Entre 2009 y 2015, las acciones de Starbucks subieron un 1.170%, pero en 2016 han caído un 8% sin ningún motivo aparente. Parece que la empresa ya no puede crecer más. ¿Qué deben hacer los inversores: vender, comprar o mantener sus acciones?
A finales del año pasado, el director ejecutivo de Starbucks (NASDAQ: SBUX), Howard Schultz, abrió el día anual el inversor de la compañía con una declaración característicamente audaz y peculiar.
Describió la vida del gigante de las cafeterías como un libro de 20 capítulos y añadió: “Sigo pensando que estamos en el cuarto o quinto capítulo”.
Schultz pretendía que la metáfora simbolizara el brillante futuro que le esperaba a la compañía, que cumple 46 años en marzo. Pero como bien sabe cualquier ávido lector, el capítulo 4 o 5 es donde generalmente comienzan las complicaciones y el drama. Y los últimos meses han generado giros en la trama que, desde la perspectiva de un accionista, han cambiado el género de la historia de Starbucks de romance a suspense.
Incluso durante su discurso Schultz, la acción de Starbucks estaba disminuyendo. Tras subir un absurdo 1.170% desde 2009 hasta 2015, las acciones cayeron un 8% en 2016, mientras que el mercado global subió un 10%. Y lo peor es que no hubo una sola razón para esa caída.
Un escéptico podría apuntar a una desaceleración en el crecimiento de las ventas, la incertidumbre sobre la dirección tras el anuncio de Schultz de su (segunda) renuncia como director ejecutivo, o incluso el plan de la compañía de confiar en su crecimiento en el extranjero en los albores de una era de incertidumbre liderada por Trump, para las empresas multinacionales.
Pero incluso si miramos más allá de esos problemas a corto plazo, no podemos ignorar una realidad aún más preocupante: la ley de los grandes números. Para una empresa tan grande como Starbucks, con alrededor de 21 mil millones de dólares en ingresos anuales y casi 26.000 locales en 75 países, es difícil seguir creciendo a un ritmo que sorprenda a los inversores.
Los resultados de Starbucks de su trimestre más reciente, que terminó el 1 de enero, subrayaron este enigma. Las ventas comparables en tiendas estadounidenses, un parámetro que mide el rendimiento en las ubicaciones pertenecientes a Starbucks, abiertas hace más de un año, aumentaron un 3% interanual. Teniendo en cuenta que las ventas comparables para la industria de los restaurantes en su conjunto bajaron un 2,4% para ese trimestre, según el investigador TDn2K, ese rendimiento fue notable.
Sara Senatore, analista de acciones de AB Bernstein, comenta:
“La mayoría de otras cadenas de restaurantes mataría por los resultados que tiene Starbucks”.
Sin embargo, según los estándares de Starbucks, esto supuso una enorme decepción. En el trimestre del año anterior, por ejemplo, las ventas comparables de Starbucks subieron un 9%. Tras el anuncio de las ganancias, los inversores huyeron, reduciendo otro 7% el precio de la acción.
Algunos cambios a largo plazo dentro de la empresa contribuyeron a la desaceleración de Starbucks. El despliegue de los servicios de alimentos, que ahora representa alrededor del 20% de las ventas, está casi completo, por lo que el crecimiento de esa categoría ya no supera al mercado. Starbucks también sufrió una interrupción en su programa de fidelidad.
La compañía pasó a ofrecer premios gratuitos de comida y bebida basados en cuánto gastaba un cliente en lugar de en el número de visitas a una cafetería, con la esperanza de acelerar el servicio. Pero el cambio no funcionó tan bien como habían planeado: Aunque ahora hay 12,9 millones de miembros inscritos, el programa de recompensas creció más lentamente de lo que Starbucks había esperado durante la mayor parte del año pasado.
Starbucks retrata estos problemas como pequeños tropiezos en un camino ascendente. Abrió 884 locales en el último año en EE. UU., donde ahora cuenta con más de 16.000 ubicaciones. En China, Starbucks está abriendo una nueva tienda cada 15 horas, convirtiendo al país en su mayor impulsor de crecimiento. Para el año 2021 planea tener 37.000 locales, más de los que McDonald's tiene actualmente. Mark Kalinowski, analista de la corredora Nomura Instinet, cree que Starbucks también superará a los Golden Arches en capitalización de mercado, convirtiéndose en la cadena de restaurantes más grande del mundo atendiendo a ese parámetro. Esto podría tener lugar dentro de los próximos cinco años.
Por supuesto, el tamaño es una espada de doble filo (que le pregunten a los accionistas de McDonald's). Tal escala puede hacer que sea “difícil crecer a un ritmo excesivo”, dice Jeffrey Bernstein de Barclays Capital. Sin embargo, Starbucks calcula que su crecimiento de ventas alcanzará la zona del 4-6% para 2017, y Kalinowski lo coloca en un 4% en todo el mundo – lo cual seguiría superando a la industria de la restauración.
La capacidad de Starbucks para seguir alcanzando tales objetivos dependerá, en parte, de Howard Schultz. Dejará su puesto como director ejecutivo en abril, y en su lugar vendrá el actual director de operaciones Kevin Johnson. Sharon Zackfia, analista de William Blair, señala que Schultz seguirá “impulsando los mayores cambios” que podrían ayudar a Starbucks a atraer más clientes.
No es la primera vez que Schultz dimite. En el año 2000 renunció como director ejecutivo para centrarse en la estrategia global de Starbucks; las ventas internacionales, insignificantes en aquel momento, representan ahora el 26% de los ingresos.
A partir de este año, Schultz planea construir locales especializados de Starbucks, Roastery y Reserve para los gourmets. Actualmente solo hay una en operación, pero Starbucks espera tener más de 1.000 ubicaciones en todo el mundo, y también intentará incorporar mini-versiones de la tienda Reserve en el 20% de sus ubicaciones regulares.
Starbucks no espera que las tiendas cambies las reglas del juego (o, haga que los clientes empiecen a pagar el doble por sus cafés.
El analista del Grupo de Investigación de Buckingham John Zolidis dice que no espera que los ingresos de Roastery y Reserve “registren nunca un impacto material” para los accionistas. En cambio, las tiendas se convertirán en un oleoducto para nuevos productos que puedan ayudar a Starbucks a mantener sus credenciales gastronómicas mientras desarrolla mezclas que podrían llegar a tiendas convencionales. Centrarse en los granos orgánicos y la búsqueda del café espresso perfecto también puede evitar que los consumidores ricos decidan irse a los competidores, como Blue Bottle Coffee.
Lo que es particularmente alentador para algunos inversores es que Starbucks está innovando mientras sigue creciendo, en lugar de esperar hasta que sus perspectivas se oscurezcan. Por supuesto, incluso las personas que creen en el potencial de la empresa estarían pagando un alto precio por ello si compraron acciones de Starbucks ahora.
A pesar de que ha bajado un 13% desde su máxima de 2015, las acciones cotizan alrededor de 26 veces más las ganancias 2017 estimadas, en comparación con 19 para el S&P 500 – y tanto la acción como el índice son caros en comparación con los promedios históricos. Los inversores que obtuvieron ganancias recientemente puede que quieran esperar a que la acción se enfríe un poco más antes de que vuelvan para comprar de nuevo.