Sergio Yuste Teruel, responsable del blog GestiónPasiva y asesor financiero asociado de EFPA (European Financial Planning Association), nos explica qué es la diversificación y por qué es necesaria.
Hay un dicho que resume muy bien lo que es diversificar y que seguro habrás escuchado alguna vez. Se trata de la frase que dice que no hay que poner todos los huevos en la misma cesta. De esto saben mucho los ahorradores que en el pasado invirtieron en las preferentes de Bankia, en las acciones de Terra o en las de Gowex. En unos casos mal asesorados, en otros, atraídos por las maravillosas rentabilidades, metieron más dinero de la cuenta para acabar perdiéndolo todo. Inversores entre los que me incluyo yo.
Colocando los huevos en cestas diferentes, renuncias a encontrar la inversión soñada que te convertirá en millonario, pero a cambio reduces bastante la posibilidad de perder dinero y no fracasar en el intento. Y esto es lo más importante.
La diversificación es la clave para tener éxito en la inversión y consiste en repartir los ahorros entre diferentes tipos de productos o inversiones. A la hora de invertir debes tener presente que en cualquier momento se pueden dan situaciones como las que te he nombrado antes. Habrá veces donde tengas la tentación de meter todo tu dinero en el producto novedoso del momento, otras veces en la empresa estrella del mercado, siempre con el peligroso deseo de enriquecerte rápidamente. Pero en la inversión no hay atajos que valgan. Si no quieres dejarte los ahorros por el camino, no te queda otra que diversificar. O si no, mira lo que ha ocurrido recientemente con el Banco Popular.
Según dijo Benjamin Graham en su libro El inversor Inteligente, una diversificación óptima de una cartera de inversión se consigue con unos 30 valores de empresas diferentes. Aunque otros hablan de más, como por ejemplo Burton G. Malkiel, en su libro Un Paseo Aleatorio por Wall Street, con 60. Lo importante es diversificar al máximo. Este tipo de riesgo se conoce como riesgo no sistemático y se puede eliminar de un plumazo y de una forma sencilla invirtiendo con fondos indexados que es como lo hago yo con mi cartera de inversión, comprando mercados enteros. Así, cualquier evento negativo que afecte a una empresa particular afecta bien poco o nada a mi cartera.
Una vez eliminado el riesgo de invertir en acciones o bonos de forma individual, la principal forma de diversificación consiste en invertir en diferentes tipos de activos. Lo ideal es buscar inversiones que no se muevan siempre en la misma dirección, como por ejemplo la renta variable y la renta fija. Aunque este tipo de diversificación no elimina por completo el riesgo sistemático o de mercado, te puede ayudar a soportar mejor las variaciones de tu cartera.
Para que te hagas una idea, en el año 2008 el mercado de renta variable de EE. UU. cayó un 37% y su mercado de bonos se revalorizó un 5%. Una cartera formada solo por un fondo indexado al mercado de renta variable de EE. UU., ese año hubiese tenido una pérdida del 37 %. Sin embargo, una cartera formada con dos fondos indexados, uno al mercado de renta variable de EE. UU. y otro al mercado total de bonos, con una composición de 50% y 50%, "tan solo" hubiese sufrido una perdida anual del 16%, aunque siempre se tratarían de pérdidas temporales, porque hasta que se venda, no se materializan. LLámalo volatilidad si lo prefieres.
Dentro de cada activo también puedes diversificar invirtiendo en mercados diferentes. Por ejemplo, en renta variable puedes invertir en el mercado de EE. UU., en el de Europa o en el de los países emergentes. Y dentro de la renta fija, lo puedes hacer en el mercado de bonos de estados o de empresas, por decirte algunos.
Los diferentes mercados que hay dentro de cada activo no siempre se mueven igual y tener una amplia representación de ellos puede ayudar a que tu cartera se comporte mejor en los peores momentos. Por ejemplo, en el año 2011, dentro del mercado de renta variable, la europea y la de los países emergentes, bajaron un 11% y 19% respectivamente, sin embargo, la de EE. UU. subió casi un 1%.
Otro tipo de diversificación que puede contribuir a que tu cartera se comporte mejor e incluso a que consiga una mayor rentabilidad en el futuro, es la diversificación temporal.
Consiste en invertir a lo largo del tiempo de forma periódica sin importar cómo se mueva el mercado. Uno de los aspectos a favor de la diversificación temporal, donde se invierte siempre igual en todo tipo de situaciones, es que evitas invertir todo tu dinero en periodos de burbuja bursátil en los que los precios llegan a niveles estratosféricos. Este es el error típico que suele cometer la mayoría. Por ejemplo aquellos que lo hicieron en la burbuja puntocom y en la burbuja inmobiliaria.
En resumen, tienes tres formas de diversificar (a través de los activos, de los mercados y del tiempo) para proteger tu cartera de inversión y tener la posibilidad de conseguir una rentabilidad mayor en el futuro.
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