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Cinco factores que difuminan la línea entre la inversión activa y la pasiva.

¡La rebelión de las máquinas! ¡El ataque de los clones!

Esta es una protesta común de la industria financiera e inversores por igual, como reacción al rápido aumento de los fondos índice “pasivos” y los fondos cotizados, que ahora tienen alrededor de 5 billones de dólares en activos en Estados Unidos. Los inversores tienen una tendencia comprensible a ver la inversión pasiva como un grupo de inversores robóticos poniendo dinero en fondos robóticos controlados por robots.

Pero si examinamos todos los aspectos de la inversión pasiva – desde la construcción del índice al uso o la administración de los fondos – no hay mucha robótica implicada. De hecho, implica una gran cantidad de decisiones humanas. Estas son cinco formas en las que “pasivo” es en realidad activo.

1. Formación del índice

Los inversores y los medios de comunicación ven algunos índices populares como si fuera la representación perfecta del mercado. Pero en realidad, todos ellos son sistemas basados ​​en normas diseñadas por humanos (con una variedad de motivaciones) que tomaron decisiones al construirlos. ¿Cómo se añaden y eliminan las acciones? ¿Cuál es el peso de una acción? ¿Con qué frecuencia se reequilibrará? ¿O reconstituirá?

Por ejemplo, el índice S&P 500 es supervisado por un comité de profesionales del mercado que básicamente decide qué acciones incluir. Literalmente están escogiendo acciones, de la misma manera en lo que lo hace un inversor. O considere el Dow Jones Industrial Average, que realiza un seguimiento de solo 30 acciones – con pesos aparentemente aleatorios determinados por lo que el que sea el precio por acción de cada uno.

La construcción de índices toma un giro verdaderamente activo cuando se trata de fondos beta inteligentes, donde la gente diseña índices con todo tipo de filtros e correcciones – generalmente copiados de lo que funcionó para los administradores activos en el pasado – en un esfuerzo por superar a otros índices como el S&P 500. En realidad no existe distinción entre la inversión pasiva y la que normalmente consideran “activa”.

2. Gestión de la cartera

Cuando se trata de fondos índice o fondos cotizados (ETF), es fácil imaginar que no hay gestores, o que quizás es un ordenador quien toma las decisiones. Pero es todo lo contrario: un gestor de cartera humano se encarga de ello, jugando lo que se puede llamar un juego de puntos básicos. Por un lado, intenta mantenerse al día con los dividendos, ingresos adicionales y garantías; y trata de evitar las ganancias de capital. Al mismo tiempo, juega a la ofensiva intentando reducir los costes y acercarse más a un seguimiento ideal del índice a través de préstamos de valores.

El éxito de esta actividad se mide mediante un parámetro denominado “diferencia de seguimiento”, que básicamente señala cómo se mueve un fondo índice o ETF. Este parámetro es sin duda el coste real del fondo, ya que no muestra las comisiones. Por ejemplo, Gerard O'Reilly maneja el Fondo Índice del Mercado de Valores Total Vanguard, que cobra un 0,05%, pero en los últimos años, el fondo se desvió del índice solo un 0,01%. Básicamente, el gestor les está rebajando a los inversores un .04% a través del juego de puntos básicos. Y en un fondo de 428 mil millones de dólares, eso son 17 millones de dólares al año de nuevo a los inversores. Hay decenas de ejemplos similares de gestores que ofrecen un seguimiento de la diferencia que es más estricto que la relación de gastos.

¿Qué elegir: inversión activa o pasiva?

3. Distribución de las carteras de activos

Todos estos productos considerados pasivos también se están utilizando de forma muy activa. Empecemos con los fondos cotizados, que cotizaron aproximadamente 20 billones de dólares en acciones el año pasado a pesar de que solo tienen 2,5 billones de dólares en activos. Eso es 800% de rotación de activos, que es unas tres veces más que las acciones. Se puede argumentar que el uso de ETF es una inversión activa a lo grande.

Pero ¿qué pasa con los inversores que utilizan ETF y fondos índice a largo plazo y no cotizan? Ellos también los están utilizando de manera activa mediante la asignación de activos. La decisión sobre la distribución de los activos que se van a tener en una cartera es en realidad la decisión más activa que un inversor pueda hacer, ya que la gran mayoría de los rendimientos de una cartera puede atribuirse a las decisiones de asignación de activos (mientras que la selección de acciones y bonos representa una pequeña minoría).

4. Compromiso con las empresas

En este momento, los fondos índice y ETF a través de Vanguard y BlackRock poseen el 12% del mercado de valores. (Se espera que este número aumente rápidamente, con 75 centavos de cada nuevo dólar invertido en Estados Unidos en los productos basados ​​en índices de estas dos compañías). El papel que estos emisores “pasivos” juegan siendo accionistas de las compañías que poseen, una vez más, más activo de lo que la mayoría piensa.

Ambas empresas han convertido en su misión el tener un impacto sobre el gobierno corporativo en las compañías que poseen a través de fondos pasivos. Tienen equipos internos que no hacen nada sino “comprometerse” con las empresas. Están intentando aumentar su valor a largo plazo, como crear consejos de administración independientes; crear normas y reglamentos relacionados con la protección del medio ambiente; emplear mejores prácticas de comunicación; y luchar por un voto, una participación. Aunque tienden a evitar cuestiones estratégicas, a veces han votado con activistas. También forman parte del Investor Stewardship Group (ISG), un colectivo de instituciones que representan 17 billones de dólares en activos, y que busca establecer un conjunto de normas básicas para el gobierno corporativo que entrarán en vigor en 2018.

5. Rendimientos superior a la media

Por último, algunos tienen la noción de que la inversión pasiva significa rendimientos medios. Sin embargo, los fondos índice suelen mostrar mejores resultados en comparación con los dos tercios de los gestores de activos, que se sienten abrumados por las mayores tarifas y costes de transacción. En este sentido, la reducción de los costes para asegurar que esté por encima de la media es una decisión muy activa.

Esto nos lleva a la principal característica de la tendencia “pasiva”: una reducción de los costes. El uso de los fondos índice y fondos cotizados no es pasivo, sino más bien una forma de obtener una exposición diversificada a diferentes mercados con la menor cantidad de dinero posible de los inversores.

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