El petróleo se vuelve más caro y los índices alcanzan niveles récord, pero los analistas están encantados con el resultado de la última reunión de la OPEP.
El club del petróleo sigue en las nubes después de una reunión en Viena, donde sorprendió al mundo con el primer acuerdo sobre la reducción de la producción en ocho años. ¿Subirán los precios del petróleo un 10%? Compruébelo. ¿Arabia Saudí e Irán llegarán a un acuerdo? Compruébelo. ¿La OPEP y Rusia trabajarán juntas? Compruébelo. Así que dejen celebrar a la OPEP mientras pueda.
Solo unas horas después del final de la reunión, los analistas manifestaron sus impresiones sobre el resultado. Neil Beveridge, de Sanford C. Bernstein & Co., lo calificó como "el renacimiento de la OPEP". "La OPEP ha vuelto", opinó Martijn Rats, de Morgan Stanley. "La OPEP a la cabeza", declaró Tudor Pickering, de Holt & Co.
Sin embargo, Abhishek Deshpande, de la empresa londinense Natixis, no ve el resultado de la reunión tan de color de rosa y afirmó:
"La OPEP vuelve, pero sea cauteloso".
Deshpande, aunque sea aguafiestas, tiene razón cuando dice que hay muchas razones para no alegrarse demasiado por el acuerdo para reducir la producción en 1,2 millones de barriles al día, siendo la más destacada la tendencia de los propios miembros de la OPEP a hacer trampa.
Sin embargo, ahora una industria que sufrió la peor crisis en una generación está demasiado ocupada brindando por el sector de la energía del índice S&P 500 (INDEX: US500), que subió el miércoles más de un 5%, alcanzando su nivel más alto en un año y medio.
Y llegará el fin de la austeridad para gigantes como Exxon Mobil Corp. (NYSE: XOM) y Total SA. (EPA: FP). Si todo va bien, sus proyectos que se retrasaron hace solo unos meses podrían ser aprobados pronto.
Tregua alcanzada
Es la propia Organización de Países Exportadores de Petróleo la que se beneficiará más de la tregua alcanzada. Amrita Sen, analista jefe de petróleo de Energy Aspects Ltd. en Londres, dijo que "incluso con algunas posibilidades de fraude" el acuerdo dará lugar a un esperado incremento en el inventario en el primer semestre de 2017. Eso, a su vez, debería aumentar los precios del petróleo. Los representantes de la OPEP han expresado la esperanza de que antes de la medianoche del último día de 2016 el petróleo se aproxime a los 60 dólares el barril. Eso sería una razón para brindar otra vez y una perspectiva feliz para el nuevo año, teniendo en cuenta que en el pasado mes de enero, el precio del petróleo se situaba por debajo de los 30 dólares el barril.
En cuanto a lo de "ser cautelosos". A pesar de su éxito en Viena, la OPEP está todavía lejos de resolver sus persistentes problemas. El acuerdo depende del cumplimiento de sus participantes y el compromiso de reducir la producción por parte de los principales países, particularmente Irak, es débil. Irán, al que se le permitió un aumento de la producción pero con el que se acordó limitarla a 90.000 barriles por día, también está mostrando signos de que podría ir por libre. Spencer Welch, director de la consultoría IHS Energy, dijo:
"Los desacuerdos entre los miembros de la OPEP persisten en cuanto a la forma de medir la producción, por lo que el cumplimiento de los términos del acuerdo será difícil".
Promesas cumplidas
Arabia Saudí y sus aliados del Golfo Pérsico, los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, tradicionalmente han respetado sus promesas de reducción de la producción. Pero otros no, especialmente cuando los precios bajan. Los comerciantes escépticos creen que después de un par de meses de recortes, Venezuela y Angola, faltos de liquidez, impulsarán la producción para cobrar a precios más altos.
Libia y Nigeria están exentas del acuerdo de la OPEP porque todavía están tratando de recuperarse de los anteriores recortes. A medida que su producción aumenta, puede que sea más difícil de cumplirlo. La OPEP revisará la situación a finales de mayo.
Las reducciones de los países no pertenecientes a la OPEP, como Rusia y México, que acordaron reducir casi 500.000 barriles diarios, parecen más suspensiones de la producción y descensos naturales que un auténtico cumplimiento voluntario.
Los precios más elevados del petróleo también podrían debilitar el crecimiento de la demanda en 2017, reduciendo los beneficios de la reducción de la producción. Las reservas mundiales están en niveles récord. A medida que suben los precios, los comerciantes darán salida lentamente a las reservas, amortiguando los efectos previstos del acuerdo.
Ganador: El esquisto
Como sucede a menudo con las consecuencias imprevistas, un ganador sorpresa podría ser el enemigo de la OPEP: el esquisto estadounidense.
A finales de 2014, la OPEP estuvo tratando de poner fin a la competencia sin restricciones de la producción de petróleo. Continental Resources Inc. (NYSE: CLR), la compañía fundada por el asesor de Donald Trump Harold Hamm, aumentó hasta un 25 % el miércoles, la mayor cantidad desde el 2008, un momento en el que el petróleo, que estaba a 150 dólares el barril, cuesta aproximadamente tres veces más hoy.
Cuando la OPEP anunció por primera vez su intención de reducir la producción a finales de septiembre, las empresas estadounidenses utilizaron la recuperación de los precios para bloquear los ingresos de 2017 y 2018 mediante la cobertura. Los banqueros del sector de la energía y los comerciantes del petróleo esperan la misma cobertura esta vez. En efecto, la OPEP podría acabar lanzando un salvavidas a los productores que prometió derrotar hace dos años. Joseph Triepke, fundador de Infill Thinking, una empresa de investigación del petróleo con sede en Dallas, afirmó:
"Suponiendo que la OPEP cumpla con un aparente acuerdo de recorte de la producción, el crecimiento de la producción de petróleo de Estados Unidos está casi garantizado que continúe en 2017".
A algunos representantes de la OPEP les preocupa que el acuerdo de esta semana pueda llegar a ser una victoria pírrica si la renaciente producción de Estados Unidos absorbe la cuota de mercado de Arabia Saudí, Argelia y otros.
Sin embargo, ahora no hay tiempo para preocupaciones. La mayoría de los ejecutivos de la industria coinciden en que el acuerdo significa que la OPEP ha organizado un regreso digno de celebrar. Incluso será una fiesta para los productores del esquisto de Estados Unidos.