No es oro todo lo que brilla. Los inversores deben tener cuidado y analizar las estimaciones, el modelo de negocio y la estructura de la empresa.
Después de hacer su solicitud formal para salir a Bolsa, Snap Inc. (NYSE: SNAP) está cada vez más cerca de poder vender sus acciones. Se espera que la empresa, conocida por su popular aplicación Snapchat, recaude alrededor de 3.000 millones de dólares y alcance una valoración de mercado de alrededor de 25.000 millones.
Snap empezó a publicar anuncios a finales de 2014, lo que le reportó unos ingresos de tan solo 404 millones de dólares el año pasado. Si una relación de precio-ventas por encima de 60 no le asusta, a continuación le damos dos razones más para no entusiasmarse demasiado con la salida a Bolsa de Snap.
El crecimiento de los ingresos no significa nada
Snap multiplicó sus ingresos por casi 8 entre los años 2015 y 2016. Es ese espectacular crecimiento lo que ha emocionado a los inversores, pero en realidad no es tan impresionante como parece. El crecimiento del número de usuarios es el responsable de una parte de este aumento: el número de usuarios activos diarios saltó de los 50 millones a principios de 2014 a más de 150 millones a día de hoy. Sin embargo, el verdadero impulsor ha sido el crecimiento de los anuncios (en 2014 la empresa no empleaba anuncios).
Cualquier plataforma sin anuncios con unos usuarios activos diarios de decenas o cientos de millones empieza a incluir anuncios, lo único que puede suceder es que los ingresos se disparen. Cualquier inepto podría hacerse cargo del negocio publicitario de Snap y aún así conseguir un gran aumento de los ingresos.
El verdadero desafío consiste en generar ingresos suficientes para cubrir los costes y obtener beneficios sin tener que bombardear a los usuarios con demasiada publicidad. Facebook dio en el clavo. Sin embargo, Twitter (NYSE: Twitter [TWTR]) ha fracasado estrepitosamente. Los ingresos anuales de Twitter aumentaron de tan solo 28 millones de dólares en 2010 hasta los 2.530 millones en 2016. Eso supone que la empresa ha multiplicado sus ingresos por 90. No obstante, los costes también se han disparado, lo que ha provocado unas enormes pérdidas anuales y ha afectado negativamente al precio de las acciones.
El crecimiento de los ingresos de Snap todavía no prueba nada. La compañía está perdiendo aún más dinero que Twitter justo antes de su salida a Bolsa. Twitter perdió 79 millones de dólares en comparación con los 316 millones de ingresos en 2012. Por su parte, Snap perdió la friolera de 514 millones de dólares en comparación con los ingresos de 404 millones de 2016.
El crecimiento del número de usuarios activos diarios de Snapchat ya ha empezado a perder impulso - durante el cuarto trimestre la empresa solo ha sumado 5 millones de nuevos usuarios a nivel mundial en comparación con los 10 millones registrados durante el tercer trimestre. No cabe duda de que el crecimiento podría volver a ganar ritmo, pero es posible que la empresa se esté aproximando a su nivel máximo de usuarios, al igual que le ha sucedido a Twitter.
Aunque todavía cuenta con mucho margen para aumentar los ingresos por usuario, si ese crecimiento viene acompañado de un aumento de los costes, es muy posible que Snap acabe como Twitter.
Pública solo de nombre
Snap se convertirá en la primera empresa estadounidense que en su salida a Bolsa únicamente ofrezca acciones sin ningún tipo de poder de voto. Otras empresas tecnológicas como Facebook cuentan con unas estructuras compartidas en las que los fundadores poseen un gran porcentaje de poder de voto en relación con su participación en la empresa. Pero Snap ni siquiera va a hacer esto.
Lo más probable es que a los inversores que decidan comprar sus acciones esto les importe más bien poco siempre y cuando las cosas le vayan bien a la empresa y sus acciones. Usted no necesita derechos de voto cuando las cosas van bien. Los problemas llegan cuando las cosas se tuercen. Snap advirtió a los posibles inversores sobre los riesgos de esta estructura en su solicitud para salir a Bolsa:
"Este control concentrado podría retrasar, aplazar o impedir un cambio de control, fusión, consolidación o venta de todos o sustancialmente todos los activos en los que han invertido nuestros accionistas. Por el contrario, este control concentrado podría permitir a nuestros cofundadores llevar a cabo transacciones sin el consentimiento del resto de accionistas. Además, nuestros cofundadores pueden tomar decisiones de inversión estratégica a largo plazo y asumir riesgos que podrían fracasar y perjudicar seriamente a nuestro negocio".
Un enfoque a largo plazo es importante para cualquier empresa. Pero no tener ningún control sobre los dos cofundadores, el director ejecutivo Evan Spiegel y el director de tecnología Robert Murphy, podría provocar un desastre. Esta es otra de las advertencias que la empresa hizo en su solicitud de salida a Bolsa:
Aunque Spiegel o Murphy abandonen la empresa, seguirán ejerciendo el mismo poder de voto y podrán controlar todos los asuntos debatidos por los accionistas.
En otras palabras, tanto Spiegel como Murphy disfrutarán seguirán en la empresa pase lo que pase, y una gestión sin responsabilidad no es una buena idea.
Si alguna vez ha habido alguna salida a Bolsa que se debería evitar, sin duda es esta. Una valoración desmedida, un modelo de negocio no probado y una estructura en la que los accionistas no tienen ningún derecho a voto... si decide invertir, lo hace bajo su cuenta y riesgo.