Los 7 errores financieros más comunes de la clase media
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¿Trabajas incansablemente para ganar más dinero y ascender en el trabajo pero nunca tienes suficiente dinero? Puede que estés cometiendo alguno de estos errores.

El cambio de la lucha por la supervivencia al triunfo fácil es uno de los mayores problemas que tiene la población de clase media en todo el mundo. Sueñan con la libertad económica y hablan de lo que harían si “por suerte se hicieran ricos”, pero continúan cometiendo los mismos errores con su dinero, lo que les hace quedar atrapados en sus situaciones financieras.

¿Cuáles son estos errores económicos? Y, ¿cómo puede dejar una gran parte de la población de cometerlos?

Si piensas que estás ahora mismo en esta situación y no sabes cómo salir de ella, aquí te mostramos 7 errores que la clase media comete continuamente con su dinero.

Comprar lo que quieren en vez de lo que necesitan

Las organizaciones de más éxito del mundo ofrecen sus productos teniendo en cuenta los deseos del público, no solo sus necesidades. Atraen las fantasías de las masas y usan sus brillantes campañas con el fin de que la gente sienta la necesidad de anteponer sus atractivos deseos a sus principales necesidades.

El problema de esto es que no hace más que mantener a una gran parte de la masa en una degradación de su situación económica, mientras los propietarios de estas empresas que dirigen dichas campañas continúan aumentando su riqueza.

Cuando anteponemos nuestros deseos a nuestras necesidades, estamos desubicando claramente las prioridades, lo que en consecuencia afecta a nuestra situación económica.

Al gastar más dinero en cosas innecesarias en vez de en lo que necesitamos, se hace más difícil salir del estado de lucha por la supervivencia.

Acumular un exceso de deuda

Las personas que más préstamos piden pertenecen a la clase media, y una gran parte de ellas no se ha dado cuenta aún. En los países subdesarrollados, donde las tarjetas de crédito no son algo incontrolado, la gente pide préstamos a la familia y amigos para cubrir sus deseos y necesidades inmediatas, y a medida que sus deudas se acumulan, se dan cuenta de que tienen muy poco, o nada para ahorrar después de ir devolviendo estos préstamos al final de cada mes.

Es incluso peor en los países desarrollados donde las tarjetas de crédito son lo normal. Hay muchísima gente que pasa su tarjeta para casi todo lo que necesitan, acumulando así deudas extraordinarias que apenas pueden liquidar.

Uno de los errores económicos que hay que evitar, independientemente de la clase social a la que se pertenezca, es alejarse de las deudas que no van destinadas a generar más dinero. Si un préstamo solo contribuye a crear pasivo, este debe ser evitado a toda costa.

No contar con un plan de jubilación

Un plan de jubilación es lo que determina la estabilidad de los cuidados en sus años de jubilación. Garantiza que todas sus necesidades estén cubiertas incluso si no cuenta con más ingresos, y le asegura en gran medida sus intereses básicos de independencia económica durante esos años.

La mayoría de la gente no tiene planes de jubilación. Lo ven como un proceso a largo plazo, y en cambio, eligen vivir el presente porque después de todo, “solo se vive una vez”. Con una mentalidad de este tipo, casi seguro que se arrepiente en el futuro al ver la cruda realidad de que no hay manera de tener dinero. Tener un plan de jubilación es planificación de futuro. Y planificar el futuro es uno de los primeros pasos que te conducirán a abandonar la lucha por la supervivencia.

Tener poco o nada ahorrado

La mayoría de la gente ahorra poco o nada. Gastan todo en sus necesidades inmediatas y casi no hacen ningún esfuerzo por apartar al menos un 10% de sus ingresos mensuales a un fondo de emergencia o como forma de ahorro.

Cuando no se cuenta con ahorros, no hay dinero suficiente para aprovechar las oportunidades que de repente se puedan cruzar en el camino. Por otro lado, no hay fondos para sufragar las emergencias inesperadas que nos puedan llegar.

Uno de los errores clave que comete la clase media con su dinero es no tener casi ahorros, o ninguno. Y hasta que aprenden a separar por lo menos un 10% de sus ingresos mensuales, está comprobado que resulta muy difícil liberarse de su situación económica.

Depender exclusivamente del sueldo

A gran parte de la población apenas le llega el sueldo a fin de mes. Sus vidas giran en torno al sueldo del mes siguiente y solo aspiran a conseguir un ascenso en el trabajo para poder ganar más.

Elogian a las empresas de otros que pagan mejor, se quejan de la mayoría de sus jefes, que no hacen otra cosa que frustrarlos, y emplean una gran parte de su tiempo haciendo comentarios de conocidos que hacen cosas importantes.

Si te encuentras en un círculo de este tipo, cambia de relaciones cuanto antes. La gente es tóxica y su forma de vida puede afectarte. Necesitas estar rodeado de gente que te motive a actuar, que te empuje al éxito y que sobre todo ayude a los demás a crecer.

Llevar a tus hijos a colegios caros

Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero llegar tan lejos como para poner en peligro la economía familiar porque quieren que sus hijos asistan a una de las escuelas más caras, no hace más que amenazar el futuro económico de la familia.

La gente que más comete este error son aquellos que ganan un buen sueldo. Creen que el éxito cuesta dinero, y por tanto hacen lo posible por aumentar la mayoría de sus gastos, incluido el tipo de colegio al que van sus hijos.

En vez de llevar a sus hijos a colegios caros, puedes llevarlos a otros centros realmente buenos a precios modestos. Un colegio que cueste 4.000 dólares al trimestre nunca garantizará que tu hijo sea mejor en la vida que otro que vaya a un centro por 400 dólares al trimestre. Después de todo, algunas de las personas más ricas del mundo hoy en día nunca han recibido ningún tipo de educación.

Tomar decisiones financieras basándose solo en las emociones

Uno de los mayores errores que comete la gente en su vida es tomar decisiones según sus emociones en vez de tener en cuenta un punto de vista práctico. Siempre hay un momento para dejarse llevar por las emociones, pero si eso ocurre a todas horas, terminarás cometiendo siempre errores.

La esperanza no es una estrategia, y tomar decisiones económicas teniendo en cuenta vínculos emocionales no te ayudará. Las marcas crean vínculos emocionales con sus clientes para vender más productos. Los reclamos emocionales de sus campañas hacen a la gente confundir los objetivos y les conducen a tomar decisiones que creen que están completamente bajo su control.

Los vendedores expertos también saben esto y por ello diseñan sus lemas de venta dirigidos a captar un gran volumen de gente sobre la que actúan de forma inmediata.

Si tomas decisiones económicas teniendo en cuenta tus emociones, perderás dinero. Y cuando se pierde dinero, se sumerge mucho más en la lucha por la supervivencia. Si reconoces que tus emociones pueden ser tu mayor enemigo a la hora de tomar decisiones económicas, aprenderás a controlarlo mejor, dominarlo y convertirlo en la mejor forma de evitar los errores económicos que la clase media comete sin parar.

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