En el mundo del trading, lleno de cifras, factores complejos e intrincados gráficos, la gente parece estar olvidando las cosas más simples y evidentes. Ha llegado la hora de recordar.
Identifica cuáles son tus puntos débiles y evítalos a toda costa.
No puedes estar seguro de lo que eres capaz hasta que hayas sobrevivido a una catástrofe.
Ten en cuenta que no todo sale según lo planeado.
Todos los inventos revolucionarios fueron rechazados en algún momento.
La mayoría suele tener razón.
Trabaja para empresas en las que invertirías e invierte en empresas en las que te gustaría trabajar.
Nada es gratis, así que averigua el coste de los rendimientos de tu inversión - ya sean emocionales, analíticos, lo que sea - y debes estar dispuesto a pagar hasta el último céntimo.
La mayoría de las grandes empresas se centran en los deseos de los clientes y la paranoia competitiva.
La mayoría de los grandes inversores se centran en la paciencia y van en contra de las previsiones.
Ir en contra a veces significa simplemente ser cínico e irracional.
Hay tres formas de llevar un negocio: resolviendo los problemas de los clientes, complaciendo a los clientes y aprovechándose de las debilidades de los clientes.
Resolver los problemas de los clientes garantiza unos buenos ingresos.
Los mayores riesgos son los que no se mencionan en las noticias, ya que la gente no está preparada para ellos.
Reducir tus deseos tiene el mismo efecto que el apalancamiento de tus activos, pero sin el riesgo de perder.
Ninguna hoja de cálculo permite calcular la confianza y la honestidad, por lo que la inspección y el análisis siempre deben contar con un lado subjetivo.
Lee menos pronósticos y más historia.
Estudia más fracasos y menos éxitos.
Rechaza las creencias universales de la misma forma que te crees las nuevas que te imponen.
La inteligencia no puede contrarrestar la influencia de las creencias políticas extremadamente fuertes.
Aprender a hacer frente a los contratiempos inevitables es mucho más realista que intentar evitar los riesgos por completo.
Todo es diez veces más complicado de lo que parece a simple vista.
Las soluciones normalmente deben ser diez veces más simples de lo que son.
La cura para el exceso de confianza es no olvidar que tan solo has conocido el 0,00001% del mundo.
Muy sobrevalorado: los pronósticos, los objetivos y las tareas múltiples.
Muy subestimado: las opciones, los sistemas y llevarse bien con las personas con las que no estás de acuerdo.