¿Por qué está siendo 2017 un mal año para AMD?
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El valor de las acciones de AMD es muy alto, pero las cosas podrían ponerse difíciles si la empresa no es capaz de justificar esta valoración.

AMD (NASDAQ: AMD) fue una de las empresas tecnológicas más destacables de 2016, con un aumento de casi el 430% en sus ventas de chips. Sin embargo, 2017 ha sido una historia totalmente diferente. Después de subir otro 30% en marzo, las acciones se estancaron para más tarde empezar a caer tras la publicación del informe de resultados del tercer trimestre, que tuvo lugar a finales de octubre.

Las acciones de AMD han caído un 22% durante el último mes, borrando las ganancias acumuladas durante todo el año y generando serias dudas sobre el crecimiento a largo plazo de la antigua empresa tecnológica favorita de muchos. Vamos a intentar averiguar qué es lo que ha salido mal, y si la empresa será capaz de poner solución a esta situación.

¿Qué provocó el crecimiento de las acciones de AMD?

Los alcistas de AMD creían que el negocio de fabricación de chips de x86 de la empresa podría volver a desafiar a Intel (NASDAQ: INTC) con sus nuevos chips Ryzen, mientras que su negocio de GPUs ganaría terreno frente a NVIDIA con sus nuevas GPU basadas en Vega.

El plan de AMD parecía funcionar, al menos durante un tiempo. Las nuevas CPUs Ryzen ofrecían un rendimiento equiparable al de las CPU Kaby Lake de Intel de la generación actual, y además, sus precios eran más bajos.

Grandes empresas, incluyendo Microsoft (NASDAQ: MSFT) y Baidu (NASDAQ: BIDU), acordaron instalar las CPU Epyc de gama alta de AMD en sus centros de datos, pudiendo así acabar con el cuasi monopolio de Intel en el mercado de chips de servidor. AMD también planea atacar a Intel en el mercado móvil con las CPUs Ryzen Mobile, que integran gráficos Vega directamente en las CPUs de los portátiles.

Las nuevas GPUs Radeon basadas en Vega de AMD también ofrecían un rendimiento equiparable al de las actuales tarjetas Pascal de NVIDIA. La empresa también lanzó al mercado una tarjeta de estación de trabajo de gama alta, la Radeon Vega Frontier Edition, para desafiar a NVIDIA en el mercado empresarial. Las ventas de sus GPUs también recibieron un pequeño impulso por parte de la moda de la minería de criptomonedas.

Mientras tanto, los optimistas creían que las versiones actualizadas de la Xbox One y la PS4 aumentarían las ventas de los SoCs personalizados de AMD, con los que funcionan ambas consolas. Estos tres negocios principales impulsarían el crecimiento de los ingresos de AMD, y cualquier debilidad estacional en uno de ellos podría ser compensada por el crecimiento en los demás.

Entonces, ¿qué salió mal?

En principio, el crecimiento de AMD sigue siendo espectacular. Sus ingresos aumentaron en un 25% durante el último trimestre, ya que su ingreso neto no-GAAP subió más de un 300%. También registró unos beneficios netos GAAP de 71 millones de dólares, lo que contrasta con las pérdidas registradas durante el mismo trimestre del año anterior. Los analistas estiman que sus ingresos y ganancias no-GAAP aumentarán un 23% y un 193% respectivamente durante este año.

Sin embargo, la mayoría de los inversores de AMD no contaban con que Intel y NVIDIA devolverían el golpe. Intel se asoció inicialmente con AMD para crear núcleos gráficos de marca Radeon y memoria de vídeo integrada para un nuevo chipset, lo que parecía una situación beneficiosa para ambas empresas y perjudicial para NVIDIA.

Pero poco después, Intel anunció la creación de un nuevo grupo de computación visual y central para crear GPUs discretas, y contrató a Raja Koduri, expresidente de AMD y arquitecto jefe de Radeon, como su nuevo líder. Esto fue claramente una mala noticia para AMD y NVIDIA, y las acciones de ambas empresas cayeron tras el anuncio.

Intel también presentó sus nuevos chips Coffee Lake (la actualización final de Skylake de 14nm), que se adelantó a Ryzen de nuevo en términos de rendimiento en los equipos de escritorio convencionales.

El Skylake-X de Intel también le hizo la competencia al Threadripper de AMD (dos CPU Ryzen de ocho núcleos unidas por el tejido Infinity de AMD) en el mercado de gama alta, aunque a un precio mucho más alto.

Mientras tanto, los chips Vega de AMD ofrecían un rendimiento comparable al de los chips Pascal de NVIDIA, pero los precios también eran similares, lo que limitaba su atractivo general.

NVIDIA también presentó su próxima generación de GPUs Volta para usuarios empresariales. Una vez que la versión principal de Volta llegue el año que viene a los mercados, AMD podría tener dificultades para seguirle el paso a NVIDIA. Por último, NVIDIA centró toda la atención en el mundo de las consolas al asegurarse el puesto de SoC en la Nintendo Switch, que ha estado superando a Xbox One y PS4 durante los últimos meses.

Entonces, ¿qué va a pasar a continuación?

Los analistas esperan que estos vientos en contra frenarán el crecimiento de AMD, con un aumento de sus ingresos y beneficios del 13% y 169%, respectivamente, durante el próximo año. Esas cifras no son malas, pero representarían una desaceleración significativa en comparación con el crecimiento registrado en 2016.

Además, las acciones no parecen especialmente baratas en 38 veces los ingresos del próximo año, superando los 14 precio/beneficio de Intel, cifra que se sitúa ligeramente por debajo de los 42 precio/beneficio de NVIDIA. Como resultado, las acciones de AMD tienen un buen precio, pero el fabricante de chips podría tener dificultades para satisfacer las elevadas expectativas de los inversores.

Fuente: Motley Fool

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