Spotify se está preparando para una OPV... que en realidad no es una OPV
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El servicio de streaming no quiere seguir el camino habitual y, en lugar del escenario habitual de las OPV en la bolsa de valores, está considerando una venta directa de sus acciones.

El servicio de streaming de música Spotify se está preparando para salir a bolsa este año, pero puede que Wall Street no gane mucho dinero ese día.

La empresa sueca, valorada por última vez en 8.500 millones de dólares, está considerando seriamente la posibilidad de no realizar una venta pública de acciones. En su lugar, simplemente está explorando cotizar sus acciones en un intercambio en lo que se conoce como oferta pública directa, según fuentes de Wall Street Journal familiarizadas con el asunto. No recaudaría dinero – el sello distintivo de una oferta pública inicial – ni utilizarían suscriptores para vender las acciones.

El enfoque tiene ventajas para Spotify y sus inversores actuales. La empresa podría ahorrar decenas de millones de dólares en comisiones de suscripción, evitar que sus actuales accionistas se diluyeran y permitirles a los ejecutivos promocionar públicamente la compañía antes de su cotización, a diferencia de una OPV estrictamente regulada.

Pero esto es una mala noticia para Wall Street, donde la suscripción es un gran negocio. Titanes de tecnología como Uber Technologies ya están esquivando las limitaciones de los mercados públicos, eligiendo en su lugar obtener dinero en el terreno privado. Y cuando han celebrado una OPV, algunos han elegido caminos no convencionales. Snap (NYSE: SNAP), por ejemplo, negoció un gran recorte en los honorarios que pagaba y privó a los nuevos inversores del derecho a voto.

Spotify, que ha recaudado más de 1.000 millones de dólares, fue valorada en privado en 8.500 millones de dólares en junio de 2015. La empresa de 10 años de antigüedad está apuntando a una valoración pública de más de 10.000 millones de dólares, y podría cotizar sus acciones en una bolsa estadounidense en septiembre.

Aunque los ejecutivos de Spotify todavía tienen que decidir qué camino seguir, su decisión será observada muy de cerca. Si la empresa cotiza de esta manera con éxito, podría crear un camino para que otras empresas de tecnología altamente valoradas tuvieran fácil el acceso a efectivo para moverse rápidamente al dominio público sin utilizar el guión típico de las OPV.

  • En una salida a bolsa típica, los nuevos inversores compran acciones de la compañía o de sus primeros inversores, o ambas cosas, la noche antes de comenzar a operar. El precio inicial es fijado por los suscriptores después de extensas reuniones privadas con los nuevos posibles inversores.
  • En oferta pública directa, los inversores compran acciones en el mercado abierto una vez que estén disponibles en la bolsa. El precio se establece de forma orgánica en función de la oferta y la demanda.

Actualmente, las acciones de Spotify están en manos de los fundadores, empleados e inversores de la empresa.

En las ofertas públicas directas, los primeros inversores estarían sujetos a restricciones menos rigurosas que rigen la venta de acciones por parte de gente dentro de la industria, y la compañía podría evitar la subida de precios del primer día de cotización que caracteriza a muchas OPV dirigidas por los suscriptores. Esta situación es beneficiosa para algunos inversores, pero también indica que una empresa posiblemente dejó de ganar dinero.

Tener una acción pública también les daría a los inversores y empleados de Spotify la oportunidad de cobrar sus acciones.

Sin embargo, hay riesgos en este enfoque. Con el mercado determinando el precio de las acciones desde el principio, el debut público de la empresa podría ser más volátil e impredecible. También faltarían los grandes bloques de suscriptores de acciones que normalmente asignan a los inversores que creen que mantendrán las acciones a largo plazo y promoverán la estabilidad comercial.

Según una fuente, Spotify contrató recientemente a bancos para que la asesoraran sobre el proceso, y podría optar todavía por seguir adelante con una oferta pública más tradicional.

Varios expertos en salidas a bolsa han señalado que no podrían pensar en muchos ejemplos de grandes compañías que salen a bolsa de esta manera en Estados Unidos. Esta estrategia ha sido utilizada en su mayoría por pequeñas empresas que no anticipan mucho comercio en sus acciones, incluyendo aquellas que acaban de salir de la bancarrota.

Pero algunas compañías considerables las han utilizado a lo largo de los años. Freddie Mac, por ejemplo, en 1989 se convirtió en una empresa cotizando sus acciones de una manera similar.

Las OPV vuelven a estar de moda

Pero la consideración de Spotify de una oferta pública directa tiene un contexto más amplio. El número de empresas públicas en Estados Unidos ha disminuido drásticamente a medida que las fuentes de financiación privadas se multiplican y los funcionarios sopesan el coste de un mayor escrutinio de los inversores y los reguladores.

Cuando las empresas salen a bolsa, cada vez más, lo hacen de una manera para protegerse de interferencias externas, por ejemplo concediéndoles a los fundadores un control de voto desmesurado, como en la OPV de Snap.

Malas noticias para Wall Street

Según Dealogic, el año pasado, los bancos de inversión generaron la menor cantidad de ingresos por ventas de acciones en más de 20 años. Las salidas a bolsa y las ventas tradicionales de acciones por parte de empresas que ya son públicas han sido anémicas.

Los asesores de Spotify obtendrían tarifas mucho más pequeñas de las que reciben los suscriptores de ofertas públicas iniciales. En el caso del debut de 4.000 millones de dólares de Snap, los suscriptores compartieron alrededor de 100 millones de dólares – uno de los honorarios más pequeños registrados en términos porcentuales.

Spotify no sería la primera empresa en intentar disminuir el papel de Wall Street. Google, ahora parte de Alphabet (NASDAQ: GOOGL), empleó una subasta holandesa en su OPV de 2004 en un intento por poner más acciones en manos de pequeños inversores y evitar la subida de precios en el primer día. En una subasta holandesa, la mayoría de las acciones son vendidas a los mejores ofertantes al precio de salida a bolsa.

Pero como signo de la dificultad que conlleva frustrar el enfoque tradicional tenemos el ejemplo de Google: su OPV tuvo un precio de 85 dólares por acción, por debajo de los 108 a 135 dólares a los que apuntaba la empresa, ya que los inversores tenían dificultades para determinar su valor. Las acciones pronto comenzaron a subir y ahora cambian de manos por alrededor de 850 dólares cada una.

Cómo invertir en una OPV

El año pasado, Spotify emitió un bono convertible de 1.000 mil millones de dólares a partes que incluían TPG y Dragoneer Investment Group. La tasa de interés del 5% aumenta un punto porcentual cada seis meses hasta que la empresa se hace pública, lo que le da un incentivo potencial para seguir una cotización lo antes posible. Si se cotiza directamente, Spotify probablemente necesitaría renegociar los términos del acuerdo.

Spotify había acordado que los inversores podrían convertir la deuda en acciones a un descuento del 20% al precio de la acción si una salida a bolsa tiene lugar durante el próximo año. Si ocurre más tarde, el descuento se incrementará. Puesto que esto no sería una oferta pública típica, puede que no desencadene ninguna conversión. Así que Spotify podría tener que negociar con los inversores sobre el precio de la acción.

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