la economía. Mike Cloherty, estratega de tipos de RBC Capital Markets, dice:

"El hecho de que Trump sea un político no convencional significa que los posibles resultados son muchos. Sin embargo, creemos que el desarrollo de los acontecimientos podría ejercer un impacto significativo sobre los precios".

Si Trump es capaz de hacer rápidamente un recorte de los impuestos así como de poner en marcha un estímulo fiscal, entonces lo más probable es que el mercado de valores suba y se produzca una venta masiva de bonos. El mercado cree que esa política aumentará el crecimiento y tendrá un efecto secundario sobre la creciente inflación.

En esta situación, las acciones ganan debido al aumento de las ganancias corporativas. Cuando la inflación aumenta el precio de los productos, las acciones proporcionan cierta protección - al menos parcial - contra la subida de los precios. Ahora que casi el 100% de la población tiene empleo, la competencia entre los trabajadores cada vez va a ser mayor, impulsando los costes de la mano de obra y la inflación. Los bonos del Tesoro, a los que la inflación y el crecimiento no les beneficia, van a verse perjudicados.

Incluso cuando no hay tantos cambios e incógnitas en el horizonte, los inversores son bastante malos a la hora de predecir el futuro. El margen de error durante los primeros meses de la administración Trump es muy amplio.

  1. Primero, ¿Serán Trump y el Congreso capaces de aprobar alguna ley rápidamente?
  2. En segundo lugar, ¿tendrá esto el impacto que esperan? Las reducciones de impuestos de Trump, por ejemplo, se aplicarán principalmente a las personas con altos ingresos y que probablemente ahorran más que gastan. Reducir los impuestos a las empresas para que estas puedan repatriar el efectivo atrapado en el extranjero podría aumentar los pagos de dividendos y las recompras de acciones, lo que también beneficiaría a los ricos. Este escenario sería menos favorecedor para las acciones y probablemente mejor para los bonos.
  3. En tercer lugar, el estímulo se aplicaría después de años de crecimiento económico y cuando la tasa de empleo se encuentra cerca del 100%. Por norma general, los estímulos económicos suelen aplicarse durante períodos de debilidad económica en los que la tasa de desempleo es alta y la Reserva Federal está recortando los tipos. Ahora, cualquier signo de aumento de la demanda podría inducir a la Fed a elevar los tipos más rápidamente, compensando el estímulo.
  4. En cuarto lugar, los inversores parecen haber descartado la posibilidad de que Trump vaya a cumplir sus amenazas de retirar los acuerdos comerciales e imponer tarifas al comercio. Desde hace tiempo los economistas han considerado que estas barreras afectarían negativamente al crecimiento económico. Sin duda podrían ejercer un impacto negativo sobre las acciones. Las empresas estadounidenses dependen de las cadenas de suministro de todo el mundo, por lo que cualquier interrupción en las mismas podría desencadenar importantes problemas. Las represalias de otros países podrían perjudicar a los exportadores, así como a las innumerables operaciones que muchas multinacionales estadounidenses realizan en el extranjero.

La elección de Trump como presidente de EE. UU. es una de los mayores revoluciones a las que ha tenido que hacer frente el país. Los inversores no deberían estar tan seguros de cómo acabarán desarrollándose los acontecimientos.

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