4 lecciones para los que quieren tomar buenas decisiones financieras.
Es cierto que las mujeres se enfrentan a ciertos desafíos cuando se trata de invertir, y la brecha salarial es uno de ellos. Las mujeres ganan de media un 5% menos que los hombres que ocupan los mismos puestos - y en algunas profesiones, ganan hasta un 28% menos que sus homólogos masculinos. Si a eso añadimos el hecho de que las mujeres son más propensas que los hombres a tomarse un descanso del trabajo (por lo general para cuidar de sus hijos o de otros miembros de la familia), no es de extrañar que muchas mujeres no lo tengan fácil para ganar lo mismo que los hombres.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, las mujeres lo hacen verdaderamente bien a la hora de invertir – tanto que de hecho podrían enseñarle unas cuantas cosas a los hombres. Estas son algunas lecciones clave.
1. Vive por debajo de tus posibilidades e invierte el resto
A pesar de que las mujeres suelen ganar menos que los hombres, consiguen ahorrar más. De hecho, las mujeres ahorran entre un 7% y un 16% más de sus ingresos que los hombres, pero esa diferencia aumenta con los ingresos. Por ejemplo, las mujeres con unos ingresos de entre 30.000 $ y 49.999 $ suelen tener en el banco alrededor de un 20% más de dinero que los hombres, y sus saldos medios suelen ser un 40% más altos.
Vivir por debajo de tus posibilidades es una buena forma de asegurarte de que podrás ahorrar dinero independientemente de lo que ganes.
2. Investiga siempre un poco
Existe una razón por la que alrededor del 43% de las mujeres no comete errores financieros, mientras que este porcentaje cae hasta el 33% en lo que respecta a los hombres. Motley Fool ha informado, citando a Fidelity, de que las mujeres son más propensas que los hombres a hacer preguntas e investigar antes de hacer sus inversiones.
Además, las mujeres tienden a tener unas carteras más equilibradas que los hombres, lo que ayuda a protegerlas frente a las pérdidas durante períodos de alta volatilidad en el mercado.
Sin embargo, no solo se aseguran más que los hombres. Toman decisiones inteligentes, por lo que suelen obtener el mismo o un mejor rendimiento que los hombres a pesar de asumir un riesgo menor.
3. Encuentra inversiones que puedas comprar y mantener
La paciencia suele ser la clave para invertir con éxito. Elegir las inversiones adecuadas puede ayudarte a conseguir unos ingresos estables (dividendos) mientras aumentas el valor de tu cartera. Sin embargo, los hombres son menos propensos a mantener inversiones a largo plazo y prefieren comprar y vender las acciones en función de los movimientos del mercado.
Este tipo de inversores suelen sufrir grandes pérdidas cuando el mercado se comporta de una forma inesperada. Al operar con menos frecuencia que los hombres, las mujeres tienen menos probabilidades de comprar o vender en el momento equivocado y perder dinero. Además, cuanto más operes, más comisiones tendrás que pagar.
Según Vanguard, en 2014 el 11% de los hombres hizo cambios en sus fondos de inversión en sus cuentas, lo que contrasta con el 7% de las mujeres. Y esto no es algo nuevo: según otros datos, entre 1991 y 1997 los hombres operaron un 45% más que las mujeres, lo que provocó una reducción de sus rendimientos netos de 2,65 puntos porcentuales al año, en comparación con los 1,72 puntos porcentuales de las mujeres.
4. Cuando tengas dudas, pide ayuda
Es posible que la creencia popular de que a los hombres no les gusta pedir direcciones cuando están perdidos esconda algo de verdad. Según Fidelity, las mujeres son más propensas a buscar asesoramiento financiero profesional que los hombres, lo que puede ser decisivo para desarrollar una estrategia de inversión inteligente. Más concretamente, el 42% de las mujeres tiene cuentas de jubilación gestionadas profesionalmente, lo que contrasta con el 36% de los hombres. Y aunque estos servicios de asesoría tiene un coste, este se amortiza rápidamente.
Aunque las mujeres son unas grandes inversoras, inevitablemente tendrán que hacer frente a ciertos problemas conforme envejezcan - especialmente porque las mujeres suelen tener una mayor esperanza de vida que los hombres, por lo que necesitarán unos mayores ingresos cuando sean mayores.
Alrededor del 90% de las mujeres tendrá que gestionar personalmente sus finanzas en algún momento de su vida, por lo que su mejor opción es planificar una jubilación más larga e informarse sobre cómo gestionar su dinero cuando sean mayores.
Además, aunque las mujeres lo hacen bastante bien a la hora de mantener carteras equilibradas, algunas podrían tener que hacer inversiones más arriesgadas cuando son jóvenes para compensar sus ingresos más bajos.
Por último, las mujeres que deciden abandonar su puesto de trabajo para cuidar de sus familias deberían barajar la posibilidad de trabajar unos años más al final de sus carreras. Esto les permitirá ganar un dinero extra, ampliar sus ahorros para la jubilación y aumentar su pensión, algo que no les vendrá nada mal cuando sean mayores.