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Tesla, General Motors, BMW, Nissan y otros fabricantes de coches eléctricos van a cambiar por completo la industria de la refinación de petróleo.

Después de proporcionar combustible a la cultura del automóvil del siglo XX que ha dado forma a las ciudades y la vida moderna, la gasolina ha llegado a su fin.

La Agencia Internacional de la Energía prevé que el consumo mundial de gasolina ha alcanzado su punto máximo con la llegada de coches más eficientes y los vehículos eléctricos, como los fabricados por Tesla (NASDAQ: TSLA), y que la demanda va a disminuir durante los próximos 25 años. Ese cambio tendrá unas importantes consecuencias para la industria de la refinación del petróleo, puesto que la gasolina representa uno de cada cuatro barriles de petróleo consumidos en todo el mundo.

El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, dijo en una entrevista en Londres:

"Los coches eléctricos ya están aquí. El número de estos vehículos aumentará del poco más del millón del año pasado hasta más de 150 millones en 2040".

La variación de la demanda de gasolina refleja la rapidez con la que el empleo de petróleo está cambiando, proyectando una larga sombra sobre una industria que tan solo ha conocido crecimiento hasta ahora. Royal Dutch Shell (AMS: RDS.A), la segunda mayor empresa de energía del mundo por valor de mercado, sorprendió este mes a sus rivales cuando un importante ejecutivo dijo que la demanda global de petróleo podría alcanzar su punto máximo en tan solo cinco años.

Sin embargo, la AIE no comparte el pesimismo de Shell. Aunque la agencia cree que el consumo de gasolina ha alcanzado un máximo, todavía pronostica un aumento general del consumo de gasolina debido al mayor consumo de diésel, fuel oil y combustible para aviones en los sectores del transporte marítimo, el transporte por carretera, la aviación y petroquímico.

Para Philip Verleger, presidente de la consultora PKVerleger LLC en Colorado y analista veterano del mercado del petróleo, el pronóstico de la AIE se presenta como uno de los más optimistas para el sector.

"La mayor esperanza para las refinerías de todo el mundo es que este pronóstico resulte ser acertado, porque a día de hoy todo indica que el consumo no va a empezar a disminuir en 2030, sino en 2020", dijo Verleger. "Se trata de la mejor noticia que un paciente terminal podría esperar".

Los pronósticos forman parte del análisis que la AIE, con sede en París, hizo para su informe más importante, el "World Energy Outlook 2016". La agencia prevé que la demanda de gasolina bajará hasta los 22,8 millones de barriles al día en 2020 en comparación con los 23 millones de barriles al día del año pasado. Para el año 2030, el consumo se recuperará ligeramente, alcanzando un máximo de 23,1 millones de barriles al día, antes de volver a caer en 2040.

El pronóstico es más pesimista que el del año pasado, cuando la AIE pronosticó un crecimiento de la demanda hasta el año 2030.

La gasolina ha sido el combustible preferido de los coches hasta ahora. Desde la década de 1950, cuando el sueño de Henry Ford de que toda la clase media estadounidense tuviera un coche se hiciera realidad, las economías de todo el mundo y el paisaje de EE. UU. ha cambiado sustancialmente con la aparición de gasolineras, restaurantes de carretera y centros comerciales.

Ahora, sin embargo, las empresas de coches - principalmente Tesla, pero también otras como General Motors (NYSE: GM), BMW (ETR: BMW) y Nissan (TYO: 7201) - han invertido dinero en los coches eléctricos, y su reputación futura depende de ellos. Debido a los avances tecnológicos, más concretamente en las baterías, los precios están disminuyendo. Los beneficios fiscales, particularmente en China, están ayudando a impulsar las ventas.

La demanda mundial de gasolina creció casi un 20% entre 1990 y 2015 a pesar de la competencia del diésel en Europa, combustible que goza de beneficios fiscales en el viejo continente. Durante los próximos 25 años, el consumo de gasolina caerá un 0,2%, según los nuevos cálculos de la AIE. Birol dijo:

"Aunque el número de vehículos de pasajeros se duplicará hasta los 2.000 millones para el año 2040, la cantidad de petróleo que consumimos será menor que a día de hoy".

Serán probablemente las refinerías las que se conviertan en la principal víctima de esta caída del consumo, puesto que han gastado miles de millones de dólares durante las últimas dos décadas para aumentar la producción de gasolina a expensas de otros combustibles. Birol dijo que el cambio en el crecimiento de la demanda de combustible a lo largo de los próximos 25 años tendrá unas "importantes consecuencias" para la industria, que probablemente tenga que hacer cambios en sus plantas para adaptarse a los nuevos tiempos.

Buenas perspectivas para el diésel

"La demanda de gasolina se verá mucho más afectada que la de combustibles más pesados, lo que provocará que las refinerías tendrán que cambiar su funcionamiento", dijo.

A medida que la demanda de gasolina disminuye en las economías avanzadas, los destilados medios - los combustibles utilizados para impulsar camiones y aviones - seguirán aumentando durante la próxima década a medida que las economías se expanden. Y las nuevas normas internacionales exigen que los sucios combustibles empleados ​​actualmente para el transporte marino sean reemplazados con diésel con un menor contenido en azufre en 2020.

Las refinerías deberían empezar a centrarse en los destilados como el diésel en lugar de en la gasolina mientras se enfrentan a la caída del consumo, dijo Michael Wojciechowski, vicepresidente de los mercados del petróleo e investigación sobre refinerías en EE. UU. en Wood Mackenzie Ltd. en Houston. Este añadió:

"El diésel se presenta como el combustible del futuro. Puede satisfacer una gran cantidad de objetivos estratégicos para las refinerías".

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